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El primer ministro de Eslovenia, Janez Jansa, el presidente del Consejo de Europa, Charles Michel , y la presidenta de la comisión, Ursula von der Leyen, atienden a los medios asistentes a la cumbre. Reuters
La UE esquiva el calendario para la adhesión de los Balcanes

La UE esquiva el calendario para la adhesión de los Balcanes

Las divisiones entre los socios hacen hoy inviable la ampliación, mientras se teme la influencia de China y Rusia en la región

Salvador Arroyo

Miércoles, 6 de octubre 2021, 18:48

Serbia, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte, Bosnia-Herzegovina y Kosovo. Los seis eternos aspirantes a integrarse en la Unión Europea, tendrán que seguir manteniendo la tensión. Ni hay calendario para los que se encuentran más cerca de dar ese salto ¬el 2025 comprometido en la ' ... era Juncker' para los dos primeros se antoja demasiado cercano– ni perspectivas medianamente verosímiles para el resto. Por diferentes motivos, la UE les seguirá cerrando el paso durante un tiempo indefinido. Aunque se impone para todos ellos, eso sí, las buenas palabras, el 'patrocinio' de sus campañas de vacunación (con 2,9 millones de dosis y más por llegar) y la extensión de cheques multimillonarios que les disuadan de atender a los cantos de sirena que llegan desde Moscú y Pekín.

Así que la región «de alta importancia estratégica» para la Europa comunitaria deberá seguir a la espera de que sus socios se aclaren. «Con total franqueza, hay discusión entre los Veintisiete sobre nuestra capacidad para recibir nuevos miembros», asumía este miércoles con resignación Charles Michel desde Eslovenia, tras presidir el Consejo Europeo informal sobre los Balcanes Occidentales. Se había convertido en la gran apuesta del país anfitrión para su presidencia rotatoria del bloque pero, como era previsible, quedó desdibujada.

Porque en este como en otros asuntos complejos las Veintisiete sensibilidades son de muy difícil acomodo. Y aquí hay países especialmente reacios como Francia, que lleva años reclamando un endurecimiento de los criterios de adhesión. Con Países Bajos, siguen la lógica de que si ya es difícil pilotar el proyecto ahora, más complejo resultará con nuevos inquilinos. Aquí pesan (y mucho) las derivas de Hungría y Polonia, por ejemplo.

En el terreno del 'no' por cuestiones domésticas, el foco se pone en Bulgaria, que se cierra en banda a que se abra la puerta a Macedonia del Norte por disputas históricas y culturales lo que, a su vez, complica el proceso de adhesión para Albania y Macedonia (que sí cumplirían las condiciones para una negociación seria con Bruselas). En el caso de Kosovo el problema radica en que cinco socios (España, Eslovaquia, Grecia, Rumanía y Chipre) no le reconocen. Y con Bosnia-Herzegovina pesa una estructura inestable: dos territorios autónomos con marcadas diferencias étnicas y una administración y gobierno central muy débiles.

¿Proceso creíble?

«Tenemos que mantener un proceso de ampliación creíble. La UE no está completa sin los Balcanes Occidentales», alentaba el Alto Representante de Exteriores, Josep Borrell. Un llamamiento similar lanzaba David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo: «El proceso de adhesión necesita un nuevo y fuerte impulso. Ya es hora de que se superen los retrasos y los bloqueos actuales». Incluso Ursula Von der Leyen alertaba de que «nuestra credibilidad como socio está en juego. La falta de una decisión para negociar con Macedonia del Norte y Albania pone en peligro nuestra posición e influencia en la región».

Pero en la declaración aprobada por los líderes en esta cumbre, no hay fechas concretas, sí voluntad de seguir trabajando y «satisfacción» por los supuestos avances que detecta en 'ese patio de atrás' de la UE. A saber, «la primacía de la democracia, de los derechos y valores fundamentales y del Estado de Derecho y su labor sostenida de lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada y de apoyo a la buena gobernanza, los derechos humanos, la igualdad de género y los derechos de las personas pertenecientes a minorías».

Y en el terreno de la concreción, un plan de inversiones que movilizará unos 30.000 millones de euros en los próximos siete años (9 000 millones en subvenciones y 20 000 en inversiones), en el marco del nuevo Instrumento de Garantía para los Balcanes Occidentales. ¿Los fines? «Estimular la recuperación socioeconómica y ecológica y la competitividad, apoyar su transición ecológica y digital, fomentar la conectividad sostenible, la integración regional, el comercio». Y todo para «reforzar la cooperación y la convergencia con la UE».

Política de seguridad

En la Cumbre UE-Balcanes Occidentales celebrada este miércoles, como en la cena a puerta cerrada de los líderes la víspera, también se debatió sobre política exterior y seguridad. Para enfrentar desafíos comunes, necesitamos más coordinación». Tras la caótica retirada de Afganistán que lideró Estados Unidos y la nueva asociación de seguridad del Indo-Pacífico que Washington anunció con Australia y Reino Unido con un conato de crisis diplomática seria con Francia– la UE vienen insistiendo en la necesidad de reforzar su autonomía estratégica.

«Para hacer frente a los desafíos comunes, necesitamos más coordinación», apelaba Borrell. Autonomía sin romper vínculos. Ni con Estados Unidos ni con la OTAN con la que se intensificarán las negociaciones antes de la cumbre de 2022 en España.

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