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Maria Molinos
Berlín
Miércoles, 1 de julio 2020, 09:37
La canciller alemana, Angela Merkel, aspira a que la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) que asume desde este miércoles su país sirva para fortalecer el bloque política y económicamente tras la crisis desatada por la pandemia y también para avanzar en cohesión social, ... cerrando la brecha entre ricos y pobres que el coronavirus ha reabierto.
En una comparecencia ante el pleno del Bundestag, Merkel subrayó que su prioridad es «hacer que Europa vuelva a ser fuerte» en este semestre, «marcado por la pandemia y sus consecuencias». La UE, agregó respondiendo a una batería de preguntas de los parlamentarios alemanes, se enfrenta a «tiempos difíciles» por el Sars-CoV2, pero también por la negociación sobre la relación futura con Reino Unido, y por la compleja posición de la UE en la puja entre Estados Unidos y China en los ámbitos comercial, militar y tecnológico.
«Es importante que la recuperación llegue a todos los europeos y que, además de generar crecimiento y empleo, fortalezcamos la cohesión social«, aseguró la canciller, que recientemente reconoció que su primera respuesta ante el coronavirus fue nacional, cuando lo que se precisaba era una respuesta multilateral. Ahora, con cada vez más voces pidiendo que asuma el liderazgo de una UE desnortada y en peligro, Merkel hizo un guiño al sur de Europa al asegurar que es «especialmente importante» que los jóvenes tengan «perspectivas de acceso a formación y empleo».
La canciller defendió el plan de reconstrucción de 750.000 millones de euros propuesto por la Comisión Europea (CE) en base a una iniciativa franco-alemana y afirmó que éste será un «instrumento adicional» al presupuesto comunitario 2021-2027 para cimentar la recuperación económica de la UE y favorecer un salto cualitativo en la competitividad del bloque sobre las guías de la sostenibilidad medioambiental y las tecnologías de futuro.
Merkel reconoció no obstante que las posturas de los 27 con respecto al plan de reconstrucción continúan «alejadas», sobre todo por el escepticismo de los llamados «cuatro frugales». Austria, Holanda, Suecia y Dinamarca no quieren ayudas a fondo perdido -prefieren que se otorguen créditos a los estados miembro más afectados por la crisis- y están en contra de que la CE emita por primera vez deuda para sufragar esta iniciativa. La canciller, sin embargo, confió en poder construir un consenso para mediados de mes, cuando se va a celebrar una cumbre europea sobre esta materia.
Con respecto al «brexit», Merkel apuntó que las negociaciones con Londres para la relación futura no avanzan y advirtió que la UE debe prepararse «para el caso de que no haya acuerdo». Tras la negociación de los términos de la salida de Reino Unido, Londres y Bruselas deben acordar antes de final de año los términos de su futura relación en términos políticos y económicos.
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