juan carlos barrena
Corresponsal. Berlín
Sábado, 23 de noviembre 2019, 23:06
Al final tuvo que llegar el hermano pequeño a poner orden, cerrar discusiones e insuflar ánimo a los cristianodemócratas germanos (CDU). El presidente de los Socialcristianos (CSU) y primer ministro de Baviera, Markus Söder, se erigió en protagonista de la jornada de clausura del congreso ... de la CDU, cuyos delegados le recibieron como a una estrella de la música pop.
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Tras una primera jornada áspera en la que se resolvió a la brava la lucha por el poder entre los conservadores germanos y su presidenta, Annegret Kramp-Karrenbauer, consiguió defender su cargo tras jugárselo en un reto a sus detractores, la presencia de Söder, invitado especial a la jornada de clausura, fue un bálsamo para los presentes.
La campaña electoral. «Me da igual quién es el candidato. Lo que quiero es que la Unión decida quién será el o la canciller»
No a la ultraderecha. «Hay que mostrar líneas claras y perfiles claros. Alternativa para Alemania es el enemigo»
Salvadas las diferencias en cuestión de refugiados y migración que tanto dividieron a los dos partidos hermanos, cuando Angela Merkel presidía la CDU y Horst Seehofer la CSU, Kramp-Karrenbauer y Söder han logrado recuperar la relación fraternal de sus formaciones.
«Somos una familia y solo unidos seremos fuertes», dijo Söder ante el millar de delegados reunidos en la Feria de Muestras de Leipzig. El primer ministro bávaro solo tenía que saludar a sus hermanos cristianodemócratas, pero hizo un discurso libre lleno de claros mensajes políticos que los delegados de la CDU asumieron entusiasmados y celebraron reiteradamente con aplausos. Afirmaciones como que «jamás» volverá a repetirse una disputa entre CDU y CSU como la de 2018 por los refugiados, que Los Verdes son el «principal rival» electoral de los conservadores, que la ultraderecha de la Alternativa para Alemania (AfD) es «nuestro enemigo» o que los socialdemócratas (SPD), en bajísimas horas de popularidad, «aun siguen ahí», pero con un tono casi compasivo. Un discurso que ya hubiese querido para sí la presidenta de la CDU. Perfectamente puesto en escena y con la dosis correcta de vistazo al pasado y mirada al futuro.
«Alemania nos necesita», afirmó el gigante bávaro, quien admitió que la CSU «es solo la hermana pequeña, pero sin nosotros todo será muy aburrido», en alusión a rencillas pasadas. A los socialdemócratas, sus socios en la gran coalición, les diagnosticó una «depresión crónica» y a Los Verdes les acusó de practicar «una doble moral», ya que «quieren prohibir la carne y legalizar el cannabis».
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Especialmente duro fue con los populistas de AfD, que no son un partido burgués, ni una «unión conservadora», sino otra versión de los neonazis del NPD. «No quieren volver a los años 70, sino a los años 30», dijo Söder, para quien ante la ultraderecha hay que mostrar «líneas claras y perfiles claros. AfD es el enemigo».
Söder no tuvo reparos además en abordar la polémica cuestión de quien liderará la próxima campaña electoral de los conservadores, una opción para la que el bávaro sería para muchos el candidato ideal.
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2 fueron las ocasiones en el pasado en que un candidato conservador a canciller salió de la Unión Socialcristiana bávara (CSU). Franz Josef Strauss, en 1980, perdió ante el socialdemócrata Helmut Schmidt. En 2002, Edmund Stoiber fue derrotado por el último jefe de Gobierno que tuvo el SPD, Gerhard Schröder. Tras el discurso ayer de Markus Söder, cabe preguntarse si a la tercera será la vencida.
Ovaciones frenéticas. El líder de la CSU fue recibido en el congreso del partido mayor de la alianza conservadora con ovaciones frenéticas. Y un clamoroso aplauso cerró también su discurso en Leipzig. Las palmas no cesaban y Annegret Kramp-Karrenbauer, quizá de un modo algo abrupto, las atajó desde la tribuna. El gesto transmitió la sensación de que la presidenta de la CDU temía que Söder superara en el 'aplausómetro' los casi ocho minutos que logró su intervención la víspera.
Discurso de canciller. Entusiasmados por el brío y optimismo de sus 40 minutos de discurso, distintos delegados en el encuentro de Leipzig se lanzaron a valorar las posibilidades de Markus Söder para convertirse en candidato de la CDU-CSU a la cancillería en las elecciones previstas para 2021. «Ciertamente figurará en la lista corta», anunció el presidente del grupo de la CDU en el Parlamento de Baden-Wurtemberg. «Vale la pena pensar en él», juzgó otro de los presentes en el cónclave.
Los ultras, a distancia. El dirigente socialcristiano llamó a los conservadores a mantenerse a distancia de la ultraderecha del país, un movimiento de «incendiarios» e «incitadores al odio». «Son nuestro enemigo», dijo. «No son un partido conservador. Los conservadores no incitamos al odio, no dividimos a nuestra sociedad», argumentó para defender el rechazo a toda colaboración con Alternativa para Alemania. En lugar de acercarse a ellos, «hay que combatirlos», sostuvo.
A la espera del SPD. Antes de decidir quién liderará las filas conservadoras para revalidar la cancillería, la CDU-CSU deberá saber si es capaz de mantener el Gobierno de coalición en Berlín con el SPD. Los socialdemócratas conocerán el próximo sábado su nueva presidencia, para la que hay dos candidaturas: la continuista de Olaf Scholz y Klara Gaywitz, que defienden la continuidad de la gran coalición; y la más rupturista de Norbert Walter-Borjans y Saskia Esken, que quieren revisar la fórmula.
Tras comentar que es importante reflexionar acerca de quién será la persona ideal, subrayó que la cuestión central no es pensar cuándo los partidos de la Unión deciden nombrarlo, sino quién será el elegido o la elegida. «Al final me da igual quién es el candidato. Lo que quiero es que en 2021 la Unión decida quién será el o la canciller. Esa es la cuestión primordial», señaló Markus Söder.
Quien no lo decidirá de ninguna manera serán las bases, como habían solicitado las juventudes conservadoras. Más del 80% de los delegados rechazaron esa opción tras un debate en el que se recordó el mal ejemplo del SPD, que lleva ya seis meses descabezado en el proceso de elegir una doble presidencia y ha puesto la decisión en manos de sus afiliados. El día 30 sabremos qué pareja liderará al partido más antiguo de Alemania.
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El congreso de la CDU sirvió también para aprobar numerosas propuestas y posponer otras. En este último caso la cuota de mujeres para cargos y mandatos que había solicitado la Unión Femenina. Pero se aprobaron iniciativas para facilitar la digitalización, equiparar el nivel del vida entre el este y el oeste del país, mantener la política de cero endeudamiento, respetar el pacto con el SPD para la creación de una pensión básica o prohibir el pañuelo o velo en la cabeza a niñas en guarderías y escuelas de enseñanza básica.
El debate más animado se centró en la posibilidad de que el consorcio chino de telecomunicaciones Huawei participe o no en el desarrollo e instalación de la red de telefonía móvil 5G en Alemania.
Los delegados conservadores acordaron no prohibir esa posibilidad, pero exigir, a cambio, un «catálogo de seguridad claramente definido» que impida a un tercer país influir o manipular esa importante infraestructura.
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