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Boris Johnson. Reuters | VÍDEO: ATLAS

El acuerdo 'in extremis' complica el comercio, pero salva una relación de 700.000 millones

La Unión Europea y Reino Unido pisan el acelerador para poner en marcha en cinco días el tratado de la desconexión

iñigo gurruchaga

Corresponsal. Londres

Viernes, 25 de diciembre 2020

La Comisión Europea y el Gobierno británico llegaron el jueves a un acuerdo sobre su futura relación, que preserva una actividad comercial estimada en unos 700.000 millones de euros anuales y facilita un alejamiento más armonioso a partir del 1 de enero. Aunque ... el comercio tendrá más trámites, será sin aranceles ni cuotas. El resumen de lo acordado confirma que cooperación e intercambios se reducirán y que Reino Unido adopta la posición euroescéptica de la UE como un mercado común.

El sumario publicado por el Gobierno de Boris Johnson ofrece formulaciones básicas sobre el sector de servicios, incluyendo los financieros, que representan una parte creciente de la economía europea y el 80% de la británica. No se expande sobre la homologación del tratamiento de datos en el comercio digital. No contiene nada sobre cooperación en política exterior y defensa.

En el capítulo sobre Seguridad y Justicia, lo más llamativo es la renuncia británica a la orden europea para extradiciones. Las fuerzas de seguridad de Reino Unido seguirán participando en agencias como Europol y Eurojust y accederán a bases de datos comunes como otro tercer país. Las dos partes prometen más detalles en negociaciones posteriores.

El acuerdo garantiza la asistencia médica de los visitantes que la necesiten y la colaboración entre los sistemas de seguridad social, pero deja en manos de las compañías telefónicas que sean justas en las tarifas de roaming. El programa de intercambios universitarios, Erasmus, es cancelado en Reino Unido.

Tras una última noche en vela de los equipos negociadores regateando sobre cuotas de diferentes especies y diez meses de intensas negociaciones, el acuerdo es, al menos en su sumario, más prolijo sobre comercio de bienes, pesca y mecanismos de arbitraje para preservar la competencia justa, que han sido los aspectos más complicados de consensuar. Da garantías de continuidad a compañías aéreas y a transportistas, establece mecanismos de simplificación aduanera a importadores y exportadores habituales y aplica criterios específicos a la simplificación en sectores como el automóvil, los productos químicos, el vino. Un panel de expertos mediará en disputas sobre subsidios o regulaciones ventajosas.

En pesca, la flota comunitaria tendrá que renunciar al 25% de sus capturas en la Zona Económica Británica a lo largo de una transición de cinco años y medio y queda a merced de un futuro que no se describe. Hay líneas esperanzadoras para que la flota pesquera española que faena en aguas de las islas Malvinas en asociación con su Ejecutivo pueda proseguir su actividad.

Las conversaciones de Reino Unido con España sobre las estructuras de Gibraltar para el acceso al mercado común y los movimientos fronterizos se prolongan. Otras áreas quedan también dependientes de desarrollo y futuro diálogo, en lo que podría ser la tónica de las próximas décadas. Expertos en cuestiones británicas y comunitarias predicen continuos procesos de negociación, canalizados quizás por el Consejo Conjunto de Asociación que gobernará la aplicación de este acuerdo.

Norma provisional

El sumario de la Comisión Europea advierte de la posibilidad de que no sea ratificado antes del fin de año por la Eurocámara y sugiere que se acepte como norma provisional hasta el 28 de febrero. Boris Johnson intentará que el Parlamento de Londres lo ratifique en 24 horas. La cuestión es activarlo dentro de cinco días. Este acuerdo no es el más complicado para importadores, exportadores y aduaneros ante el reto de operar con nuevos sistemas en enero.

El borrador se ha negociado en un tiempo récord para este tipo de tratados. El periodo de transición pactado entre la UE y el Gobierno de Theresa May era de dos años, pero el rechazo por el Parlamento británico de su Acuerdo de Retirada provocó su caída. El nuevo líder, Boris Johnson, rehusó la invitación de la UE a extender el plazo.

LA CLAVE:

  • 28 de febrero. Es la fecha tope que la Comisión Europea quiere darse para ratificar el pacto.

  • Otra relación. La cooperación y los intercambios se reducirán y, por ejemplo, el programa Erasmus queda cancelado

La divergencia sobre la pesca y la competencia justa parecieron capaces de forzar una separación sin acuerdo en diferentes momentos a lo largo de los últimos meses. La marcha abrupta para comerciar a partir de entonces con aranceles y cuotas ha sido también una amenaza constante de May y de Johnson, aunque sus gabinetes han mostrado tenacidad todo este tiempo para regresar a la mesa hasta alcanzar el pacto.

El primer ministro reconoce que las discusiones entre las dos partes han sido «feroces», pero el jueves mostró su euforia porque Reino Unido «ha recuperado el control sobre sus leyes y su destino». El pacto «protegerá los puestos de trabajo» y el país será un «Estado costero independiente con pleno control de sus aguas» por primera vez desde 1973, subrayó Johnson.

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Por su parte, Ursula von der Leyen expresó visiblemente la sensación de alivio de la UE. «Por fin podemos dejar el 'brexit' atrás y la Unión Europea puede seguir avanzando», dijo la presidenta de la UE, que se inspiró en 'Romeo y Julieta', de William Shakespeare, para describir el contexto histórico del acuerdo: «Separarse es tan dulce pena».

Los dos líderes reconocieron que la relación «ha sido algunas veces malhumorada» y que lograr el pacto ha supuesto «un camino largo y sinuoso». Solo hace falta remontarse unos días para confirmarlo. Hasta esta semana parecía casi imposible el consenso. Las dos partes negociaron 'in extremis', incluso en la madrugada del jueves, los flecos pendientes para que Johnson y Von der Leyen pudieran informar del acuerdo en Nochebuena, todo ello en mitad del convulso contexto provocado por el atasco de miles de camiones en Dover, el desabastecimiento de los supermercados y la crisis de la nueva cepa del coronavirus. El propio 'premier' tuvo que retrasar su declaración pública prevista a las nueve de la mañana del jueves después de que le comunicaran que a esa hora todavía no se había cerrado la firma que quería anunciar.

Irlanda respira y agradece el esfuerzo a los negociadores

Irlanda respiró también este viernes aliviada porque su socio comercial más im portante abandone la Unión Europea de una forma acordada, sin el 'brexit' abrupto que todas las partes predecían hasta hace unos días. Casi cinco años después del shock causado por el referéndum para desconectarse de la UE, el Gobierno de Dublín -apoyado siempre por Bruselas- obtiene avales en torno a la pesca y a que el movimiento de personas y mercancías entre el norte y el sur de la isla no sufrirán una convulsión sustancial. El primer ministro irlandés, Michéal Martin, celebró este viernes el esfuerzo de los negociadores y su nueva relación con Londres.

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