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Juan Carlos Barrena
Berlín
Viernes, 5 de junio 2020, 23:20
La canciller federal, Angela Merkel, confirmó este viernes en dos entrevistas televisadas su negativa a presentarse a la reelección en los comicios generales del próximo año pese a la «situación excepcional» que vive Alemania como consecuencia del coronavirus y el desafío de la recuperación económica. ... La política conservadora, que lleva casi 15 años al frente del Gobierno y ya había anunciado antes su deseo de abandonar éste o cualquier otro cargo en su país o en el ámbito europeo, aseguró que su negativa a presentarse para una quinta legislatura «es firme», aunque la gran mayoría de la población celebra su gestión frente a la epidemia.
De hecho, la canciller aprovechó la presencia de las cámaras para criticar la despreocupación e irresponsabilidad de algunos ciudadanos tras el alivio de las restricciones para combatir la pandemia. Celosa como ha sido de la salud de sus compatriotas en los tres meses pasados desde que el brote empezó a cebarse en el país, confesó que «me siento intranquila cuando la gente piensa que no tiene por qué respetar las reglas de distancia física».
Merkel, que confía en la recuperación del país tras esta «grave crisis», subrayó que esas reglas, que en Alemania obligan a guardar una distancia mínima de metro y medio entre las personas para evitar contagios, deben ser respetadas rigurosamente hasta que exista una vacuna contra el virus, ya que, de lo contrario, existe el riesgo de un nuevo rebrote de la enfermedad. Dejó claro que en ese caso su Ejecutivo se vería abocado de nuevo a endurecer las restricciones.
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Precisamente, esta gestión ha supuesto en el último mes una revalorización de su liderazgo, y también de su papel central en la política europea. Artífice con Emmanuel Macron del eje franco-alemán que precipitó decisivamente el plan de reconstrucción europeo por parte de la UE, ha conseguido que Alemania fuera también el ejemplo a seguir en la gestión del síndrome vírico. Los sondeos otorgan a la canciller un respaldo popular cercano al 70%, mientras se ha propulsado la intención de voto para el bloque conservador hasta el 40%, unas cotas desconocidas desde el inicio de la legislatura.
Pero no parece que estas predicciones influirán en el ánimo de Merkel. «No, no. Esto está muy firme», repitió, consolidando el anuncio que ya hizo en 2018.
Todo ello abre ahora la incógnita sobre la sucesión. Si ya resultaba complicada su sustitución al frente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) tras 18 años como presidenta del partido, su actual popularidad hace esta misión más difícil. La cuestión debería haberse resuelto en un congreso extraordinario del partido, programado el pasado abril, pero que se canceló por la pandemia. También está pendiente de resolución la candidatura del bloque conservador para las elecciones de 2021. Ahora mismo, quien parece tener mejores oportunidades es el primer ministro bávaro y líder de la CSU, Markus Söder, la segunda figura política mejor valorada tras Merkel.
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