m. pérez
Lunes, 25 de octubre 2021, 21:01
El Partido Comunista de Portugal anunció este lunes que votará en contra de los Prespuestos del Estado para 2022 presentados por el Gobierno de António Costa, lo que deja al gabinete del primer ministro socialista al borde de un posible adelanto electoral. El veterano político ... luso ha sufrido un duro revés tras cosechar el rechazo de las dos fuerzas de izquierda que le han servido como principales avales en anteriores trances de gran dificultad: los comunistas y el Bloque de Izquierda, que suman 12 y 18 diputados, respectivamente.
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A Costa le quedan 24 horas de vértigo antes de la sesión de mañana donde las cuentas serán sometidas al escrutino de los 230 parlamentarios de la Cámara. Con 108 escaños, el gubernamental Partido Socialista necesita otros ocho para sacar adelante su proyecto, bien con un voto afirmativo o con la abstención. Tres representantes del PAN -el Partido Animalista- y dos diputadas no adscritas ya han anunciado que se decantarán por lo segundo, lo que deja en tres diputados el margen para que el primer ministro salve el trámite o se vea impelido a un adelanto electoral.
El secretario general del Partido Comunista, Jerónimo de Sousa, justificó la negativa en que «Portugal no necesita de unos Presupuestos cualesquiera, sino que necesita respuestas a los problemas existentes, que crecen a medida que no son afrontados», y cuya solución «no llega por parte del Gobierno». En síntesis, el conflicto que ha puesto en el filo al Ejecutivo, y sacudido la vida política lusa, es el equilibrio entre el respeto a las condiciones financieras y de gasto impuestas por la Unión Europa y las demandas de una izquierda que pide más empleo, mejores salarios y otras medidas progresistas en relación a las pensiones y la Sanidad.
El líder comunista advirtió que no espera un «golpe de magia» que le congracie con el Ejecutivo y envió al primer ministro el mensaje de que su partido está «siempre listo» para «cualquier proceso electoral», pese a que existe una mayoría reticente a embarcarse en unos comicios durante el año teóricamente de arranque de la recuperación después de la pandemia.
El presidente del país, Rebelo de Sousa, advirtió anoche que si no se aprueban las cuentas disolverá la Asamblea y pondrá fin a una arquitectura política -parecida a la española- que ha funcionado con altibajos pero sin sobresaltos tan alarmantes como el actual. El primer ministro evitó hacer declaraciones, pero convocó un Consejo de Ministros extraordionario para la noche de este lunes. Fue el secretario de Estado de Asuntos Parlamentarios, Duarte Cordeiro, quien actuó como portavoz para subrayar que «se ha hecho un enorme esfuerzo. Nunca habíamos ido tan lejos con el PCP como ahora», señaló tantes de advertir que la negativa de los comunistas pone «en peligro» avances ya acordados como la subida del salario mínimo, la gratuidad de las escuelas infantiles o la subida de las pensiones.
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