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Armin Laschet, aspirante a la Cancillería Federal de los cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) REUTERS
Severa resistencia conservadora a la iniciativa de Laschet de negociar un gobierno

Severa resistencia conservadora a la iniciativa de Laschet de negociar un gobierno

Scholz prepara sereno el comienzo de los sondeos con verdes y liberales para formar coalición

juan carlos barrena

Berlín

Lunes, 27 de septiembre 2021, 18:02

Se encuentra tan acorralado por el desastre conservador en las elecciones legislativas alemanas, sobre todo en el propio partido, que no le queda más que la huida hacia adelante. Consciente de que su futuro político pende de un hilo, el aspirante a la Cancillería Federal ... de los cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU), Armin Laschet, insistió este lunes en asegurar que los conservadores aspiran a liderar el próximo ejecutivo alemán pese a perder las elecciones y registrar el peor resultado en la historia de la República Federal . «Un gobierno bajo la dirección de la Unión es lo mejor para el país», dijo Laschet al término de la reunión de la ejecutiva de su formación para analizar lo sucedido este domingo. El político conservador tuvo incluso la ocurrencia de afirmar que «el SPD no puede deducir del resultado que cuenta con un mandato de gobierno», pese a que los socialdemócratas son los claros ganadores de los comicios, aunque con una ventaja ajustada de solo 1,6 puntos. Más humilde se mostró el presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, Markus Söder, quien puntualizó que los conservadores «no reclaman el derecho de gobernar, sino que harán una oferta de gobierno».

El candidato conservador insistió en que su partido hará una propuesta a verdes y liberales (FDP) para gobernar juntos y afirmó que se convertirá en canciller federal quien consiga el mayor respaldo parlamentario. Laschet reconoció en Berlín haber cometido errores durante la campaña, de los que asume su parte de responsabilidad, y Söder habló abiertamente en Múnich de «dolorosa derrota» y de la necesidad de hacer un «sincero análisis» de las causas de la debacle. CDU/CSU han perdido cinco millones de votos y caído a nivel nacional muy por debajo de la cota dolorosa del 30%, aunque los bávaros logaron 45 de los 46 mandatos directos de su región, en la que obtuvieron también el 31,7% de los votos. Algo que subrayó Söder, dejando claro que el fracaso no es suyo, sino del hermano mayor conservador. De la delicada situación de Laschet en su propio partido da testimonio el hecho de que el candidato conservador anunció en esa rueda de prensa que renuncia al liderazgo parlamentario conservador y cedía esa responsabilidad Ralf Brinkhaus, el hombre que ostenta actualmente el cargo. Lo que no dijo es que en la reunión de la ejecutiva de la CDU Brinkhaus le había plantado cara y dicho que no pensaba abandonar el puesto.

Participantes en la cita filtraron que Laschet fue duramente criticado y encontró una fuerte resistencia a su iniciativa de intentar arrebatar el gobierno al partido ganador. No cuenta ni mucho menos con el respaldo cerrado de sus correligionarios. Entre los barones conservadores, el primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, sostuvo que no ve de ninguna manera que Laschet cuente con un mandato para gobernar, que lo sucedido ha sido «un terremoto» y que el fracasado candidato debe reconocer de una vez por todas su derrota y felicitar al ganador, algo que no ha hecho aún. Otros advirtieron de que en una alianza con los dos partidos menores, la Unión corre el peligro de convertirse en «amplificador» del FDP, que bastantes votos conservadores ha saqueado ya en estos comicios. Pese a todo, el todavía primer ministro de Renania del Norte-Westfalia se aferra a la posibilidad de formar un ejecutivo como a un clavo ardiendo. Fracasar en ese objetivo supondría su funeral político. Aunque aún no está claro quien le sucederá en el gobierno de Düsseldorf, allí ya no puede volver y sin el liderazgo del grupo parlamentario conservador se convertiría en un diputado raso. Ellen Demuth, diputada regional en Renania Palatinado, fue la más clara de todos sus críticos: «Armin Laschet, usted ha perdido, reconózcalo. Evite mayores daños a la CDU y dimita», le espetó en un tuit este lunes.

Y mientras Laschet seguía inmerso en su universo paralelo, el ganador de las elecciones, el socialdemócrata Olaf Scholz, subrayó con serenidad y soberanía merkelianas tras reunirse con la ejecutiva de su partido que los electores «han expresado claramente quien debe construir el próximo gobierno». A los conservadores les consejo acomodarse «en la oposición» y en cuanto a las previstas conversaciones con Los Verdes y el Partido Liberal para sondear la formación de un posible ejecutivo común señaló que ahora priman «el pragmatismo y el arte de conducir», además de comentar que existen suficientes puntos en común como para sacar adelante una coalición. Frente al velorio conservador, la rueda de prensa del SPD fue una fiesta. Scholz apareció escoltado por Manuela Schwesig, la reelegida primera ministra de Mecklemburgo-Antepomerania, que cosechó este domingo para los socialdemócratas un abrumador 40% de votos en los comicios regionales, y Franziska Giffey, la nueva gobernadora de Berlín, que se impuso también en las elecciones estatales de la capital alemana.

Scholz destacó que las conversaciones con sus posibles aliados estarán centradas en la lucha contra el cambio climático, la modernización industrial del país y lo que ha sido el lema de su campaña, más respeto en la sociedad. Mientras, verdes y liberales, sabedores de que son quienes deciden en última instancia quien gobernará Alemania los próximos años, expresaron su intención de reunirse por su cuenta para ver las posibilidades que tienen de salvar sus diferencias. «Tiene sentido que los partidos que más distanciados están entre si miren primero si son capaces de ponerse de acuerdo», dijo Robert Habbeck, copresidente de Los Verdes con Annalena Baerbock. «Estamos realmente enfrentados en materia social , fiscal y de política financiera», admitió el líder ecologista. Los Verdes subrayaron además que las eventuales negociaciones con socialdemócratas y liberales se celebrarán a puerta cerrada, sin filtraciones a los medios como las que hace cuatro años frustraron una alianza dirigida por Angela Merkel de conservadores, ecologistas y liberales.

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