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Clase en el Charles Dickens Primary School de Londres. E. P.

Comienza el curso burbuja de la covid-19

Londres estudia aplazar los exámenes en el nuevo año académico, que desde hoy introduce severas medidas de seguridad en decenas de países

Iñigo Gurruchaga

Londres

Martes, 1 de septiembre 2020, 21:14

Un retraso de tres meses en el nivel de conocimiento y evitar que los alumnos se mezclen en el transporte público son dos de los retos que las escuelas de Primaria y Secundaria en Inglaterra y Gales tendrán que acometer durante el curso tras la ... reapertura este martes de las aulas. Se espera que la gran mayoría ya estén operativas esta semana. En Escocia e Irlanda del Norte se inició el curso en agosto.

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Un informe de la Fundación Nacional para la Investigación de la Educación, basado en entrevistas con 3.000 directores y profesores, ha llegado a la conclusión de que los escolares inician el curso 2020-21 con un retraso en su aprendizaje de tres meses, como consecuencia del cierre de los colegios a mediados de marzo. El Ministerio de Educación estaría considerando la posibilidad de aceptar la petición de sindicatos y de la oposición laborista, y aplazar hasta julio los exámenes del certificado general de Secundaria y los de Selectividad. Suelen ser en mayo, pero las circunstancias aconsejarían dar más tiempo a escuelas y alumnos para alcanzar el nivel deseado en los exámenes nacionales.

Los responsables escolares han tenido tiempo para preparar sus centros de tal modo que cumplan la guía del Gobierno para favorecer el distanciamiento físico en aulas, pasillos, comedores y espacios de recreo. El coste medio de las medidas para escuelas primarias se estima en unos 300.000 euros. Aunque los informes científicos insisten en que contagio y transmisión entre menores son muy bajos, la BBC ha subrayado un posible problema en el transporte público, donde es más difícil mantener la separación de grupos. Los autobuses urbanos operan también con un número limitado de pasajeros, lo que podría causar dificultades en la hora punta de los escolares.

Las clases no se retoman únicamente en Inglaterra. Decenas de países, desde Bélgica a Camboya, comenzaron este martes el nuevo ciclo, caracterizado por la distancia social, las mascarillas, los turnos para comer o salir al recreo y la conversión de las aulas en burbujas protectoras. Eso, sí, allí donde la pandemia y las condiciones socioeconómicas lo permiten. Sólo 561 millones de estudiantes volverán al pupitre este mes o en octubre de los 1.500 censados en todo el mundo desde Preescolar a Secundaria, según ha informado la Unesco.

En Francia se colgaron la mochila este martes más de 12 millones de jóvenes, con la mascarilla obligatoria a partir de los 11 años. El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, insistió en el carácter «fundamental» de la escuela, aunque en «los días que vienen es posible que tomemos decisiones de cierre de una clase o de un colegio», pero cualquier confinamiento será «parcial». Blanquer pidió a los padres que no dejen que los abuelos recojan a los niños.

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Medición de temperatura

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, defendió por su parte las ventajas de la educación presencial frente a las clases a distancia. A los alumnos rusos se les tomará la temperatura y no habrá actividades masivas. También los institutos italianos abrieron este martes, pero solo para la recuperación de las materias suspendidas, en lo que será una primera prueba de cómo funcionan las normas de seguridad de cara al inicio del año escolar, a mediados de mes. Habrá entradas y salidas diferenciadas y los estudiantes no necesitarán ponerse la mascarilla mientras están sentados y respeten la distancia de un metro entre los pupitres.

En Serbia, la duración de las clases ha sido reducida de 45 a 30 minutos y los mayores recibirán educación presencial y telemática. El caso curioso es Israel, que obliga a sus 2,5 millones de estudiantes de Preescolar, Primaria y Secundaria a entrar en horas diferentes y llevar máscara y un certificado de salud. El Gobierno ha contratado a 13.000 nuevos profesores y repartirá 150.000 ordenadores entre las poblaciones más desfavorecidas para combinar las clases presenciales y virtuales.

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Facilidades en Francia para los padres

El Gobierno francés contempla que los padres puedan coger una baja si la clase o la escuela a la que van sus hijos tiene que cerrar debido a la aparición de algún caso de coronavirus. Así lo adelantó ayer el portavoz del Ejecutivo, en respuesta a la preocupación de numerosas familias trabajadoras cuyos vástagos han vuelto al colegio. Gabriel Artal subrayó que si se produce un cierre, «la baja paternal será posible para los padres».

El Ejecutivo galo se felicitó por la reanudación de la enseñanza, igual que otros dirigentes europeos como la primera ministra belga, Sophie Wilmès, quien consideró «fundamental que los niños puedan reanudar una vida escolar tan normal como sea posible». Las normas de seguridad en el país son tan estrictas que limitan a cinco personas externas al hogar los «contactos sociales cercanos» que podrán tener los estudiantes hasta el 1 de octubre.

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