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R.C.
Lunes, 20 de julio 2020
En contraposición a los tres días anteriores, la mayoría de líderes mostraba este lunes un aire de optimismo contenido. Había posibilidades de alcanzar un compromiso. Sin embargo, a las ocho de la tarde todavía se trabajaba en una propuesta negociadora, que hizo que la reunión ... del Consejo Europeo registrara sucesivos retrasos hasta las 21:30 horas. El presidente del Consejo, Charles Michel, ya lo había dejado claro a mediodía, al resaltar las complicaciones que siempre tienen las últimas negociaciones. Aunque el hombre responsable de presentar las propuestas a los jefes de Gobierno y de Estado también expresaba su confianza en cerrar un pacto general. «Sé que los últimos pasos son siempre los más difíciles, pero estoy convencido de que un acuerdo es posible», subrayó.
También el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, expresaron su «esperanza» de alcanzar un compromiso sobre el plan europeo de recuperación económica, conscientes, eso sí, de que «nada está decidido». «Hay un espíritu de compromiso que está ahí. Ha habido momentos muy tensos y momentos que, sin duda, todavía serán difíciles», añadió el mandatario galo a su llegada al Edificio Europa, donde a las cuatro de la tarde estaba prevista la reanudación de la cumbre. El retraso posterior demostró que, en efecto, quedaban momentos de tensión. En ese interin, el español Pedro Sánchez llamó a todos los participantes a luchar por el consenso.
Angela Merkel desveló que durante la madrugada anterior los líderes europeos «encontramos un marco para un posible acuerdo. Es un paso adelante y da esperanza de que se puede alcanzar un acuerdo hoy (por el lunes)». En la misma línea se pronunció la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, quien insistió en que el pacto es crucial para el futuro de la Unión Europea. Advirtió que los Veintisiete afrontan una «fase crucial» y reconoció que la negociación había sido «maratoniana», pese a lo cual los socios comunitarios «han mostrado una clara voluntad de encontrar una solución», que al cierre de esta edición todavía no se había producido.
Más tajante se mostró el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, que exigió a los dirigentes un «acuerdo a la altura de este momento histórico». En este sentido, se confesó «preocupado» por un futuro «que mortifique la solidaridad europea y el método comunitario». «La Eurocámara ha establecido sus prioridades y espera que se cumplan», aseveró, antes de señalar que una de ellas es la «defensa eficaz del Estado de derecho».
En sintonía con el político italiano, el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, reconoció que en la cumbre no solo se juegan partidas económicas. «Aceptar una Europa con los valores a la baja, los derechos a la baja y el respeto del Estado de derecho a la baja implicará un 'no' de nuestra parte», dijo en referencia a Polonia o Hungría, que adelantaron su rechazo a vincular los fondos con unas condiciones impuestas desde la UE sobre el funcionamiento político de sus Gobiernos.
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