paula rosas
Corresponsal. París
Jueves, 25 de junio 2020, 20:55
Se llama Tyler Vilnus, tiene 30 años y formó parte de las primeras oleadas de franceses que se marcharon a Siria a unirse a las filas del Estado Islámico. Allí estuvo en contacto con varios de los autores de los atentados del 13 de noviembre ... de 2015 en París, fue combatiente, reclutador y miembro de la policía del Dáesh, y se ha convertido en el primer yihadista galo al que el país juzga por asesinatos cometidos en Siria.
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La cuestión de los juicios a los yihadistas franceses del Estado Islámico retornados o capturados en los últimos años es compleja, y Francia ha intentado evitarla a toda costa. Probar crímenes cometidos en otro país, a veces sin testigos o sin disponer de pruebas fehacientes, no es sencillo en un Estado de derecho y con una justicia garantista. Por eso París ha buscado siempre que sus nacionales fueran juzgados allá donde fueran detenidos.
De ahí la importancia del juicio iniciado este jueves en el tribunal especial de lo penal en París, que durará hasta el 3 de julio y en el que se acusa a Vilnus de pertenencia a grupo terrorista y de asesinato con agravantes. Podría ser condenado a cadena perpetua. El terrorista, que se convirtió al islam con 21 años, fue detenido en 2015 en Turquía y expulsado a Francia. Su arresto supuso una importante captura para los servicios de Inteligencia galos porque había estado en contacto con toda la galaxia yihadista francófona en Siria.
Entre sus contactos estaba el belga Abdelhamid Abaaoud, cerebro de los atentados de la sala Bataclan y las terrazas de París, a quien escribió tras ser arrestado: «No cambia nada. Cuando salga actuaré». Los investigadores han intentado hallar vínculos entre Vilnus y el ataque a la capital francesa, sin éxito. Él ha afirmado que con ese mensaje solo pretendía engañar a Abaaoud, pero que en realidad había abandonado el Estado Islámico para ir a Mauritania.
Tras una radicalización exprés, Vilnus se trasladó en 2011 a Túnez para unirse a los grupos salafistas surgidos tras la 'primavera árabe'. Pero le parecieron demasiado tibios y en 2013 partió a Siria. Allí los investigadores creen que participó en la brigada conocida como 'Al-Muhayirín' (los emigrados), responsable de torturas y ejecuciones sumarias. En un vídeo de 2015, en el que se ve a combatientes del Estado Islámico ejecutar a dos rehenes, se observa a Vilnus, a cara descubierta, a pocos metros de los verdugos.
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Su madre, con la que tenía una estrecha relación, se convirtió también al islam y fue al menos tres veces a Siria. En 2018, 'Abuela Yihad', como la conocían los servicios secretos, fue condenada a 10 años de prisión por asociación y financiación del terrorismo. Los investigadores creen que también se dedicaba a reclutar a mujeres jóvenes para enviarlas al califato.
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