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beatriz juez
Martes, 5 de enero 2021, 21:19
Francia se mira en el espejo de Alemania en la gestión de la crisis de la covid-19, con un cierto complejo de inferioridad respecto a los vecinos del otro lado del Rin. No sólo el país germano tiene menos muertos por coronavirus (35.750) ... que el Estado galo (65.549), a pesar de tener más población, sino que les lleva una clara delantera en la campaña de vacunación, lanzada en ambos territorios a finales de diciembre. La comparación entre ambos es constante.
Durante la primera ola de covid-19, muchos se preguntaban en Francia cuál eran las razones por las que Alemania tenía una cifra de fallecidos muy inferior a ellos, a pesar de tener un número alto de infectados. Entre las explicaciones del éxito inicial germano para contener la mortandad del coronavirus, los expertos citaban la detección temprana de portadores al realizar una gran cantidad de test y una mejor preparación del sistema sanitario, con más camas UCI con respiradores que en el país galo.
La prensa francesa también se preguntaba si la estructura federal de Alemania frente al centralismo galo había desempeñado también un papel importante a la hora de gestionar mejor la crisis sanitaria. El Estado germano, modelo a seguir en la primera ola, no ha parecido tan eficaz durante la segunda a la hora de controlar la epidemia, ya que el número de contagios y fallecidos se ha disparado en las últimas semanas.
De todas formas, Alemania parece más preparada para hacer frente a una avalancha de pacientes. Al principio de la pandemia, el país, con 83 millones de habitantes, disponía de 28.000 camas de cuidados intensivos, pero ahora se han ampliado a las 40.000. Francia, con una población de 67 millones, cuenta, sin embargo, con 12.000 camas UCI.
La alianza de la farmacéutica estadounidense Pfizer con la alemana BioNTech y el laboratorio Moderna han ganado la carrera a la hora de sacar antes al mercado una vacuna eficaz contra la covid-19, mientras la de los franceses Sanofi-Instituto Pasteur no estará lista hasta finales de 2021.
Tras el inicio de la campaña de vacunación en Europa, París vuelve a medirse con Berlín. Los alemanes, que comenzaron a vacunar el 26 de diciembre, lo hacen a un fuerte ritmo mientras los franceses, que empezaron un día después, van a paso de tortuga. El 3 de enero, 238.809 germanos ya habían recibido la primera dosis comparado con sólo 516 galos.
Estos números han hecho sacar los colores al Elíseo, muy criticado por la oposición y expertos por la lentitud de la campaña de vacunación, que algunos achacan a unas reglas demasiado estrictas a la hora de inmunizar y a una falta de preparación logística. «Considero que estamos ante un escándalo de Estado», denunció el lunes el presidente de la región de Gran Este, el republicano Jean Rottner, quien criticó «la falta de preparación y la irresponsabilidad» del Gobierno francés a la hora de poner en marcha su estrategia contra la pandemia.
El Ejecutivo galo se ha defendido de los ataques por la lentitud de la campaña de vacunación, llegando a evocar la fábula de 'La liebre y la tortuga' de Jean de La Fontaine. «Lo que cuenta es la estrategia a largo plazo. Prestamos gran atención al consentimiento» de las pacientes antes de recibir el fármaco, explicó el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, aludiendo al relato.
«La polémica (por la lentitud de las vacunas) no ayuda ni aporta ninguna solución sobre el terreno sanitario ni sobre el económico y social», opinó el primer ministro Jean Castex, quien aseguró que su Gobierno está «plenamente comprometido a proteger y vacunar a los franceses»
Francia ha comenzado la primera fase de inmunización en las residencias geriátricas. El arranque de la campaña ha sido más lento de lo esperado por el papeleo, ya que, en muchos casos, los familiares o tutores tienen que dar su consentimiento. Además, la vacunación no es obligatoria.
El ministro francés de Sanidad, Olivier Véran, prometió que a partir de ahora van a «amplificar, acelerar y simplificar» la estrategia. «El ritmo de crucero de la vacunación va a alcanzar al de nuestros vecinos en los próximos días», prometió ayer en una entrevista en la cadena RTL
Francia, no obstante, ha pisado ya el acelerador. Ya se pueden vacunar los médicos, enfermeras, cuidadores de ancianos a domicilio y bomberos de más de 50 años. A finales de enero, se espera que los mayores de 75 años puedan empezar a inmunizarse, aunque no vivan en residencias. Y en las próximas semanas se incrementarán los centros de vacunación masiva.
Entonces, ¿acabará la tortuga francesa ganando a la liebre alemana la carrera de la vacunación, como en la fábula? El tiempo dirá cuál de las dos estrategias ha sido la más efectiva para llegar a la meta.
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