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Salvador Arroyo
Bruselas
Lunes, 3 de mayo 2021, 11:41
Reabrir las fronteras a los ciudadanos extracomunitarios que acrediten estar vacunados con la pauta completa de cualquiera de las fórmulas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Esa es la recomendación fundamental que la Comisión Europea lanza a los Estados miembro y que, de ... ser aceptada, supondría un giro radical a la situación que vive Europa desde el estallido de la pandemia en marzo del pasado año. Una sucesión de reuniones técnicas y políticas a Veintisiete, que arrancan esta misma semana, marcará si ese nuevo escenario puede ser una realidad en junio. Pero Bruselas ya prepara el terreno para que la UE (algo hoy casi idílico) pueda volver a ser receptora del 40% del turismo internacional.
«Se propone permitir la entrada a la UE por motivos no esenciales no solo a todas las personas procedentes de países con una buena situación epidemiológica, sino también a aquellas que hayan recibido la última dosis recomendada de una vacuna autorizada» por la EMA, se plantea en el proyecto del Ejecutivo comunitario, que deja abierta la posibilidad de que se acepten también otros sueros, autorizados con carácter de emergencia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un matiz que abriría la puerta también a las personas inmunizadas con las vacunas china o rusa.
Técnicamente se plantea como referencia que esos viajeros hayan recibido, al menos 14 días antes de la llegada, la última dosis recomendada de las vacunas. Y dado que esta medida coincidiría en el tiempo con la puesta en marcha del Certificado Covid-19, en principio, solo para los desplazamientos intracomunitarios, Bruselas emplaza a que aquellos Estados miembro que no exijan PCR negativa complementaria y/o cuarentena a los europeos, renuncien también a exigirla a los ciudadanos procedentes de terceros países. Esas restricciones complementarias son rechazadas hoy de plano por la Eurocámara, con la que se negocia la activación del pase europeo.
100 contagios por cada 100.000 habitantes en un período de 14 días será la nueva referencia para prohibir los viajes.
Los Veintisiete «deberían poder aceptar certificados de países no pertenecientes a la UE basados en la legislación nacional, teniendo en cuenta la capacidad de verificar la autenticidad, validez e integridad del certificado y si contiene todos los datos relevantes», se plantea asimismo en la propuesta de Bruselas.
Y todo en un contexto marcado por nuevas referencias de contagios. Porque se recomienda elevar de 25 a 100 el número de infectados por cada 100.000 habitantes en un periodo de 14 días. El nuevo umbral establecería la barrera a partir de la cual plantearse bajar la barrera a los viajes no esenciales extracomunitarios. Un guarismo que se encuentra en estos momentos muy alejado de la situación europea, donde la media aún se sitúa por encima de los 420 casos. La idea es que con el '100' como número de corte, los Veintisiete ya podrían «ampliar la lista de países desde los que se permiten viajes no esenciales independientemente del estado de vacunación».
El 25 de junio del pasado año, cuando se superó la primera ola, los Estados aceptaron (aunque de forma desigual) reabrir sus fronteras exteriores atendiendo a la situación sanitaria en origen, la capacidad de aplicar medidas de contención durante el viaje, la reciprocidad, y los datos del Centro Europeo de Prevención de Enfermedades y la OMS.
La lista se restringió a Australia, Nueva Zelanda, Rwanda, Singapur, Corea del Sur, Tailandia y China (pendiente de acuerdo de reciprocidad). También se barajaron Argelia, Canadá, Japón, Montenegro, Marruecos, Ruanda, Serbia, Túnez, Georgia y de Latinoamérica, sólo Uruguay. Ni Rusia ni Estados Unidos. La Comisión ya negocia desde hace días la vuelta del turista norteamericano a partir del verano.
Nada que ver con la situación que se vivía en la UE antes de marzo de 2020. Y que tardará en llegar este 2021. Hasta el coronavirus se permitía a los ciudadanos de 67 países extraeuropeos moverse por los 26 Estados que integran el Espacio Schengen (22 de la UE, además de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) sin restricciones. A ellos se sumaban los viajeros de otros 105 territorios que necesitaban disponer de visado.
La nueva propuesta de la Comisión Europea tiene en cuenta el impacto de nuevas mutaciones (las ya conocidas y las posibles) estableciendo lo que denomina 'freno de emergencia'. Una expresión muy gráfica que se refiere a un mecanismo de contención en seco «cuando la situación epidemiológica de un país no perteneciente a la UE empeore rápidamente y, en particular, si se detecta una variante de preocupación o interés».
Frenazo urgente de todos los viajes de ida y vuelta de ciudadanos no pertenecientes a la UE que residan en el país señalado, con la excepción de los profesionales de la salud, el personal de transporte, los diplomáticos, los pasajeros en tránsito, los que viajan por razones familiares imperiosas, la gente de mar y las personas que necesitan protección internacional o por otras razones humanitarias. El frenazo se plantearía de «manera coordinada y en estrecha cooperación con la Comisión».
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