La Eurocámara celebra el plan anticrisis, pero combatirá el recorte al presupuesto

Las principales familias políticas ya lo habían advertido con una declaración conjunta que se filtró como borrador el miércoles y que hoy sacaron adelante con 465 votos a favor, 150 en contra y 67 abstenciones. Fija posición política y, en consecuencia, servirá de mandato para las próximas negociaciones con la Presidencia alemana del Consejo de la UE, que deberían culminar en otoño con la votación definitiva en plenario. Por delante varios meses de discusiones y posibles retoques.

El Partido Popular Europeo (PPE), el grupo Socialistas y Demócratas (S&D), los liberales de Renovar Europa, los Verdes e Izquierda Unitaria Europea (GUE) están de acuerdo en que han de neutralizarse unos recortes en el presupuesto 2021-2027 (conocido como Marco Financiero Plurianual o MFF por sus siglas en inglés) que, consideran, «va en contra de los objetivos de la UE».

Nada que objetar al plan extraordinario contra el coronavirus. Teniendo en cuenta lo que costó sacarlo adelante, mejor no entrar. Sobre todo porque en esencia respeta las indicaciones básicas marcadas por el propio legislativo meses atrás (subsidios en el paquete, emisión de deuda e ingresos extraordinarios vía tasas para sufragarlo). Otra cosa son las cuentas a siete años. Y aquí los grupos dejan claro que las conclusiones del Consejo Europeo «no representan más que un acuerdo político entre los Jefes de Estado y de Gobierno». El Parlamento «no aprobará un hecho consumado y está dispuesto a negar su consentimiento al presupuesto hasta que se llegue a un acuerdo satisfactorio» en las próximas negociaciones con el Consejo, se advierte.

El dedo acusador apunta directamente a los sesgos en programas considerados clave. Los recortes en salud e investigación «son peligrosos en el contexto de una pandemia mundial». Los planteados en educación, transformación digital e innovación «eliminan el futuro de la próxima generación de europeos».

La poda de partidas para apoyar la transición de las regiones dependientes del carbono, va contra la agenda del Gran Pacto Verde. Y la merma en capítulos del presupuesto que afectarán al asilo, la migración y la gestión de las fronteras «pone en peligro la posición de la UE en un mundo cada vez más volátil e incierto».

     

     

     

Así que hasta el conservador Manfred Webber le tomó la palabra a su compañera de partido Von der Leyen. «No estamos listos para tragar la píldora presupuesto plurianual». Desde las filas socialistas, su líder, Iratxe García subrayó que no se iban a aceptar los recortes y menos «en un momento en el que tenemos que fortalecer nuestra autonomía estratégica y reducir las disparidades entre los Estados miembros».

Por los liberales Dacian Ciolos, pidió un calendario «muy preciso» para la activación de las nuevas tasas que darían robustez al plan (la del plástico y la digital, previsiblemente, se pondrían en marcho a lo largo del próximo año). Y desde los Verdes, Philippe Lamberts, subrayó que la propuesta original de la Comisión Europea ha quedado «mutilada».