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Beatriz Juez
Corresponsal en París
Jueves, 30 de septiembre 2021, 11:20
Por primera vez en la historia de la República Francesa, un expresidente es condenado en dos ocasiones por la Justicia. Y por delitos tan graves como corrupción y financiación ilegal, las grandes lacras que sepultan el prestigio de un político. Nicolas Sarkozy pasó este jueves ... por esta humillación cuando un tribunal le cosideró culpable por superar el techo de gasto electoral en los comicios de 2012 que finalmente no ganó. La sentencia se une a la que recibió en marzo pasado por tráfico de influencias y corrupción, aplazada tras la interposición de un recurso por el exmandatario conservador.
El Tribunal de París sentencia a Sarkozy a un año de prisión en firme. Podrá cumplir la pena en arresto domiciliario con un brazalete electrónico, según precisó la presidenta de la sala al leer la sentencia del 'caso Bygmalion', llamado así por el nombre de la agencia de comunicación que organizó su campaña electoral. De esta manera, le ahorra al exdirigente la humillación añadida del ingreso en prisión. El antiguo inquilino del Elíseo había participado solo 24 horas antes como invitado en la convención nacional del PP español.
Sarkozy, de 66 años, recurrirá la sentencia, tal y como anunció a la salida del tribunal su abogado, Thierry Herzog. Así quedará, por tanto, en suspenso hasta que se resuelva la impugnación. El exmandatario, que no estuvo presente en la sala cuando su presidenta anunció su decisión, será considerado presunto inocente hasta que sea de nuevo juzgado por el Tribunal de Apelación.
Si este órgano judicial confirma la pena, los movimientos de Sarkozy estarán controlados durante un año y en todo momento por un brazalete electrónico, permanecerá en arresto domiciliario y solo podrá salir a la calle durante las horas que fije el juez. La pena impuesta al exdirigente conservador es la máxima para este tipo de delitos en Francia. La Fiscalía había solicitado un año de cárcel, con seis meses exentos de cumplimiento.
El tribunal no deja ningún resquicio al antiguo jefe de Gobierno en su resolución. Considera que Sarkozy «conocía la existencia de un techo legal» de gastos electorales y recordó que «no era su primera campaña». Además, fue advertido del riesgo de superar el límite económico fijado por la ley electoral mediante dos notas escritas por los contables de la campaña, según se supo en el juicio. A pesar de las advertencias, siguió haciendo mítines electorales como si nada. Finalmente, el exceso de gastos se habría ocultado mediante un montaje financiero entre la empresa encargada de los actos y el partido de Sarkozy, Unión por un Movimiento Popular, hoy Los Republicanos.
Junto con el expresidente, hay otros trece acusados en el 'caso Bygmalion' que fueron también encontrados culpables de complicidad de financiación ilegal y condenados a penas entre dos y tres años y medio de prisión. Entre ellos destacan Guillaume Lambert y Jérôme Lavrilleux, director y director adjunto, respectivamente, de la campaña de 2012.
Lavrilleux, hoy retirado de la política, fue quien denunció en 2014 el sistema de doble contabilidad y de facturas falsas para disimular los gastos desorbitados de la campaña electoral. A diferencia del resto de condenados, Sarkozy solo fue juzgado por haber superado el techo legal de gastos electorales y no por hacer facturas falsas. Su equipo rebasó el límite máximo de gasto permitido durante una campaña presidencial, que en aquel momento era de 22,5 millones de euros en la segunda vuelta. Los colaboradores invirtieron 42,8 millones de euros, casi el doble de lo permitido.
El político conservador se presentaba a la reelección tras cinco años en el Gobierno. Según la Fiscalía, exigía «un mitin al día» y éstos eran cada vez más espectaculares, con un gran despliegue de medios técnicos y «shows a la estadounidense». Pese a ello, el socialista François Hollande le derrotó en las urnas.
Sarkozy, quien fue presidente de Francia entre 2007 y 2012, está retirado de la política activa y se encuentra en plena promoción de su último libro. Y como se ha podido observar en la convención del Partido Popular, el político conservador sigue siendo un referente en la derecha francesa y europea, a pesar de sus problemas con la Justicia gala y de haber sido condenado ya en una ocasión por corrupción. El líder popular, Pablo Casado, le presentó el miércoles como ejemplo de buena gestión.
Las principales figuras del conservadurismo galo cerraron ayer filas en torno a Sarkozy y le mostraron públicamente su apoyo. Entre ellos, el presidente de Los Republicanos, Christian Jacob, y dos de los candidatos de la derecha a las elecciones presidenciales de 2022, Válerie Pécresse y Xavier Bertrand.
En marzo, el expresidente fue condenado a tres años de cárcel, uno de prisión firme y dos exentos de cumplimiento, por corrupción y tráfico de influencias en el llamado 'caso de las escuchas' o 'caso Bismuth'. Sarkozy ha recurrido esa primera sentencia. Todavía no hay fecha para el nuevo juicio.
Además, ha sido imputado en otro caso por la presunta financiación libia de su campaña electoral con la que ganó las elecciones presidenciales de 2007. Por este asunto todavía no ha sido juzgado.
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