La Asamblea Nacional francesa aprueba la extensión del certificado sanitario

A partir del 15 de septiembre, médicos, enfermeras, empleados de residencias de ancianos, bomberos, conductores de ambulancias y empleados de ayuda a domicilio tendrán que estar completamente vacunados para poder seguir trabajando. En caso de negativa, se verán suspendidos de empleo y sueldo y podrían llegar a ser despedidos.

Para obtener el certificado sanitario, en papel o versión digital, hay que tener la pauta completa de la vacuna, una prueba PCR o de antígenos negativa de menos de 48 horas o presentar un certificado médico de que se ha superado el Covid-19 en los últimos seis meses.

Francia ya exigía el certificado sanitario desde el 9 de junio para ir a festivales y eventos de más de 1.000 personas. Y desde el 21 de julio lo pide para entrar en museos, monumentos nacionales, gimnasios, cines, teatros o eventos culturales que reúnan a más de 50 personas. A principios de agosto, será necesario también presentarlo para ir al café, al bar o al restaurante o viajar en avión o en un tren de largo recorrido.

El presidente francés Emmanuel Macron anunció el 12 de julio estas nuevas medidas anticovid para tratar de frenar la rápida extensión en el territorio de la variable Delta del virus y animar a más franceses a vacunarse.

Tras su discurso, hubo una avalancha de peticiones de cita para vacunarse en la web de citas médicas Doctolib. En una semana, 3,7 de franceses concertaron una cita para ponerse la inyección. Actualmente, el 47,5% los franceses tiene la pauta completa de la vacuna, según datos oficiales.

Las palabras de Macron también avivaron las protestas contra las medidas anti-covid. Unas 114.000 personas se manifestaron el pasado sábado en toda Francia contra la obligatoriedad de la vacuna para el personal sanitario y contra la extensión del certificado sanitario. Hoy sábado están anunciadas nuevas protestas en toda Francia contra lo que sus detractores llaman «la dictadura sanitaria».