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Iñigo Gurruchaga
Londres
Lunes, 15 de febrero 2021, 08:05
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha calificado como «un hito significativo» el hecho de que se haya alcanzado la cifra de quince millones de vacunas administradas desde el 8 de diciembre. Esta semana habrán recibido la primera dosis todas las personas de ... más riesgo y, a día de hoy, se ha inyectado al 90% de los mayores de 70 años.
Mientras las vacunaciones llegan al medio millón diario en las últimas tres semanas, los indicadores de la pandemia registran una sustancial mejoría. El número de nuevos casos- 10.972, el domingo- desciende desde el inicio de enero. El de hospitalizados (23.341), desde una semana después, y el de muertes (258) desde el 19, cuando hubo 1.356 fallecimientos.
El brote brioso de la pandemia durante el mes de diciembre se achacó a la variante de Kent, o cepa británica. Para combatirla, se recomendó a la población que permanezca en su vivienda. Bares y restaurantes solo ofrecen comidas, y bebidas no alcohólicas, para llevar. Colegios, teatros o centros deportivos están cerrados. Se prohíben viajes no esenciales que exijan pernoctar en otra vivienda y los que sean innecesarios a países extranjeros.
El anuncio de que se ha protegido al 22.5% de la población con una primera dosis, y de que el programa se extenderá ahora a la franja entre 65 y 69 años, coincide con el endurecimiento del régimen de entrada de viajeros en Reino Unido. A partir de este lunes, han de someterse a dos test durante su aislamiento de diez días. Los británicos procedentes de 33 países considerados de alto riesgo en la importación de nuevas variantes deben reservar además habitación en hoteles especiales de cuarentena.
El avance del programa de vacunación se ha descrito como el «momento Malvinas» de Boris Johnson. Se evoca el cambio radical en la estima de Margaret Thatcher, la más impopular líder británica en sondeos anteriores a su victoria en la guerra contra la Junta Militar argentina, que invadió las islas en 1982. El Gobierno de Johnson no había dado hasta ahora una imagen de orden y eficacia en la pandemia.
Se achaca a la Asociación Bioindustria(BIA) el impuso inicial en febrero para aunar a centros de investigación universitarios, industrias y Gobierno en una estrategia que permitiese desarrollar la precaria capacidad que tenía Reino Unido para producir vacunas; un total de dos pequeñas factorías, a pesar de la calidad de la investigación.
Un grupo especial, dirigido sin recibir salario por una empresaria de capital-riesgo licenciada en bioquímica, Kate Bingham, eligió el abanico inicial de ocho proyectos de vacunas, los apoyó con fondos y alianzas, y logró que cuatro se comprometiesen a la producción en suelo británico cuando fueran homologadas.
La distribución por la red local del Servicio Nacional de Salud(NHS), con la colaboración de unidades de logística del Ejército y empresas especializadas en la gestión de datos, ha sido un éxito. Hay colas ordenadas en centros de salud o instalaciones deportivas, formadas por quienes han recibido la carta con instrucciones para reservar hora en internet. Profesionales sanitarios y voluntarios inyectan las vacunas o ayudan en la organización del despliegue.
El optimismo causado por la rapidez del avance ha animado a unos sesenta diputados conservadores a escribir al primer ministro pidiéndole que elimine las restricciones actuales antes del fin de abril. Ministros del Gabinete han negado a sus colegas el derecho a dictar «fechas arbitrarias». Johnson ha repetido que presentará un programa de relajación de restricciones el próximo lunes.
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