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Corresponsal. París
Lunes, 8 de noviembre 2021
La Iglesia católica francesa venderá parte de su patrimonio para recaudar fondos para indemnizar a las víctimas de actos pederastia cometidos en el seno de sus instituciones, anunció este lunes Eric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal del país.
Los obispos franceses se ... mostraron dispuestos a vender «bienes mobiliarios e inmobiliarios» de la Conferencia Episcopal y de sus diócesis. Y, si es necesario, pedirán un crédito para «cumplir con nuestras obligaciones», explicó Moulins-Beaufort en rueda de prensa en Lourdes, sur del país.
La Iglesia católica gala necesita «reunir fondos superiores a lo que habíamos imaginado, dada la amplitud de estos abusos, violencias y agresiones sexuales cometidas a las víctimas en nuestra Iglesia». Para poder indemnizar a las víctimas de pederastia, no se utilizará dinero procedente de «las arcas» de la institución ni de «donaciones de los fieles», sino que el dinero procederá de un fondo propio, creado a finales de septiembre, prometió Moulins-Beaufort.
Hasta 330.000 menores. La institución deberá «reunir fondos superioresa lo imaginado, dada la amplitud de los abusos»
El anuncio de los obispos se produce un mes después de la publicación de un demoledor informe de la Comisión independiente sobre abusos en la Iglesia. El documento reveló que, entre 1950 y 2020, unos 216.000 menores galos fueron víctimas de abusos sexuales -tocamientos, agresiones o violaciones- por parte de sacerdotes o religiosos católicos.
El número de víctimas podría alcanzar los 330.000 menores si se tienen en cuenta las agresiones cometidas por pederastas laicos que trabajaron en otras instituciones, como, por ejemplo, colegios católicos, catequesis o movimientos juveniles. Este informe ha mostrado «una realidad de la Iglesia que no supimos ver». «Se ha cometido mal, se ha cometido mucho mal. Hace falta que se asuma para liberar a aquellos que lo han sufrido», añadió Moulins-Beaufort.
La Iglesia católica en Francia ha sido «un lugar donde se cometían actos de violencia y de agresiones sexuales sobre menores en proporciones espantosas», reconoció el responsable eclesiástico. «Hemos dejado desarrollarse un sistema eclesiástico que, lejos de aportar vida y fomentar la libertad espiritual, daña, pisotea y sacude a seres humanos y a sus derechos más elementales», dijo en el discurso de clausura de la Asamblea plenaria de obispos del país galo.
Los obispos franceses reconocieron este lunes «la responsabilidad institucional de la Iglesia en las violencias que han sufrido tantas víctimas» y «la dimensión sistémica de estas violencias». La Iglesia católica gala considera que los abusos sexuales a menores en su seno «no son solamente el resultado de individuos aislados, sino que han sido posibles por un contexto global. Funcionamientos, mentalidades y prácticas en la Iglesia han permitido que estos actos se perpetúen y han impedido que sean denunciados y sancionados».
Los representantes eclesiásticos también reconocieron que «esta responsabilidad conlleva un deber de justicia y de reparación». No precisaron la cuantía de la indemnización que calculan que podrían recibir las víctimas de pederastia identificadas, ya que ésta todavía deberá ser determinada por una comisión.
Moulins-Beaufort anunció la creación de una Instancia Nacional Independiente de Reconocimiento y Reparación, dirigida por Marie Derain de Vaucresson, jurista especializada en derechos del niño, y que se encargará de acompañar a las víctimas en sus demandas. Asimismo, decidieron la puesta en marcha de nueve grupos de trabajo, entre los que destaca uno dedicado a analizar las violencias sexuales en el seno de la Iglesia católica. Los obispos franceses pidieron además al Papa Francisco que envíe un equipo al país para abordar la protección de los menores.
La Asamblea plenaria de obispos de Francia también informó de que se realizará una auditoría externa de las células de escucha a las víctimas y se comprometió a verificar «de forma sistemática los antecedentes judiciales de todo agente pastoral (laico, persona consagrada, clérigo) llamado a trabajar con menores».
El informe de la Comisión Independiente sobre Abusos en la Iglesia (Ciase, por sus siglas en francés) se publicó el 5 de octubre, después de casi tres años de investigación. La Ciase recibió el encargo de la propia Conferencia Episcopal y de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia (Corref), tras una serie de escándalos sexuales. Uno de los casos más conocidos fue el del cura Bernard Preynat, condenado en 2020 a cinco años de prisión por abusos de decenas de menores durante más de treinta años.
El 'caso Preynat' salpicó a Philippe Barbarin, entonces arzobispo de Lyon, condenado en primera instancia y absuelto en apelación, por no haber denunciado ante la Justicia la actuación de este sacerdote de su diócesis.
El informe, de 485 páginas y otras 2.500 de anexos, revela que el 80% de las víctimas eran niños y la mayoría de ellos tenían entre 10 a 13 años. Gran parte (56%) se produjeron en los años 50 y 60. Se redujeron entre las décadas de los 70 y 90 (22%) y después se estabilizaron (22%).
Los investigadores incluyeron 45 recomendaciones para mejorar la situación y actuar con justicia hacia las víctimas. Abogaban en el documento por indemnizar a las víctimas. «Hay que reparar, en la medida de lo posible, el mal que se ha hecho. Esto implica un mínimo de reconocimiento», señaló Jean-Marc Sauvé, presidente de la comisión, cuando se presentó el trabajo. Para Sauvé, «la cuestión de la indemnización no es un donativo, sino un deber». También se consideró necesario que la Iglesia reforme algunas de sus prácticas, como la formación de los sacerdotes y el secreto de confesión.
Aunque Ciase ha constatado un cambio en cuanto a la atención de las víctimas, que «hasta principios de este siglo no eran creídas ni les escuchaban», el análisis concluía que «la Iglesia no supo ver, no supo escuchar, no supo captar las señales débiles emitidas por las víctimas» y tampoco hizo nada por «tomar las medidas necesarias» para evitarlo y ayudarles. «La Iglesia puede y debe hacer todo lo que sea necesario para restablecer lo que ha dañado y reconstruir lo que se ha roto», dice el documento.
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