Merkel defiende un cierre corto pero drástico en Alemania

La jefa del gobierno federal destacó que las actuales cifras de contagios durante las vacaciones de Semana Santa no son fiables ante el hecho de que no todas las oficinas sanitarias transmiten sus datos de manera regular y de que se reduce el número de test que se llevan a cabo. Para Merkel es esencial una «incidencia estable por debajo de 100», en referencia a la cifra de nuevos contagios en una semana por cada 100.000 habitantes.

Merkel cuenta con el apoyo expreso de los primeros ministros de Baviera y Renania del Norte-Westfalia, Markus Söder y Armin Laschet, el primero presidente de la Unión Socialcristiana (CSU) y el segundo de la Unión Cristianodemócrata (CDU). Ambos rivalizan actualmente por convertirse en el candidato de los conservadores para las elecciones generales de septiembre y sucesor potencial de la líder conservadora en el poder. Laschet propuso ya hace unos días una congelación breve, pero drástica de la vida pública y social en Alemania hasta que se note claramente el efecto de la campaña de vacunación.

La portavoz de la canciller señaló que lamentablemente no existe ahora una buena base de datos actuales sobre el estado de las nuevas infecciones, pero subrayó que la creciente ocupación de camas en las UCIs es un hecho preocupante. «Por eso, toda demanda de un cierre corto, drástico y unitario es correcta y una actuación común y coordinada a nivel federal sería importante», destacó Ulrike Demmer.

En referencia al hecho de que son los 16 estados federados los que cuentan con las competencias sanitarias y a que las restricciones en unos y otros resultan a veces muy dispares, la portavoz de Merkel criticó que «la diversidad de las reglas dictadas no contribuyen a la seguridad ni a la aceptación popular». Demmer reconoció, sin embargo, que «no existe una clara mayoría» entre los primeros ministros regionales para adelantar la prevista reunión con la canciller federal el lunes próximo. Sobre todo los estados controlados por el Partido Socialdemócrata (SPD) se resisten a exigir más sacrificios de la población alemana, aunque según las encuestas una amplia mayoría está dispuesta a un esfuerzo final para afrontar la pandemia y poder ya lo más tarde en verano acabar con las limitaciones de la vida pública.

Pero también hay dirigentes regionales conservadores que actúan por su cuenta y discrepan de sus líderes nacionales. El primer ministro del Sarre, el cristianodemócrata Tobías Hans, ha iniciado una política de relajo de las restricciones y es el único que permite desde esta semana la reapertura de restaurantes, mientras en el resto del país llevan cerrados desde principios de noviembre, al igual que los bares.

Por el contrario, su colega de Baviera, Markus Söder, apoyó expresamente la iniciativa de Laschet respaldada por Merkel de un cierre de la vida pública y social corto pero drástico, incluso con toques de queda generalizados. «Pero eso solo tendrá sentido si todos participan», dijo el líder de la CSU en declaraciones televisivas, quien lamentó también que muchos estados federados no lleven a la práctica la política acordada en la última cumbre de los ejecutivos nacional y regionales alemanes para aplicar el llamado «freno de emergencia» e incrementar de manera automática las restricciones en el momento en el que la incidencia del virus supere la tasa de 100 en determinadas ciudades o regiones.

El jefe del ejecutivo en Múnich anunció además que su gobierno ha firmado con una farmacéutica en la localidad bávara de Illertissen para la compra de 2,5 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V. «En el caso de que Sputnik reciba la autorización europea, el Estado Libre de Baviera recibirá a través de esa empresa 2,5 millones de dosis suplementarias en julio para incrementar la capacidad de vacunación en la región», comunicó Söder, quien destacó que toda posibilidad de alivio de las restricciones actuales en su región queda aplazada durante las próximas dos semanas. «No es tiempo de experimentos», dijo el político conservador en rueda de prensa, en la que destacó que «es mejor trabajar sobre seguro».