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Darmanin, el giro a la derecha de Macron

Darmanin, el giro a la derecha de Macron

El ministro francés de Interior, apadrinado por Sarkozy, está en el ojo del huracán mediático tras los últimos episodios de violencia policial

beatriz juez

París

Viernes, 27 de noviembre 2020, 19:48

Desde su llegada el pasado julio a la Plaza Beauvau, sede del ministerio francés de Interior, Gérald Darmanin está en boca de todos. Su política de mano dura contra el islamismo radical y contra la inseguridad ciudadana, sus declaraciones sin tapujos y los últimos episodios de violencia policial ... han colocado a Darmanin en el ojo del huracán político-mediático en Francia.

Ambicioso, muy mediático e hiperactivo sobre el terreno y en las redes sociales, Darmanin está omnipresente. A muchos franceses les recuerda al ex presidente Nicolas Sarkozy, su mentor político.

Políticamente proviene de la derecha. A los 16 años se afilió a Agrupación por la República (RPR) de Jacques Chirac e hizo carrera en sus formaciones herederas: la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y Los Republicanos. En 2017 se afilió a La República en Marcha, el partido del presidente Emmanuel Macron.

LAS CLAVES:

  • Incómodo para todos. Ha criticado que en los supermercados haya comida halal o kosher y ha cerrado mezquitas

  • Caso en investigación. Su nombramiento provocó la ira de las feministasy ha sido acusado en el pasado de violación

Antes de ser nombrado ministro del Interior, Darmanin, de 38 años, fue diputado, alcalde de Tourcoing (norte de Francia) y ministro de Presupuesto y Cuentas Públicas.

El «primer poli de Francia», sobrenombre del ministro de Interior, todavía no ha cumplido cinco meses en el cargo, pero no deja indiferente a nadie. Su ascenso a uno de los puestos claves en el Gobierno provocó la ira de las feministas, ya que Darmanin ha sido acusado en el pasado de violación.

Sophie Patterson-Spatz presentó en 2017 una denuncia contra él. Los hechos habrían presuntamente ocurrido en 2009 cuando Darmanin trabajaba en el servicio de asuntos jurídicos de la UMP. Él sostiene que la relación fue consensual. Aunque la justicia francesa desestimó el caso en 2018, el Tribunal de Apelación de París ordenó en junio reanudar la investigación.

Desde su llegada a Interior, Darmanin acapara todos los focos. No tiene pelos en la lengua a la hora de hacer declaraciones. Ha denunciado, por ejemplo, la creciente violencia y el salvajismo de una parte de la sociedad francesa. Y ha criticado que haya estantes de comida halal y kosher en los supermercados.

A raíz de la ola de atentados islamistas este otoño, ha acelerado las expulsiones de radicales. También ha cerrado una mezquita y disuelto organizaciones islamistas, tras la decapitación del profesor Samuel Paty, por enseñar a sus alumnos en clase las polémicas caricaturas de Mahoma.

El ministro defiende la controvertida proposición de ley de Seguridad Global, que busca castigar la toma «malintencionada» de fotografías o videos en los que aparezcan policías o gendarmes.

Sus detractores consideran que esta ley pone en peligro la libertad de informar y fomenta la impunidad policial. Según ellos, los últimos episodios de violencia policial - el desalojo por la fuerza de un campamento de migrantes en París y la paliza de unos policías a un productor de música negro- han puesto de manifiesto que sin videos no puede haber control de los policías violentos.

Su plan contra el «separatismo» islamista será presentado el 9 de diciembre en Consejo de Ministros, coincidiendo con el aniversario de promulgación de la ley de 1905, que estableció la separación de la Iglesia y el Estado en Francia.

Para muchos franceses Darmanin encarna el giro a la derecha de Macron, que cuando ganó las elecciones en 2017 dijo que no era ni de derechas ni de izquierdas. Macron busca robarle votos a la derecha y a la extrema derecha de cara a las elecciones regionales de 2021 y a las presidenciales de 2022, pero corre el peligro de perder los votos moderados y de la izquierda.

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