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juan carlos barrena
Berlín
Miércoles, 14 de octubre 2020, 11:44
La canciller federal, Angela Merkel, y los primeros ministros de los 16 estados federados germanos acordaron este miércoles endurecer las restricciones para afrontar la segunda ola de la epidemia de coronavirus y, entre otras cosas, imponer una ley seca en todo el ... país en aquellas localidades o distritos donde las infecciones rebasen los niveles críticos. Los jefes de los distintos ejecutivos alemanes consiguieron tras varias horas de arduas negociaciones consensuar una serie de medidas que se aplicarán en las regiones de riesgo, aquellos lugares donde el nivel de infecciones supere los 50 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en el plazo de una semana, señalaron fuentes de la negociación. Llegado ese momento se ordenará a partir de las 23,00 y hasta las 06,00 horas el cierre de restaurantes y bares, así como la venta y consumo de alcohol en la calle, también en comercios de 24 horas. Una medida que se aplica ya en varios lugares del país, como en Berlín o Bremen, donde desde el sábado pasado se ha puesto fin a la vida nocturna en toda la ciudad.
«Estamos en una fase grave de la pandemia», advirtió la canciller en la posterior rueda de prensa, en la que destacó que Alemania ha alcanzado la «fase exponencial» en la que las infecciones se multiplican rápidamente. Fuentes de la negociación entre la canciller y los primeros ministros regionales señalaron que la política conservadora criticó con dureza las reticencias de algunos estados federados a la hora de endurecer las restricciones. «Los anuncios que hacemos no son lo suficientemente duros para evitar el desastre que se avecina», citan esas fuentes a la canciller, quien subrayó que si no se toman medidas drásticas «nos veremos inevitablemente de nuevo en dos semanas» y dijo que «no es suficiente lo que estamos haciendo aquí». Merkel lamentó que cada estado federado busca algún hueco para escabullirse, afirman esas fuentes en la reunión, en la que advirtió también de que «la lista de las oficinas sanitarias que se ven desbordadas es cada vez más larga». Partidario de la política de mano dura de la canciller para afrontar la pandemia se mostró el primer ministro de Baviera, Markus Söder. «Hay que adelantarse a la ola y no correr tras ella», afirmó Söder en la rueda de prensa para justificar un endurecimiento radical de las restricciones.
Además, los asistentes a la cita en la Cancillería Federal establecieron que en las regiones y ciudades con cifras de contagios elevadas se prohibirá celebrar fiestas privadas de más de diez personas que no podrán pertenecer a más de dos hogares. Si los niveles de infección se mantienen durante diez días, la reuniones privadas no podrán superar las cinco personas de dos hogares. Durante la primera reunión presencial en siete meses de la canciller con los jefes de gobierno regionales se llegó a la conclusión de que locales como bares, cafeterías o restaurantes son lugares de alto riesgo de contagio por la aglomeración de público que se produce y la desinhibición del mismo por el consumo de bebidas alcohólicas, que provocan un relajo en el respeto a las medidas de higiene y las normas de distancia física entre las personas impuestas para combatir la propagación del virus Sars-Cov-2. El problema se agudiza en los meses fríos porque los responsables de esos locales ya no pueden ofrecer atención en mesas en el exterior.
Los reunidos en la Cancillería Federal pactaron igualmente ampliar la obligación del uso de mascarillas en aquellos lugares donde se producen grandes concentraciones de personas en el momento en el que las infecciones superen los 35 casos por cada 100.000 habitantes. Además apelaron a la población a renunciar a todo viaje dentro del país desde y a regiones con una elevada tasa de contagios para evitar la propagación de la enfermedad. Merkel ha reiterado en días pasados que se debe evitar a toda costa un nuevo parón económico y social y que la prioridad del ejecutivo federal es mantener la economía y los colegios y guarderías en funcionamiento.
Entre tanto y debido al aumento de las infecciones, que este miércoles superaron los 5.000 casos diarios en Alemania, son ya casi 50 las localidades y distritos administrativos en los que se supera el límite crítico de 50 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes en una semana. Solo en la capital alemana se han convertido en zonas de riesgo ocho de sus 12 distritos, pero también otras grandes localidades como Colonia, Fráncfort, Stuttgart, Düsseldorf, Essen, Maguncia o Leverkusen se encuentran en la misma situación. En algunos lugares se teme incluso un aumento exponencial de las infecciones hasta el punto de que el rastreo de los contagios resulte imposible en el peor de los casos.
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