Laschet echa mano del discurso del miedo para dar la vuelta al voto

«Rojo-verdi-rojo nos conducirá a una crisis económica», asegura el también primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, para el que si esa alianza se convierte en realidad el panorama para el futuro del país no podía ser más negro, ya que «volveremos a tener desempleo masivo, empresas que emigran a otros países y falta de inversiones». Este es el discurso del miedo en el que se apoya el aspirante conservador a la jefatura del gobierno alemán para tratar desesperadamente de recuperar votos a escasos días de que se abran las urnas y cuando ni una sola encuesta le es favorable. Un discurso que también ha asumido Angela Merkel, que esta semana se ha visto obligada a sumarse a la campaña de Laschet para evitar que los conservadores pierdan el poder cuando acaben sus 16 años de mandato.

Sus hermanos menores, la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera parecen tener, sin embargo, asumido que el domingo próximo es más probable una derrota que una victoria y exigen de antemano una profunda reforma y renovación de la Unión. «En el caso de un mal resultado electoral habrá que abordar los necesarios análisis y renovaciones. Nosotros en la CSU ya lo hicimos en el pasado y creo que ahora es necesario que lo hagamos juntos», señaló este miércoles el secretario general de la CSU, Markus Blume, en declaraciones televisivas en referencia a la hermandad de los partidos de la Unión (CDU/CSU). Blume comentó, pese a todo, que espera un resultado ajustado. «En las cifras de las encuestas se ve que será una carrera estrecha con un final de parpadeo», añadió Blume, quien subrayó que los conservadores solo podrán aspirar a gobernar si se convierten en fuerza triunfadora.

Ya este lunes el presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, Markus Söder, y el líder del grupo parlamentario socialcristiano en el Bundestag, Alexander Dobrindt, habían advertido contra aquellos que barajan la posibilidad de liderar una coalición de gobierno aunque se pierdan las elecciones. El primer ministro del estado federado de Hesse, el conservador Volker Bouffier, había dado a entender que, pese a una derrota, CDU/CSU podrían eventualmente conservar el poder si conseguían formar una alianza que impidiera a los socialdemócratas obtener una mayoría parlamentaria.

Entre tanto, la Asociación de Redactores de Discursos en Alemán ha criticado a Laschet por su «retórica monótona y aburrida» y al candidato del SPD, Olaf Scholz «por su falta de fuego», aunque su «oratoria resulta convincente y sus contenidos denotan que es competente». Pero como hace cuatro años, la asociación ha vuelto a coronar como el mejor orador de la campaña electoral al candidato y presidente del Partido Liberal (FDP), Christian Lindner, cuya formación formará muy probablemente parte del próximo gobierno como socio menor. El discurso de Lindner está lleno de humor, de anécdotas cortas e interesantes y se desarrolla en un lenguaje sencillo y comprensible. Es hábil a la hora de subrayar las diferencias con sus rivales, pero sin difamar, y resulta entretenido sin olvidar un solo tema, destacó el jurado de la citada asociación.