Ivia Ugalde
Martes, 21 de septiembre 2021, 18:59
Con un sabor agridulce, pero sin dar su brazo a torcer ni mostrar un atisbo de autocrítica, Justin Trudeau compareció este martes ante las cámaras para celebrar su triunfo en las elecciones legislativas. Aunque el gubernamental Partido Liberal fue el más votado, los 158 escaños ... conseguidos se quedan muy lejos de las aspiraciones del primer ministro, que en una arriesgada apuesta convocó comicios anticipados a dos años del fin de su mandato para intentar recuperar la mayoría absoluta de 170 asientos en el Parlamento. No fue así.
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Trudeau, de 49 años, se ha dado de bruces contra una realidad que no se esperaba. Creía que su gestión de la pandemia le ayudaría en su ambición de volver a gobernar en mayoría. Sin embargo, en los 36 días que duró la campaña electoral no hizo sino constatar el desgaste sufrido. Tuvo que enfrentarse a multitudes de manifestantes furiosos por las medidas sanitarias contra la covid-19. Uno de ellos incluso le arrojó piedras. Y entretanto le tocó lidiar con las críticas de sus adversarios políticos, sobre todo de los conservadores, por su decisión de convocar elecciones en plena crisis sanitaria cuando el Parlamento funcionaba, pero también su inacción en materia medioambiental o política exterior.
«Ustedes (los canadienses) nos están mandando a trabajar con un mandato claro para salir de esta pandemia hacia un futuro mejor», declaró el primer ministro desde un hotel de Montreal, rodeado de sus hijos y su esposa, Sophie Grégoire. En su agradecimiento a los votantes por los resultados cosechados en las urnas, Trudeau habló de «días brillantes que se avecinan». Aun así, reconoció igualmente que en el que será su tercer mandato necesitará trabajar con otras formaciones para sacar adelante sus propuestas.
Con más de un 95% de las papeletas escrutadas, y a falta solo del recuento del voto por correo, el escenario político en Canadá es prácticamente el mismo que en la anterior legislatura, cuando los liberales contaban con 157 escaños en una Cámara baja conformada por 338 asientos. En ese contexto, el principal rival de Trudeau, el conservador moderado Erin O'Toole, cuya formación tendrá que conformarse con 122 parlamentarios, afeó al mandatario que movilizara al país e hiciera gastar dinero a las arcas del Estado para al final quedar todo igual. «Los canadienses lo pusieron nuevamente (en el poder) con una nueva minoría a un costo de 600 millones de dólares (401 millones de euros) y mayores divisiones en nuestro gran país», lamentó.
Posibles socios
Con la 'trudeaumanía' transformada ya en un recuerdo de su arrollador primer triunfo en 2015, a Trudeau le tocará ahora tocar las puertas de otros partidos para intentar conformar una coalición de gobierno. Los favoritos a convertirse en socios del Ejecutivo son el independentista Bloque Quebequés (31 escaños) y el izquierdista Nuevo Partido Democrático (NDP, 26 escaños), tercera y cuarta fuerza política.
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El nuevo gabinete tendrá como principal misión trazar la recuperación económica que sigue a la crisis sanitaria provocada por la pandemia, donde Canadá cuenta ya con el 70% de su población vacunada y una de las tasas más bajas de mortalidad entre las potencias del G7. Otro de los asuntos clave será el cambio climático, tras registrar este verano una ola de calor sin precedente y aflorar fuertes dudas sobre la capacidad del país para cumplir con su objetivo de reducción de gases de efecto invernadero.
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