La canciller alemana Angela Merkel EFE

Alemania prorroga y endurece el «cierre duro» hasta febrero

Merkel y los líderes regionales acuerdan limitar la movilidad en regiones más afectadas por la pandemia

juan carlos barrena

Berlín

Martes, 5 de enero 2021, 19:37

No hay señales de distensión, todo lo contario. Alemania mantendrá el «cierre duro» de su vida pública y social hasta al menos el 31 de enero y endurece aún más las restricciones. La canciller federal, Angela Merkel, y los primeros ministros de los 16 ... estados federados acordaron hoy prorrogar e incrementar más allá del 10 de enero las severas restricciones que implantaron ya antes de las festividades navideñas ante la permanente y elevada tasa de nuevos infectados y fallecidos por el coronavirus. Alemania, que capeó la primera oleada del coronavirus mucho mejor que otros países europeos, no consigue superar la segunda. En las últimas 24 horas han vuelto a contabilizarse casi un millar de muertos, cifra que se ha visto superada varias jornadas en las dos últimas semanas. Entre las medidas acordadas por los ejecutivos federal y federales figura la limitación de movimientos a no más de 15 kilómetros de radio para quienes habiten localidades o regiones con una incidencia superior a los 200 contagios por cada 100.000 habitantes en una semana. Merkel había exigido antes de la reunión que esa drástica restricción se aplicara cuando la incidencia supere los 100 casos, pero no pudo imponerse a los líderes regionales.

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La canciller federal y los primeros ministros regionales acordaron igualmente mantener cerrados los colegios y guarderías hasta febrero y limitar aún más los contactos personales para frenar la propagación del virus y expresaron su preocupación por la nueva variante identificada en el Reino Unido. Frente a la posibilidad actual de reunirse no más de cinco personas de dos hogares diferentes, a partir de ahora solo se permitirá encontrarse con una persona de domicilio ajeno. «La canciller federal y las jefas y jefes de los gobiernos de los 'Länder' apelan con urgencia a todas las ciudadanas y ciudadanos para que limiten al mínimo absolutamente necesario, también en las próximas tres semanas, todos sus contactos y que en la medida de lo posible permanezcan en sus hogares», señala el documento suscrito por todos ellos. Actualmente todos los 410 distritos rurales y urbanos de Alemania tienen una incidencia superior a las 100 nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes en una semana y en 70 de ellos la incidencia es superior a 200. El objetivo de las medidas dictadas es bajar de 50 lo antes posible en todo el país y descargar a los hospitales, en las regiones más críticas al borde de la saturación.

«Tenemos que llegar a punto en el que se puedan rastrear de nuevo las cadenas de infecciones», subrayó la líder conservadora alemana, quien advirtió de que si no se logra ese objetivo se mantendrá la amenaza de entrar en un interminable bucle de cierres más o menos duros. Los meses fríos de enero, febrero y marzo «van a exigir de todos una apreciable paciencia y disciplina», dijo Angela Merkel al presentar los acuerdos adoptados en la reunión, entre los que figura también medidas de aislamiento para las residencias de ancianos hasta que todos sus ocupantes hayan sido vacunados, la exigencia de un test PCR negativo al entrar en Alemania desde un país de riesgo, pero con la obligación de someterse a una cuarentena de diez días que solo podrá ser interrumpida con un segundo test negativo. En cuanto a las vacunaciones, Merkel rechazó las críticas por la lenta marcha de la operación en Alemania debido a la escasez inicial de las vacunas y la falta de rodaje de los centros de inoculación. La canciller federal subrayó que el proceso se acelerará apreciablemente en cuanto la UE apruebe otras vacunas y aumente la producción de la que se aplica actualmente. La jefa del gobierno germano comentó además que las vacunaciones comenzarán a sentirse sobre la dinámica de las infecciones cuando «se haya inmunizado también una buena parte de la población joven».

También el presidente de turno de la conferencia de primeros ministros regionales y alcalde-gobernador de Berlín, Michael Müller, destacó que ahora no es el momento «de hacer las cosas a medias» para justificar el endurecimiento de las restricciones y subrayó que los jefes de los distintos ejecutivos alemanes «continuarán decididos por el camino iniciado» para acabar con la pandemia. El primer ministro de Baviera, Markus Söder, afirmó que las decisiones tomadas «se basan en consejos científicos» y aseguró que no existe otra vía para frenar la propagación del virus. «No hacemos experimentos, apostamos por la seguridad», señaló Söder, quien reconoció que «sabemos que esto irrita a la gente, pero a nosotros también. No es divertido» cerrar colegios y guardería y limitar contactos, pero «la seguridad de colegiales y educadores tiene prioridad». Igualmente advirtió de que ni las vacunas ni las restricciones permitirán aliviar en febrero las medidas adoptadas si no se progresa claramente en la reducción de las infecciones.

Entre tanto, una gran mayoría de los ciudadanos de Alemania defiende prolongar el «cierre duro» con las actuales restricciones durante más semanas de las previstas inicialmente. Según un sondeo del instituto demoscópico YouGov publicado este martes, un 41% de los preguntados defendió mantener las severas medidas a su nivel actual y un 24% exigió endurecerlas aún más. Solo un 17% de los alemanes defiende el alivio de las restricciones y un 11% su eliminación total. Y eso que los bares y restaurantes llevan cerrados desde finales de noviembre, al igual que gimnasios centros deportivos o culturales, y los comercios que no venden artículos de primera necesidad desde mediados de diciembre. También peluquerías y locales de belleza se encuentran cerrados desde hace semanas en todo el país.

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