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salvador arroyo
Bruselas
Viernes, 13 de noviembre 2020, 21:19
Represión coordinada de los extremismos, sin referencia expresa a ninguna religión (aunque en un primer borrador se mencionaba al Islam). Refuerzo de las fronteras exteriores del Espacio Schengen, con un mayor peso de Europol; carga de responsabilidad sobre las redes sociales, para que garanticen ... que no vehicularán «actividades ilegales que promuevan crimen, terrorismo u odio». En suma, mayor dureza contra la barbarie y más capacidad para prevenir la radicalización. Pero también un llamamiento a los migrantes para que «hagan un esfuerzo activo por integrarse» y «reconozcan y respeten las normas y valores comunes de la UE». Y en ese punto, cabe la duda de una posible conexión desafortunada.
Porque todo ello forma parte de un mismo texto que condena el terror y marca una nueva hoja de ruta. Extenso «y con demasiados detalles», reconocía una fuente diplomática, para los estándares de un Consejo de Ministros de Interior europeos. Se aprobó este viernes durante una reunión por videoconferencia. Y después de descartarse varios bosquejos hasta la tarde-noche del jueves. Gestado en una semana en la que París y Viena han obtenido el respaldo de Berlín y Bruselas para volver a situar en una posición clave de la agenda europea el combate contra el terrorismo.
Un documento trenzado desde las condolencias y el rechazo enérgico a los ataques de las últimas semanas en París, Dresde, Conflans-Saint-Honorine, Niza y Viena. Treinta párrafos en el que ideas que no convencían a todos los socios se han terminado asumiendo para favorecer el consenso y no frustrar un mensaje conjunto contra un fenómeno al que la UE siempre ha respondido con una «inquebrantable» unidad y solidaridad.
Pero en la forma del discurso sí han existido discrepancias. «Nos hubiera gustado que no saliera esa alusión», admitían desde la delegación española. «Porque la amenaza terrorista está fuera y dentro de nuestras fronteras». Pero, lo dicho, originalmente, la declaración era más extensa y ya tuvo que incorporar varios borrones previos como una problemática referencia al Islam en el capítulo que se refiere a la libertad religiosa. Cierto que se precisaba que la «batalla contra el terrorismo no es directamente una batalla contra el Islam», pero la simple alusión hubiera resultado conflictiva.
«Los esfuerzos extremistas encaminados a destruir el orden social libre se enfrentarán con toda la fuerza y coherencia del estado de derecho. Sin embargo, esta lucha contra el extremismo no debe conducir a la exclusión y estigmatización de los grupos religiosos», se precisa en la versión definitiva que se dio a conocer coincidiendo además con el quinto aniversario del golpe devastador asestado por yihadistas a la capital francesa, con una cadena de atentados (en el teatro Bataclán y en el exterior del Stade de France) que dejaron 130 muertos y más de 350 heridos.
El mensaje de corresponsabilidad hacia los migrantes (los Estados, la sociedad deben ofrecerles oportunidades, pero ellos han de ser proactivos en la integración) se incluye en el punto que sigue inmediatamente después al referido de la libertad religiosa. Bajo el encabezado 'Cohesión social' habla de la «integración como una vía de doble sentido». Y subraya que «las oportunidades para que los migrantes, legalmente autorizados a permanecer, participen en todos los ámbitos de la sociedad son tan importantes como que todos reconozcan y respeten, de conformidad con las leyes aplicables, las normas y valores comunes de la UE como base para una integración exitosa».
Se insiste en otros puntos de esa declaración, asimismo, en que ha de reforzarse el control de entrada de personas que «puedan representar una amenaza», ampliar los plazos de retención de los sospechosos hasta que puedan ser expulsados. «Tenemos que saber quién entra y quién sale», se subraya.
Pero el gran problema es la radicalización. Porque varios de los terroristas que atentaron en París en 2015 tenían su residencia en Bélgica, el autor del degollamiento del profesor del profesor de historia Samuel Paty tampoco era extranjero, como tampoco el atacante de 20 años que asesinó a cuatro personas en Viena. Terroristas europeos. La UE apuesta por una respuesta «sistemática» que prevenga la radicalización con medidas como frenar cualquier tipo de propaganda extremista que «predica la violencia, el odio y los extremismos».
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha comprometido una acción efectiva, más allá de los compromisos políticos, que se llevará a debate en la cumbre de líderes que se celebrará los días 10 y 11 de diciembre. El objetivo es llegar a esa cita con un plan antiterrorista que contemple acciones específicas sobre las bases de lo pactado este viernes. +
La Comisión, de hecho, ha recibido el encargo expreso de revisar el papel de Europol -que contaría con más recursos humanos y financieros- y, en especial, de su Centro Europeo de Lucha contra el Terrorismo (ECTC) o medidas para la eliminación en línea de mensajes de contenido terrorista.
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