Italia supera el cerrojazo con la reapertura de bares, restaurantes y peluquerías

Dos semanas después del inicio del desconfinamiento, el temido repunte de los contagios no se ha producido, por lo que los italianos se han ganado el derecho a entrar en una nueva fase. Ayer se registraron 675 nuevos casos y 145 fallecidos, datos positivos que no se veían desde principios de marzo y que confirman que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus se ha estabilizado.

La buena marcha de la pandemia ha permitido que reabran hoy las peluquerías y las tiendas no sólo de productos de primera necesidad, como ocurría hasta ahora, mientras que los bares y restaurantes recuperan el servicio en las mesas y ya no sólo podrán vender comida y bebida para llevar. Todas estas actividades tienen que desarrollarse siguiendo las medidas de seguridad para evitar los contagios, entre ellas mantener al menos un metro de distancia. Las mascarillas deben además utilizarse en los espacios cerrados.

Los ciudadanos recuperan al mismo tiempo buena parte de su libertad de movimiento. Se les permite desplazarse dentro de la misma región, donde pueden incluso trasladarse a sus segundas residencias. También será posible ir a visitar a los amigos, algo hasta ahora que sólo ocurría con los familiares de hasta sexto grado. No obstante, sigue estando prohibida la celebración de fiestas y de aglomeraciones.

«Vuelve la vida social», comentó el primer ministro, Giuseppe Conte, al informar en la noche del sábado del levantamiento de las restricciones. «Los datos de la curva epidemiológica confirman que los esfuerzos colectivos han producido resultados. Ha bajado el número de enfermos, contagiados y fallecidos. Y ha aumentado el número de curados, hemos potenciado nuestros hospitales e incrementado el número de pruebas y de test serológicos. Estamos en condiciones de afrontar esta fase con confianza y responsabilidad», dijo el jefe de Gobierno, que impondrá restricciones «en lugares específicos» si se registraran nuevos focos de contagio.

Son más de 800.000 las empresas y negocios que pueden hoy reabrir, aunque se calcula que una parte significativa no subirá la persiana. Según las estimaciones de la asociación Confcommercio, un 30% de los establecimientos de hostelería permanecerán de momento cerrados porque a sus responsables no les sale a cuenta retomar su actividad debido a la previsible falta de clientes y a las limitaciones impuestas por el Gobierno para evitar los contagios.

Esta situación es particularmente grave en los restaurantes, que han visto reducido su aforo para mantener la distancia de seguridad, y en los negocios de sectores que dependen principalmente del turismo internacional. Los empresarios están pendientes de ver lo que ocurra a partir del 3 de junio, cuando será posible viajar a Italia desde otros países de la Unión Europea, Reino Unido y el área Schengen sin necesidad de pasar una cuarentena. También estará entonces permitido circular sin restricciones entre las diversas regiones italianas. Para las llegadas de otras naciones el confinamiento obligatorio de 14 días se mantiene hasta el 15 de junio, el mismo día que levantarán la persiana los cines, teatros y centros de verano para los niños, mientras que los gimnasios y piscinas reabren el 25 de mayo.

«Vamos a ir respirando cuál es la atmósfera económica y según la veamos decidiremos cuándo abrimos», cuenta Fiorenzo Ambrosi, que gestiona un restaurante en Vulcano, una pequeña isla del archipiélago siciliano de la Eolias, situadas en el mar Tirreno. Generalmente abre el establecimiento desde Semana Santa hasta finales de verano, pero este año por culpa del coronavirus la temporada será más corta. Como tantos otros empresarios del sector, Fiorenzo está pendiente de que vuelvan los visitantes extranjeros y de que los italianos se decidan a viajar aprovechando el bono de hasta 500 euros por familia, ofrecido por el Gobierno para pagar servicios turísticos dentro del país hasta finales de año.

No en todas las regiones italianas la reapertura de los bares y restaurantes se ha producido hoy. En la sureña Campania, su presidente Enzo De Luca decidió esperar todavía unos días más. «El ministerio de Sanidad debe pronunciarse sobre algunas normas de seguridad general. No es posible que el Gobierno descargue sobre las regiones» la responsabilidad, lamentó De Luca, quejándose de la «confusión» en las reglas de reapertura.