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Angela Merkel Reuters

Merkel regresa a la cresta de la ola en plena pandemia

La canciller federal alemana asume de nuevo el papel de líder en una crisis y reconquista el fervor ciudadano

Juan carlos Barrena

Berlín

Sábado, 19 de diciembre 2020, 19:30

Cuando acaban de cumplirse tres lustros de su llegada al poder y a menos de un año de su anunciada retirada de la jefatura de gobierno en Alemania, la canciller federal, Angela Merkel, vuelve a estar en la cresta de la ola de la popularidad ... , respetada y querida en su propio país y admirada en el extranjero. Su gestión de la crisis del coronavirus, pero también de la complicada presidencia de turno de la Unión Europea, han vuelto a catapultarla a los más altos niveles de aprobación.

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Todos los sondeos lo confirman. Un 71% de los alemanes dicen estar satisfechos o muy satisfechos con su trabajo político, según un estudio de la Oficina Federal de Estadística para este mes de diciembre, una cifra que coincide con una encuesta del instituto demoscópico Forsa, pero que aumenta al 74% en el sondeo de la cadena pública de televisión ARD. Hay que remontarse a la primavera de 2015, previa a la crisis de los refugiados y una vez superada por Alemania la crisis financiera internacional, para recordar índices de popularidad tan altos de Merkel.

A sus 66 años, liberada del lastre de la presidencia de la Unión Cristianodemócrata (CDU) desde hace dos años y ante la perspectiva del pronto abandono de sus responsabilidades política, la líder conservadora, conocida por su frialdad de análisis, su pragmatismo político y su capacidad de aguante negociador, se ha vuelto incluso más apasionada. Ha podido verse en sus inusualmente frecuentes intervenciones parlamentarias y llamamientos individuales para apelar al sentido común de la población en la lucha contra la pandemia y criticar abiertamente a los primeros ministros de los 16 Estados federados, que tienen en sus manos las competencias sanitarias y se han resistido hasta hace muy poco a aplicar máximas restricciones para combatirla como Merkel exigía.

Acostumbrada en sus 15 años de gobierno a lidiar con crisis y torear magistralmente la financiera internacional, la del euro, la de Grecia o la de los refugiados, Angela Merkel ha conocido con la del coronavirus «el límite de su poder», aseguraba recientemente el politólogo germano Albrecht von Lucke en declaraciones a la emisora pública Deutschlandfunk. «Actúa hoy con mucho más apasionamiento en el papel de amonestadora, pero dejando siempre claro que su poder es limitado si el pueblo, si el resto de los políticos, no le secundan», señalaba el analista.

Pero también en el extranjero la gestión de Angela Merkel es vista con muy buenos ojos y muchos la querrían al frente de su propio Gobierno nacional. Una encuesta hecha pública el pasado viernes por el instituto estadounidense Gallup revela que la canciller obtiene aún mejores cotas de popularidad que en casa en Países Bajos, con un 87% de aprobación récord, Finlandia (84%), o Noruega (81%) y que en los 29 países consultados la media de aprobación es del 62%, frente al 59% del año pasado. En España, donde hace pocos años citar su nombre era mentar al diablo por su severa gestión de la eurocrisis, un 68% envidia el gobierno de Merkel y desearía tener una gobernante igual al frente del Ejecutivo.

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Lucha por el partido

De lo que sí parece haberse desentendido completamente la jefa del Gobierno alemán es de la lucha por la presidencia de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), y de la elección de un candidato conservador para sucederla en la Cancillería Federal. Merkel ha decidido no intervenir en ese debate tras frustrarse el futuro político de su favorita, la todavía presidenta en funciones de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, que dimitió poco antes del verano harta de ver socavada su autoridad por una buena parte de los miembros de la ejecutiva de la formación que aún dirige.

La marcha de Merkel ha dejado a los cristianodemócratas huérfanos de liderazgo a solo nueve meses de las elecciones generales y los candidatos para presidir el partido no son como para entusiasmar al pueblo. La elección tendrá lugar a mediados de enero en un congreso extraordinario. Más animada se plantea la nominación posterior de un cabeza de lista para los comicios legislativos de otoño de 2021 y aspirante a la Cancillería Federal con la posible entrada en la carrera del primer ministro de Baviera y líder de los socialcristianos bávaros (CSU), Markus Söder.

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