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Angela Merkel y Emmanuel Macron. Reuters I Atlas

Merkel y Macron plantean reactivar Europa con un fondo de 500.000 millones sin reembolso

La canciller alemana asegura que son medidas «a corto plazo» para apoyar a los sectores más golpeados por la pandemia de Covid-19, a las que seguirán otras a medio y largo plazo

Paula Rosas

París

Lunes, 18 de mayo 2020, 17:30

«Atravesamos la crisis más grave que hemos conocido en la Unión Europea», responder a las dificultades «va necesitar de un esfuerzo colosal», y la respuesta tiene que ser conjunta porque de una debacle así «nadie puede salir solo». Emmanuel Macron y Angela Merkel ... no escatimaron este lunes en epítetos para describir la gravedad de la situación que atraviesa la Unión Europea debido a la pandemia, y presentaron una iniciativa conjunta para sentar las bases de la reconstrucción, que prevé la creación de un fondo europeo de 500.000 millones de euros para destinar a las regiones y sectores más afectados.

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Conscientes del peso del eje franco-alemán en los mecanismos y toma de decisiones de la UE, la voluntad del presidente francés y la canciller alemana es que su propuesta sirva de referencia a la Comisión Europea y «le facilite el trabajo» para sacar adelante un plan de reconstrucción. «Un acuerdo entre Alemania y Francia no quiere decir entre los Veintisiete, ni es nuestro papel», reconoció este lunes Macron, «pero no hay acuerdo entre Veintisiete si no hay antes un acuerdo franco-alemán».

Lo acordado, de hecho, no es menor, y tanto Merkel como Macron han acabado por ceder cada uno en sus posiciones, después de semanas de discusiones entre sus equipos y reuniones por videoconferencia entre los mandatarios. Alemania ha conseguido que el fondo acordado esté vinculado al presupuesto europeo, una de sus principales exigencias, y Francia que se financie a través de deuda común, es decir, que sea la Unión Europea en su conjunto la que pida prestado el dinero en los mercados, y no sean los países afectados los que tengan que endeudarse a título individual, uno de los requerimientos también de España o Italia. El anuncio se hizo en una novedosa rueda de prensa conjunta, Macron en París y Merkel en Berlín, pero ambos respondiendo al alimón a las preguntas de los periodistas.

«Por el momento son respuestas a corto plazo al Covid-19», dijo la canciller alemana, que irán seguidas de otras a medio y a largo plazo. Convencer a los socios más reticentes, como Holanda o los países escandinavos será, sin embargo, su mayor reto. Pero esta crisis, dijo ayer Merkel, «es un momento de lucha, nos batimos por ideas y Alemania y Francia defienden juntas la causa europea». Creemos, señaló la canciller, que «Europa debe actuar de manera conjunta, y que los estados-nación no tienen ninguna oportunidad de salir de esta solos».

El plan se basa en cuatro pilares. Además del fondo de recuperación, París y Berlín apuestan por reforzar una «soberanía sanitaria estratégica». Europa no tiene actualmente capacidades en materia de sanidad, y la iniciativa quiere dotarla de competencias «muy concretas», especificó Macron, para que se hagan stocks comunes de mascarillas y test y se desarrollen las capacidades de producción dentro de la UE. También quiere que se coordinen las políticas de compras a nivel europeo de este tipo de material, así como de futuras vacunas y tratamientos, y que se puedan harmonizar los métodos para censar e identificar casos de contagios, para poder actuar mejor así en época de epidemia.

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La iniciativa no quiere desvincularse del Pacto Verde Europeo, por lo que pide acelerar la transición ecológica y digital para que «sector por sector, la reactivación europea deberá acompañarse de un compromiso y condiciones en materia de clima, medio ambiente y biodiversidad», dijo el presidente galo. En Francia, por ejemplo, las ayudas concedidas por el Estado a Air France irán supeditadas a que la compañía adopte un mayor compromiso ecológico, reduciendo, por ejemplo, «drásticamente» los vuelos interiores allí donde exista una alternativa ferroviaria. Macron y Merkel quieren que el fondo europeo de reconstrucción funcione de una manera parecida.

La soberanía económica e industrial europea, el gran caballo de batalla de Macron, es el cuarto pilar. La iniciativa quiere reducir la dependencia del exterior en sectores estratégicos como la producción de medicamentos, pero también para mejorar la protección de las empresas europeas y luchar contra las inversiones depredadoras en nombre de otras potencias.

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«El virus no conoce fronteras y ha afectado a toda Europa», describió Macron, quien aprovechó para mandar un toque de atención a España y a Italia por no coordinarse con el resto de países europeos en materia de fronteras. La cuarentena decretada por el gobierno español para todo aquel que llegue desde el extranjero no es «la medida más eficaz ni la más realista» desde el punto de vista sanitario, fustigó ayer el presidente francés, que ha decidido responder de forma recíproca.

Del paso «en la buena dirección» para el Sur al inflexible 'no' de Austria y Holanda a los subsidios

. La propuesta franco-alemana es, de entrada, un capote para Ursula von der Leyen. De «constructiva» la calificó la presidenta de una Comisión_Europea tan atascada en el diseño de ese plan de reconstrucción post coronavirus, que ha tenido que posponer su presentación hasta el día 27 (la fecha inicial prevista era el 6). Y todo bajo sospecha, porque en las últimas semanas se le ha advertido de que no debía jugar con las cifras, nada de «hechicería financiera» para el escaparate. Dinero contante y sonante, informa Salvador Arroyo, corresponsal.

Esos 500.000 millones de euros a fondo perdido son también un gesto hacia España –artífice de la propuesta de más ayudas directas y menos préstamos– e Italia, que se sumó tras abandonar el callejón sin salida en el que se habían convertido los 'coronabonos'. El Gobierno de Pedro Sánchez la ha recibido «positivamente»; un «paso importante en la buena dirección», apuntó ayer. Aunque la cota que se marcó (incluía también créditos) elevaba el total de ese 'plan Marshall' a 1,5 billones. Así que espera que Bruselas la complemente con «una propuesta ambiciosa».

París y Berlín proponen como fórmula de financiación una emisión de bonos de deuda mutualizada por la UE y, en suma, a cargo del presupuesto plurianual 2021-2027. Respondería a la indicación de la Eurocámara, la institución que tiene la última palabra sobre ese presupuesto. Pero se queda corta. En su última resolución instaba a llegar a los dos billones (también combinando préstamos y transferencias directas). Así que David Sassoli, presidente de la institución, la calificó de «punto de partida».

Si se estira algo más la perspectiva, el hecho de que Macron haya incidido en que esas subvenciones «tienen vocación de ser reembolsadas» (con fondos comunes), que no van a dejar un agujero presupuestario, es un guiño a esa Europa septentrional de discurso inflexible: a los nórdicos Suecia o Dinamarca, a Países Bajos y a Austria. Dieron portazo a los coronabonos –ahí sí que Berlín abanderó– y luego se enrocaron en el 'no' a los subsidios.

Si tenemos en cuenta la reacción del austriaco Sebastian Kurtz, tras conversar con sus homólogos de los paises citados, el efecto ha sido nulo:_«Nuestra posición no ha cambiado. Estamos listos para ayudar a la mayoría de los países afectados con préstamos. Esperamos que el próximo presupuesto refleje las nuevas prioridades en lugar de elevar el techo (de gasto)».

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