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Corresponsal. Roma
Martes, 31 de agosto 2021, 18:51
El movimiento de los antivacunas en Italia se vuelve cada vez más radical y tiene en el punto de mira a periodistas, científicos y políticos. El último en recibir amenazas de muerte de estos grupos que tampoco aceptan el uso del pasaporte covid, que desde ... este miércoles será necesario exhibir para utilizar los trenes, aviones, barcos y autobuses de larga distancia, es el ministro de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio. «Otro infame que debe ser justiciado», «le hace falta plomo» o «debe morir» son algunos de las frases que las fuerzas de seguridad encontraron este martes en un grupo de mensajería por Internet utilizado por estos grupos negacionistas. No le perdonan a Di Maio que los calificara de «absurdos» cuando defendió a los médicos y expertos que promueven la campaña de vacunación.
Precisamente uno de los virólogos más conocidos de Italia, Matteo Bassetti, infectivólogo del hospital San Martino de Génova, pidió mayor protección a las autoridades después de que su familia y él lleven desde hace meses recibiendo insultos y amenazas. El pasado domingo un hombre incluso estuvo insultándole e increpándole mientras paseaba. «Nos vais a matar a todos con estas vacunas y os lo vamos a hacer pagar», le gritó por la calle mientras le grababa con un teléfono móvil. Este martes la Policía de Génova identificó y denunció a ocho personas por las amenazas realizadas a Bassetti, que invitó al Estado a actuar contra estos grupos. «Yo no quiero una escolta, sino que se castigue a las personas que amenazan», pidió. El Gobierno de Mario Draghi recogió el guante y anunció mayores controles para tratar de evitar la radicalización de los antivacunas.
De su creciente violencia son testigos los periodistas que han grabado imágenes de sus recientes concentraciones. En los últimos días al menos dos reporteros fueron agredidos cuando informaban de estas manifestaciones. Uno de ellos, del diario 'La Repubblica', acabó en el hospital de Roma por los golpes recibido por un individuo, ya detenido, que amenazó con «cortarle el cuello». A una cronista de la Rai le llamaron «terrorista» y le golpearon cuando preguntó a un grupo de antivacunas los motivos que les llevaban a cortar el tráfico en una de sus protestas.
Este miércoles se temen nuevos momentos de tensión protagonizados por el movimiento de los antivacunas debido a la entrada en vigor del nuevo decreto gubernamental que prevé la obligatoriedad del uso del pasaporte covid en los transportes públicos, a excepción de los autobuses urbanos. También deberán mostrar este certificado los estudiantes universitarios, así como los profesores y el personal no docente de los centros educativos.
Quienes no cuenten con él pueden ser multados con entre 400 y 1.000 euros y ser suspendidos de empleo y sueldo, lo que ha generado las esperables protestas por parte de los sindicatos. Los directores de los centros educativos, además, se quejan de que tengan que ser ellos los que controlen que el personal cuenta con el pasaporte covid, lo que puede generar retrasos a la hora de comenzar las clases.
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