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olatz hernández
Corresponsal. Bruselas
Martes, 1 de febrero 2022, 22:29
Mientras Dinamarca levanta la mayoría de las restricciones, países como Austria apuestan por la mano dura y obligan a la población a vacunarse bajo la amenaza de sanciones económicas.
Dinamarca ha decretado esta semana el fin de la pandemia, convirtiéndose ene el primer país europeo ... en retirar sus restricciones. Los daneses han dicho adiós a las mascarillas en los lugares públicos (menos en aquellos establecimientos en los que las requieran) y a las limitaciones de aforo y horarios. Además, la cuarentena por ser positivo pasa a ser «aconsejable», no obligatoria.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, se ha escudado indicadores como la alta tasa de vacunados para tomar esta decisión. El país nórdico tiene una de las mayores tasas de inoculación de la UE, con un 82% de la población con las dos dosis. «Damos la bienvenida a la vida como la conocíamos antes. Dinamarca volverá a ser una sociedad abierta», celebró. Sin embargo, la pandemia está lejos de remitir en el país nórdico. El pasado domingo se detectaron 37.717 nuevos casos y hubo 21 fallecidos. Por ello, las autoridades danesas mantendrán ciertas restricciones durante las próximas semanas, como la obligación de presentar un test negativo de covid y pasar un periodo de cuarentena para los turistas no vacunados.
Las consecuencias de la pandemia son evidentes en las aulas, donde ya se han levantado todas las restricciones. Según explica el presidente de la Asociación Danesa de Profesores, Gordon Orskov, «algunas escuelas están sufriendo una ola violenta de infección. Todavía hay muchos profesores de baja y estudiantes contagiados, por lo que será complicado volver a la normalidad en un periodo corto de tiempo».
Si bien es cierto que la positividad sigue en alza, cada vez son menos los infectados que presentan un cuadro grave de la enfermedad. El director de la Junta Nacional de Salud, Soren Brostorm, no cree que el levantamiento de las restricciones vaya a ser un problema. «El número de hospitalizados ha bajado mucho. Actualmente hay 1.048 ingresados, pero solo 32 pacientes están en las UCI, un dato que contrasta con las demás olas de la pandemia», apuntó en la televisión nacional.
La aparición de la nueva variante con una transmisión mayor, la conocida como ómicron silenciosa, tampoco parece preocupar a las autoridades, que han dejado de considerar la pandemia como «una amenaza para la sociedad».
Eso no quiere decir que no se tomen en serio el virus. Dinamarca es uno de los países del que más ha rastreado el virus con pruebas de detección. De media, se han realizado 20,5 test por habitante. Una cifra muy superior a la de España (1,7), que también es una de las regiones que más pruebas realiza.
Austria apuesta por la mano dura en la gestión de la pandemia. Ayer se convirtió en el primer país europeo en aplicar la vacunación obligatoria contra el covid entre la población adulta (mayores de 18 años). La norma afecta a 7,4 millones de los 8,9 habitantes del país.
La tasa de inoculación del país europeo se sitúa en torno al 72%, un porcentaje menor que el de otros países vecinos como Francia y España. El Gobierno austriaco avanzó en noviembre que impondría la vacunación obligatoria y no se ha echado atrás, a pesar de las manifestaciones de todos los fines de semana en contra de la norma. Varias de ellas han sido multitudinarias, entre ellas las convocadas por la formación de ultraderecha FPÖ, la única que se mostró contraria a la ley en el Parlamento.
El Ejecutivo austriaco, en cambio, esgrime que la inoculación es la única vía para volver a la normalidad. «Esta es la manera en que podemos lograr escapar del ciclo de aperturas y cierres, de confinamientos», explicó el ministro de Salud, Wolfgang Mueckstein.
Entre las medidas para impulsar la vacunación, el Gobierno austriaco organizó en enero una lotería solo para vacunados y en la que se sorteaban vales de 500 euros. Ante la falta de éxito de los incentivos, han pasado a las sanciones. Tras la aprobación de la norma en el Parlamento y a partir de esta semana, los no vacunados se enfrentarán a multas de entre 600 y 3.600 euros. Solo quedan exentas de las sanciones las mujeres embarazadas, aquellos que no puedan recibir la vacuna por razones médicas y quienes se hayan recuperado de una infección de covid en los últimos seis meses.
La ley, que tendrá una validez de dos años, llega en un momento en que el país europeo enfrenta el pico de la nueva ola de la variante ómicron, con datos que marcan un récord cada día que pasa. El 31 de enero se registraron 32.846 nuevos contagios y 14 fallecidos, según cifras del Ministerio de Sanidad austriaco.
Existen otros países que han seguido la misma línea de actuación que Austria. Grecia, por ejemplo ha impuesto la inoculación obligatoria a los mayores de 60 años, bajo multa de 100 euros, e Italia la extiende a todos aquellos que superan los 50. Alemania, por su parte, ha obligado a vacunarse a los trabajadores de sectores críticos como la sanidad -médicos, enfermeras...- y la atención a los ancianos -personal geriátrico-.
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