Las protestas contra las restricciones elevan la tensión en Europa

Solo este fin de semana han sido detenidos un millar de manifestantes en movilizaciones que tienen su epicentro en la propia Alemania, Francia e Italia, principalmente. La vacunación obligatoria y la exigencia de presentar el certificado Covid para entrar en determinados locales han intensificado las agresiones físicas y verbales en el último mes.

Alemania y Francia concentran las movilizaciones más tumultuosas del Viejo Continente. De hecho, en el primero de estos países se registró el domingo el primer fallecimiento desde que las protestas comenzaran hace meses. La víctima sufrió un colapso cuando iba a ser identificada y, aunque la Policía trató de reanimarla, falleció poco después en el hospital. Su muerte causó consternación entre los políticos y los movimientos inconformistas.

Thilo Cablitz, portavoz de la Policía berlinesa, destacó este lunes que casi 600 personas fueron detenidas el domingo en el curso de varias manifestaciones contra las restricciones. Como es habitual, la mayoría de los participantes son negacionistas del virus y militantes antivacunas, aunque también elementos de extrema derecha. Los medios de comunicación berlineses denunciaron la agresión sufrida por el periodista Jörg Reichel a manos de varios manifestantes. Reichel fue derribado de su bicicleta y pateado y golpeado cuando circulaba por el barrio de Kreuzberg. Se encuentra hospitalizado en estado grave.

En Bélgica no ha habido manifestaciones significativas en las últimas semanas. Si se registraron en febrero y marzo, cuando las restricciones estaban muy marcadas en este país, sobre todo actos de protesta en Bruselas en los que llegaron a detenerse a cerca de 500 personas. Luego llegarían las quedadas de los jóvenes a través de redes sociales con altercados en algunas partes del país. La situación se ha calmado al levantarse muchas restricciones a finales de junio. En Bélgica no se exige pase sanitario para acceder a restaurantes y otros locales.

Roma, Génova, Nápoles y Milán son las últimas capitales que este fin de semana acogieron manifestaciones contra la obligatoriedad, a partir del próximo viernes en Italia, de presentar el pasaporte de vacunación para entrar en los espacios públicos cerrados. No se le presenta fácil al Gobierno de Draghi aplicar esta medida. En Milan, 10.000 personas gritaron consignas contra el Gobierno y el «pasaporte de esclavitud». Hubo insultos para los periodistas y las fuerzas del orden.

Las protestas crecen en Francia. El 17 de julio hubo 114.000 manifestantes, el 24 de julio 161.000 y el pasado sábado lograron congregar 204.000 en todo el país. A partir del día 9 se exigirá el certificado sanitario en bares, restaurantes y trenes de largo recorrido. Aunque en algunas ciudades ha habido altercados, en general las protestas han sido hasta ahora pacíficas, lejos de la violencia registrada en las manifestaciones de los 'chalecos amarillos' de 2018 y 2019. Pero diputados, médicos y propietarios de restaurantes han recibido insultos, anónimos e incluso amenazas de muerte por estar a favor del certificado sanitario.

El sábado un farmacéutico que hacía pruebas de antígenos en una carpa de Montpellier fue acusado de «asesino» por los manifestantes. Y las propiedades de algunos diputados han sufrido destrozos, entre ellas un local del presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand. Periodistas de BFMTV, France 2 y la agencia AFP han sido insultados y amenazados mientras cubrían las manifestaciones. Y el director de un parque de atracciones fue agredido hace unos días por un visitante que presentó un código QR irregular.

Kate Shemirani, exenfermera y creyente en múltiples conspiraciones, pidió a los congregados en la última manifestación en Londres contra las vacunas que le enviasen los nombres de enfermeros y médicos que aplican el plan del Gobierno. Ella aseguró que pasaría esos nombres a un grupo de abogados que, según su versión, los archivarían hasta que llegue un juicio como el que en Nuremberg terminó con el ahorcamiento de médicos nazis.

La Policía Metropolitana afirma ahora que investiga la posible comisión de un delito en relación a ello. Una doctora que denunció a la oradora ha recibido amenazas de violación y de muerte en redes sociales y mensajes directos. Shemirani ya alentó a los congregados en una manifestación contra el primer confinamiento en 2020 a cortar el camino a «esos perros cerdos», los policías que se acercaban al escenario donde ella hablaba.

Más seria, una parte sustancial de la sociedad o del grupo parlamentario conservador se opone a confinamientos o certificados de vacunación. La desescalada ha hecho caer la tensión.