beatriz juez
París
Viernes, 30 de octubre 2020, 22:19
Más policías, más gendarmes y más soldados patrullando por las calles de Francia. Esa es la respuesta que acaba de dar el Gobierno francés tras el atentado del jueves en la basílica de Notre Dame de Niza en el que murieron tres personas en ... un ataque terrorista islamista perpetrado por un inmigrante tunecino. El objetivo es doble: tranquilizar a la población y tratar de evitar otros potenciales atentados.
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El ministro de Interior, Gérald Darmanin, anunció este viernes que 7.000 policías y gendarmes serán movilizados a partir del lunes en todo el territorio nacional para reforzar el dispositivo de seguridad antiterrorista. «El Consejo de Defensa ha decidido aumentar nuestra vigilancia», anunció Darmanin al término de la reunión, en la que se analizó la amenaza islamista radical. En poco más de un mes ha habido tres ataques de esta naturaleza, todos perpetrados con arma blanca; entre ellos, la decapitación del profesor que mostró en clase las caricaturas de Mahoma antes publicadas por el semanario 'Charlie Hebdo'.
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El ministro detalló que se movilizarán 3.500 gendarmes reservistas y 3.500 policías y miembros de las unidades móviles. Y enviarán 120 agentes más a Niza. A esto habría que añadir los militares que participan en acciones antiterroristas. La 'Operación Centinela' fue creada en 2015 tras el atentado de 'Charlie Hebdo' para llevar a cabo misiones contra el yihadismo en estrecha coordinación con el Ministerio del Interior. El dispositivo se reforzó tras los trágicos ataques perpetrados en noviembre de 2015 contra la sala Bataclán y otros establecimientos hosteleros y terrazas de París.
El presidente, Emmanuel Macron, ya anunció el jueves que el Gobierno aumentará de 3.000 a 7.000 el número de soldados de la 'Operación Centinela' para proteger puntos clave del país. Esto muestra, según la ministra de Defensa, Florence Parly, la determinación del Ejecutivo galo a «no ceder nada ante el terrorismo».
«La amenaza está en todas partes», ha advertido por su parte el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian. El Gobierno alertó a todos los franceses que viven en el extranjero para que extremen la vigilancia tras las manifestaciones y llamadas al boicot de productos galos en varios países musulmanes por la nueva difusión de las caricaturas de Mahoma.
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El Ejecutivo elevó el jueves al máximo el nivel de alerta de su dispositivo de vigilancia antiterrorista Vigipirate a causa del ataque mortal de Niza. El nivel de 'urgencia atentado' se activa para evitar réplicas de una agresión o si se tienen evidencias de que un grupo radical prepara un acto terrorista inminente.
Francia reforzará especialmente en los próximos días la seguridad alrededor de las iglesias católicas y los cementerios coincidiendo con la celebración del Día de Todos los Santos. También se hará lo mismo en los centros de enseñanza. Los estudiantes franceses regresan a clase el lunes, al término de dos semanas de vacaciones escolares.
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Todas los colegios e institutos rendirán precisamente ese día un homenaje al profesor Samuel Paty, el docente que fue decapitado el 16 de octubre en Conflans-Sainte-Honorine (afueras de París) por un terrorista islámico de origen checheno por haber enseñado a sus alumnos las controvertidas caricaturas de Mahoma. Los alumnos y profesores guardarán un minuto de silencio en su memoria.
La decapitación, que sobrecogió a la sociedad francesa y recordó al mundo la capacidad de los radicales de golpear de todas las maneras posibles y a la menor ocasión, se produjo tres semanas después de que un paquistaní agrediera el 25 de septiembre con un cuchillo a dos trabajadores de una productora de televisión. Las víctimas se encontraban delante de los antiguos locales de 'Charlie Hebdo'. En los días siguientes, el Gobierno reforzó la seguridad en torno a los lugares que fueron escenario en los últimos años de atentados terroristas, como la sala de conciertos Bataclan.
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Mientras tanto, las manifestaciones masivas se volvieron a repetir este viernes en diferentes países; especialmente en Bangladesh, Afganistán y Pakistán, donde decenas de miles de personas exigieron a Macron que se retracte de sus «comentarios insultantes» y deje de «difamar al islam». En Islamabad, la Policía intervino para evitar que un millar de jóvenes llegara a la Embajada de Francia al grito de «queremos la cabeza del blasfemo».
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