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paula rosas
Martes, 14 de enero 2020, 21:32
Más que nunca, el acuerdo nuclear con Irán se encuentra al borde del colapso. Francia, Reino Unido y Alemania, los tres países europeos firmantes en 2015 del pacto que busca frenar la carrera nuclear iraní, activaron este martes su mecanismo de arreglo de diferencias ante ... los incumplimientos del régimen de los ayatolás, un paso que abre la puerta a una posible ruptura del acuerdo y al retorno de las sanciones. Teherán criticó que los tres se han «doblegado ante el dictado estadounidense» y que «deberán prepararse para las consecuencias de esta medida». El ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, dijo que este mecanismo «no tiene fundamento legal» y que activarlo supone «un fallo estratégico desde el punto de vista político».
Irán empezó en mayo a incumplir de forma gradual sus compromisos con el acuerdo, después de la retirada de EE UU del pacto en 2018 y la reimposición de sanciones económicas por parte de Washington. Tras repetidas advertencias, la gota que colmó el vaso para los europeos fue el anuncio del 5 de enero de que Teherán dejaría de observar la última restricción que quedaba y que limitaba el número de centrifugadoras, según señalan sus ministros de Exteriores en un comunicado conjunto hecho público este martes.
Sin EE UU y con el abandono -si no formal, sí en la práctica- de Irán, el pacto, firmado también por la UE, China y Rusia, se encuentra en una especie de limbo. El golpe que han dado ahora los tres signatarios europeos (E3) lo deja prácticamente obsoleto. Una comisión conjunta para solucionar los desacuerdos deberá responder en los próximos 35 días a las quejas presentadas. Pero Irán, aunque este martes declaró que estaba dispuesto a responder «cualquier tipo de esfuerzo constructivo para mantener este importante acuerdo internacional», no ha dado muestras, sin embargo, de querer dar marcha atrás.
«En vista de los recientes acontecimientos, es aún más importante no añadir una crisis de proliferación nuclear a la escalada que amenaza a toda la región», señalan los ministros. Según el documento, París, Londres y Berlín no se unen «a la campaña que busca ejercer una presión máxima contra Irán», en referencia a Washington, sino que actúan «de buena fe con el objetivo primordial de preservar el acuerdo».
Para el E3, se ha recurrido al mecanismo de arreglo de diferencias porque «no ha quedado otra opción», ya que «Irán sigue incumpliendo los importantes límites fijados en el acuerdo», algo que tiene «implicaciones cada vez mayores e irreversibles en materia de proliferación».
El gran temor es que, con la reactivación del programa atómico, especialmente después de la puesta en marcha de nuevas centrifugadoras, Irán podría estar preparado para desarrollar un arma nuclear en un año.
Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, EE UU dio el portazo a un acuerdo negociado por su antecesor, Barack Obama. Desde entonces, el presidente americano tampoco ha aclarado qué condiciones deben reunirse para alcanzar un nuevo pacto aunque sí ha dicho que debería ser mucho más duro, reducir todo el programa balístico iraní y obligar a frenar las ambiciones de Teherán en la región.
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