Alemania acepta el papel más activo en la misión en Malí que pide Francia

Los planes de Francia contemplan que los monitores alemanes acompañen a sus pupilos en operaciones y, llegado el caso, participen en combates. Un paso que los militares germanos no habían dado hasta ahora en ninguna de sus misiones de instrucción. Para la nueva operación en Malí serían necesarios hasta 500 militares alemanes más, entre ellos instructores de los Comandos de Operaciones Especiales (KSK), la elite del Bundeswehr.

Más polémico resulta el envío de una fragata al mar del Sur de China o el estrecho entre Taiwán y la República Popular. Aprovechando que Alemania es miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y preside la comisión de sanciones contra Corea del Norte, el Ministerio de Exteriores quiere presencia en la región. La fragata ayudaría al control marítimo de las medidas contra Pionyang, pero también serviría de señal a Pekín, que reclama una buena parte del mar del Sur de China como aguas jurisdiccionales.

La iniciativa de incrementar la participación de Alemania en misiones internacionales está directamente relacionada con la intención de convertir el Bundeswehr en un ejército de intervención global por parte de la titular federal de Defensa, Annegrett Kramp-Karrenbauer.

En un discurso ante jóvenes oficiales en Múnich, la ministra afirmó que Berlín «no puede estar al margen y ser una mera espectadora» de los conflictos internacionales. «Tenemos el deber, pero sobre todo el interés, de sumarnos al debate internacional», dijo Kramp-Karrenbauer, quien exigió un rápido y sencillo procedimiento de aprobación de las misiones por parte del Parlamento federal.