Merkel defiende «un cierre total» durante la Navidad

En medio del debate sobre un endurecimiento de las restricciones para reducir a toda costa las nuevas infecciones en Alemania, la canciller federal, Angela Merkel, se pronunció hoy a favor de un «cierre total» de la vida pública en todo el país durante las festividades navideñas y hasta el 10 de enero como había exigido este martes la Academia Nacional Alemana de las Ciencias Leopoldina. En una intervención ante el Bundestag, el parlamento alemán, la jefa del gobierno germano propuso el cierre de todos los comercios que no vendan artículos de primera necesidad y prolongar las vacaciones escolares. «La actual reducción de los contactos personales no es suficiente», dijo Merkel en el debate presupuestario, en el que expresó su «gran preocupación» por la elevada tasa de fallecimientos y nuevos contagios. «Vivimos en una pandemia y con ello en una situación excepcional», dijo la canciller federal para defender las restricciones adoptadas hasta ahora y las inminentes nuevas medidas. Añadió que la pandemia es superable aunque ello conlleve «renuncia y sacrificio» para la población y agradeció «de corazón» que la gran mayoría de los ciudadanos respete las restricciones y normas dictadas. Lamentó, «porque duele de verdad en el corazón» ir contra los puestos de Navidad, pero mantener la fiestas de Navidad no es aceptable «si el precio que pagamos» es que se dispare el número de muertos diarios. En un tono sobrecogedor, Merkel advirtió de que si estas fiestas los ciudadanos no reducen sus contactos y su vida social, es probable que «sean las últimas navidades con los abuelos»

«La más importante clave para una lucha exitosa contra el virus es el comportamiento responsable de cada uno de nosotros y la disposición a colaborar», insisitió Merkel en su nuevo llamamiento a los ciudadanos. Sin embargo, la declaración de un «cierre total» en Alemania depende del consenso entre el gobierno federal y los ejecutivos de los 16 estados federados, de los que algunos son contrarios a aumentar drásticamente las restricciones y otros las han llevado ya al máximo por la situación crítica de la pandemia en sus territorios. Está previsto que todos ellos celebren una reunión antes de las navidades para debatir nuevas medidas. Merkel defendió también los presupuestos para el año próximo, que conllevan un nuevo endeudamiento excepcional de 180.000 millones de euros por la epidemia y aseguró que el país está preparado financieramente para afrontar sus consecuencias, si bien subrayó que «la economía es más resistente allí donde la pandemia se encuentra bajo control».

Entre tanto, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), responsable de la lucha contra toda organización que pueda atentar contra el estado de derecho y la Constitución alemanes, ha iniciado la vigilancia del movimiento inconformista 'Querdenken 711', organizador de las protestas masivas que han tenido lugar en los últimos meses contra las medidas aplicadas en este país para combatir el coronavirus. La agencia alemana DPA revela que la BfV ha decidido someter a observación a ese grupo por su creciente radicalización y el hecho de que se encuentra infiltrado por organizaciones de extrema derecha y neonazis, pero también negacionistas de la legalidad vigente y difusores de teorías conspirativas. Aunque el fundador del movimiento inconformista, el empresario Michael Ballweg, ha negado reiteradamente que acojan en sus filas a extremistas, antisemitas o racistas, las fuerzas de seguridad alemanas han podido constatar contactos regulares y frecuentes entre sus dirigentes y grupos de extrema derecha.

La iniciativa 'Querdenken 711', que puede traducirse como «Inconformismo» y toma su cifra del prefijo telefónico de la ciudad de Stuttgart, donde tiene su origen, reúne en sus protestas a ciudadanos preocupados por la pérdida de sus derechos civiles debido a las restricciones para combatir la pandemia, pero también a una mezcla curiosa de esotéricos, pacifistas, seguidores de teorías conspirativas y hasta extremistas de derechas y peligrosos neonazis, estos últimos con la intención de socavar el movimiento y asumir su liderazgo. Muchas de las protestas protagonizadas por el movimiento inconformista han degenerado en violencia, como cuando el pasado agosto un apreciable grupo de manifestantes trató de asaltar el Reichstag, la histórica sede del parlamento federal en el corazón de Berlín. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Basilea, el movimiento inconformista alemán atrae sobre todo a gente madura y con formación académica.