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Corresponsal. Roma
Martes, 1 de junio 2021, 20:26
Hay personas a las que nunca nos gustaría encontrarnos por la calle. A Santino Di Matteo, mafioso arrepentido, es lo que le ocurre con Giovanni Brusca, el 'capo' de uno de los clanes de la Cosa Nostra siciliana que tuvo secuestrado durante más de 700 ... días a su hijo de 12 años y acabó estrangulándolo y disolviendo su cuerpo en un bidón de ácido clorhídrico en 1996. Tampoco le apetecerá toparse con él a María Falcone, la hermana del célebre juez antimafia Giovanni Falcone, al que Brusca asesinó en 1992 junto a su mujer y a tres agentes de su escolta con un explosivo. Pese al dolor, a los familiares de estas víctimas les toca hacer de tripas corazón y aceptar que pueden cruzarse con el 'capo', pues el pasado lunes salió de la prisión romana de Rebibbia tras 25 años encarcelado.
Brusca es un hombre libre y ha conseguido evitar morir entre rejas, como les ocurre en cambio a los jefes mafiosos debido al '41 bis', el régimen carcelario duro que supone el aislamiento casi total del detenido, gracias a que optó por colaborar con la Justicia. Tras su arresto en 1996, este 'boss' que contaba con la máxima confianza de Salvatore 'Totò' Riina, el 'capo dei capi' de la Cosa Nostra, decidió confesar lo que sabía a los investigadores acerca de las polémicas negociaciones entre el Estado y la mafia durante los años 90 del siglo pasado. De esta manera evitó el '41 bis' y la cadena perpetua y le cayeron en cambio 30 años de cárcel, reducidos a 25 gracias a los beneficios penitenciarios y a su buena conducta. Y eso que 'u verru' (el cerdo), como se le conocía, se vanagloriaba de que ni siquiera se acordaba de todas las personas a las que había matado.
Para Santino Di Matteo la excarcelación del hombre que asesinó a su hijo supone una afrenta imposible de digerir. «Espero no encontrármelo nunca, como le pido al Señor. Si me lo encuentro no sé qué podría pasar», contó en el 'Corriere della Sera' Di Matteo, que vive en un lugar desconocido para tratar de protegerlo de la condena a muerte de los mafiosos por haber osado colaborar con la Justicia. «Se olvida que 'u verru' conocía a Giuseppe, mi hijo, desde niño. Jugaban juntos a la Play Station. Y aún así lo disolvió en ácido. ¿Y este horror se paga en 20 años? Yo ni siquiera puedo llorar sobre una tumba y a él me lo imagino preparado para darse un paseo o tomarse un café delante del teatro de Palermo».
Con algo más de sangre fía se tomó la excarcelación María Falcone, la hermana del juez antimafia. «Es una noticia que humanamente me duele, pero esta es la ley, que precisamente mi hermano quiso, así que hay que respetarla». Falcone mostró su deseo de que la magistratura y las fuerzas del orden le vigilen «con extrema atención» para evitar que vuelva a delinquir, «pues estamos hablando de un sujeto que ha tenido un recorrido de colaboración con la justicia bastante tortuoso». Los familiares de las víctimas ya habían expresado su preocupación por la excarcelación del capo mafioso hace dos años, cuando se barajó por primera vez.
Brusca, al que también se conoce como 'scannacristiani' (mata cristianos), fue el hombre clave en el atentado que acabó con la vida de Falcone. Siguiendo las órdenes de Riina, 'u verru' se encargó de preparar toda la operación, en la que escondió media tonelada de explosivo bajo la carretera que el magistrado recorría cuando se dirigía en coche al aeropuerto de Palermo. Brusca fue el encargado de accionar el dispositivo a distancia que hizo explotar la bomba. Acababa así con la vida del juez antimafia más célebre del país, considerado hoy una suerte de mártir laico en Italia, al tiempo que ajustaba sus cuentas personales con él, pues fue Falcone, junto a Paolo Borsellino, el otro juez antimafia que sería asesinado poco después, quien metió en la cárcel a su padre, el 'capo' Bernardo Brusca.
La excarcelación de 'u verru' provocó la esperada cascada de reacciones entre los políticos. Mientras que Matteo Salvini, líder de la Liga, consideró que «no es esta la justicia que se merecen los italianos», Enrico Letta, secretario del Partido Democrático, calificó de «puñetazo en el estómago» que el capo haya recuperado la libertad. Recordó además que esta situación se debe a la ley impulsada precisamente por Falcone para promover la colaboración de los mafiosos con la Justicia.
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