Dario Menor
Roma
Sábado, 18 de septiembre 2021, 18:30
El último masaje se lo ha dado a Mario Draghi la revista estadounidense 'Time' al incluirlo por tercera vez en su lista de las cien personas más influyentes del mundo. Es, además, el único italiano del elenco y forma parte de él por ser capaz ... de llevar las riendas de su país «con mano hábil» y combinar la «rápida» campaña de vacunación con medidas «necesarias y difíciles para hacer más verde la economía y reducir las desigualdades».
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Con estas palabras de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos e incluidas en el último número de 'Time', Mario Draghi colecciona un nuevo elogio, a los que tan acostumbrado está desde que se convirtió en primer ministro italiano el pasado mes de febrero. No ha parado desde entonces de alabarle tanto la prensa internacional como la de su propio país, en la que no es fácil hallar voces críticas contra él.
Al frente de una amplísima y heterogénea coalición de partidos, estos siete meses le han servido para alargar aún más su figura al hombre que ya se ganó el sobrenombre de 'SuperMario' por su determinación a la hora de salvar la moneda única cuando estaba al frente del Banco Central Europeo (BCE). Y eso que no era fácil la tarea que le encomendó el presidente de la República, Sergio Mattarella, cuando estalló la última crisis política italiana el pasado mes de enero: debía unir a las partidos, acelerar la campaña de vacunación y preparar un programa de reformas e inversiones creíble que mandar a Bruselas. Había que aprovechar el programa de ayudas europeo para superar la crisis provocada por la pandemia.
No le ha ido nada mal a Draghi en estas tres áreas hasta ahora. Ya han completado la pauta de vacunación más del 75% de los italianos con edad superior a 12 años, un porcentaje similar al de los grandes países europeos, una clasificación encabezada por España. En el terreno económico las cifras también son halagüeñas, pues se espera que el PIB aumente en 2021 hasta un 6%, un dato que no se veía desde hace medio siglo. El crecimiento, además, puede mantenerse en los próximos años gracias a los fondos europeos que se invertirán en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), el ambicioso programa de reformas por valor de 221.500 millones de euros que Roma presentó a la Comisión Europea.
El 'maná' llegado desde Bruselas ha conseguido una situación insólita, casi milagrosa para el país: que los partidos de la coalición, que van desde la extrema izquierda hasta la Liga, la formación derechista de Matteo Salvini, aparquen sus diferencias. Ninguna de las nueve fuerzas políticas de la alianza gubernamental quiere quedarse fuera de la gestión de los fondos europeos y, menos aún, en un momento como el actual, con la conmoción social y económica provocada por la pandemia y bajo el liderazgo de una figura tan respetada como la de Draghi. Los italianos confían mayoritariamente en el expresidente del BCE. Según los últimos sondeos, el 57% querría que siguiera en el Gobierno hasta que acabe la legislatura en 2023.
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«Estamos viviendo una larguísima luna de miel con Draghi, que se explica porque su personalidad y prestigio resultan impresionantes, también desde el punto de vista moral. El primer ministro representa hoy a Italia y si se le critica parece que se critica al país», asegura Nadia Urbinati, profesora de ciencia política en la Universidad Columbia de Nueva York. «Draghi parece el hombre de la providencia que está por encima de cualquier consideración. Esta situación ha provocado que apenas quede espacio para las críticas, que son consideradas radicales. Pero no todo es de color de rosa, como lo muestra la prensa italiana, sino que hay grises y la situación es más compleja», opina la politóloga.
Cita como ejemplo de esta situación la dócil actitud de sindicatos y medios de comunicación cuando el Gobierno puso fin el pasado 1 de julio al bloqueo de los despidos instaurado al principio de la pandemia.
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Para Veronica de Romanis, profesora de Economía Europea en las universidades Luiss y Stanford, la mayor contribución del jefe de Gobierno viene de su «método de trabajo» en el que prima la «visión a largo plazo» y una valentía que le lleva a «asumir riesgos» y a premiar «el espíritu empresarial». No pertenecer a ningún partido ni tener tampoco intención de presentarse a unas elecciones, otorga además a Draghi toda la libertad necesaria para emprender las reformas, muchas de ellas impopulares, que precisa Italia para salir de décadas de estancamiento económico.
«Estamos trabajando con un horizonte de dos años. Hasta ahora estamos satisfechos porque vamos cumpliendo con los objetivos y no han surgido grandes puntos críticos con los partidos» resume el sentir del Ejecutivo un alto funcionario gubernamental que pide mantenerse en el anonimato.
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Quienes hayan visitado Roma en los últimos años no se sorprenderán al saber que está en el primer lugar de la clasificación realizada por la revista estadounidense 'Time Out' de las capitales más sucias del mundo, según las opiniones ofrecidas por sus habitantes en una encuesta realizada a través de Internet. Años de gestión desastrosa y la falta de infraestructuras adecuadas para el tratamiento de residuos han provocado que sea cada vez más habitual encontrarse montañas de desperdicios junto a los contenedores esperando durante días a ser recogidas.
La creciente suciedad de la ciudad es uno de los argumentos que explican las malas perspectivas de la actual alcaldesa, Virginia Raggi, del Movimiento 5 Estrellas (M5E), de cara a las elecciones municipales que se celebran en Italia el 2 y el 3 de octubre en el primer turno, y el 17 y 18 de octubre en la segunda vuelta en caso de que ningún candidato supere el 50% de las papeletas en la primera cita. Además de la capital italiana, también se vota en Milán, Nápoles, Bolonia, Turín y otras 13 cabeceras de provincia. En Roma es favorito el candidato de la derecha, Enrico Michetti, seguido por el del centroizquierda, Roberto Gualtieri. Raggi va tercera en las encuestas y no pasaría a la segunda vuelta.
Un total de 12 millones de italianos estarán llamados a renovar los ayuntamientos de 1.162 localidades en unos comicios que podrían tener consecuencias en la política nacional. En los partidos de la coalición de Gobierno liderada por Mario Draghi se mirará con lupa los datos que obtenga Hermanos de Italia, el partido de ultraderecha que tan buenos réditos está sacando de no haber entrado en la alianza que sostiene al Ejecutivo. Según los últimos sondeos, en caso de celebrarse elecciones generales obtendría un 21% de los votos y sería así la fuerza política más votada del país.
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