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La Policía alemana intenta disolver la manifestación en Berlín. Afp

Disuelven con cañones de agua protesta contra el coronavirus en Berlín

El parlamento aprueba la ley para lucha contra las pandemias con una severa normativa

Juan Carlos BArrena

Berlín

Miércoles, 18 de noviembre 2020, 16:18

La policía berlinesa disolvió este miércoles a cañonazos de agua y con aerosoles de gas pimienta una manifestación de miles de inconformistas que protestaban ante la Puerta de Brandeburgo contra las restricciones por el coronavirus y la aprobación de una nueva ley nacional para la ... lucha contra las pandemias. Debido a que la gran mayoría de los asistentes ni portaban mascarillas ni guardaban la obligada distancia física de seguridad entre ellos, la policía de la capital alemana había dado por concluida poco antes la protesta y ordenado a los asistentes que se disolvieran. La presidenta de la policía berlinesa, Barbara Slowik, había advertido ya a primeras horas de la mañana de que impondría con todos los medios a su alcance el cumplimiento de las normas para evitar la propagación del coronavirus. «Haremos todo lo posible para no permitir asambleas sin el uso de mascarillas», dijo Slowik, quien comentó que los agentes encargados de vigilar la manifestación tenían orden de intervenir inmediatamente y disolverla si no se cumplían las obligadas normas de higiene.

«La manifestación en la calle del 17 de Junio fue finalizada por el organizador de la asamblea a las 12,06 horas», informó la policía en un tuit, pero como los asistentes hacían caso omiso de la orden de disolverse «hemos hecho uso de los camiones con cañones de agua», añadía el mensaje. El departamento de prensa de la policía destacó que las fuerzas antidisturbios fueron reiteradamente agredidas por un sector de los manifestantes. «Nuestros colegas han sido atacados con botellas, piedras y petardos, así como con aerosoles de gas pimienta», destacaba otro tuit en el que se anunciaban detenciones sin cuantificar su número. Varios periodistas que cubrían la protesta fueron agredidos igualmente por participantes en la manifestación, mientras las sedes parlamentarias de las grandes cadenas públicas de televisión cercanas al lugar fueron preventivamente custodiadas por un amplio dispositivo policial.

La jefa de la policía de la capital alemana subrayó que no permitiría imágenes como las del pasado agosto ante el Reichstag, el histórico parlamento alemán que estuvo a punto de ser asaltado por ultraderechistas que participaban en una protesta contra el coronavirus, ni las más recientes de Leipzig, ciudad en la que miles de inconformistas continuaron su protesta y marcharon sin mascarillas por la ciudad, después de que la policía local ordenara su disolución, pero sin llegar a imponer esa orden por la fuerza. Por ese motivo el ministerio federal del Interior prohibió este miércoles varias convocatorias de inconformistas ante el Reichstag, fuertemente protegido por un cordón policial y donde esta mañana se aprobó con los votos de la gran coalición de conservadores y socialdemócratas y el apoyo de la oposición verde una nueva versión revisada y más severa de ley de protección de la población contra las infecciones, que concede más poder a las autoridades para combatir una pandemia.

Más de 2.000 policías antidisturbios, con refuerzos llegados de nueve estados federados y agentes de la Policía Federal se encargaron de controlar la manifestación en el corazón de la capital alemana. El Sindicato de la Policía (GdP) contaba de antemano con una misión complicada para los funcionarios. Manifestaciones pasadas también en otras ciudades han demostrado como la situación escalar y que rápidamente los agentes pueden verse sumidos en la impotencia, señaló Benjamin Jendro, portavoz del GdP, quien comentó que el gran problema es que en esas protestas participan grupos muy dispares. «Eso quiere decir que no todos son extremistas de derechas los que se suman a las convocatorias, sino también gente con miedos existenciales», señaló Jendro, que comentó que acuden incluso niños y ancianos. Las protestas se ven dominadas con frecuencia por elementos de la extrema derecha y miembros de organizaciones inconformistas que en muchos casos pretenden socavar el estado de derecho. En Berlín pudieron verse este miércoles entre los manifestantes numerosos seguidores del neonazi Partido Nacionaldemócrata Alemán (NPD) y simpatizantes de la ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD).

La nueva legislación para la lucha contra las pandemias tiene como fin conceder una base legal a las normas y restricciones dictadas para combatir el coronavirus y futuras pandemias y evitar que estas reglas y preceptos se vean tumbados, como ha sucedido en varias ocasiones, por los tribunales administrativos por la falta de disposiciones precisas. Desde el uso de mascarillas a la obligación de guardar distancia física, pero también el cierre de comercios, bares, locales gastronómicos, centros culturales y deportivos, todas esas normas y prohibiciones tienen desde este miércoles una base legal cuando se produzca «una situación epidémica de alcance nacional», según el texto aprobado, primero por el Bundestag y seguidamente y por el procedimiento de urgencia por el Bundesrat, la cámara alta alemana, para que el presidente federal, Frank Walter Steinmeier, lo suscribiera antes de acabar la jornada.

Varios diputados denunciaron intentos de intimidación por parte de manifestantes fuera pero también en el interior del Reichstag. El liberal Konstantin Kuhle denuncio que «AfD ha introducido personas en el edificio que intimidan a los diputados y les plantan las cámaras de sus móviles en el rostro». Y la vicepresidenta del grupo parlamentario socialdemócrata, Katja Mast, señaló que «personas que se han colado en el parlamento con ayuda de AfD han intentado allanar las oficinas de los diputados»

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