Trudeau invoca poderes de emergencia para atajar las protestas en Canadá

Para despejarlo, la policía canadiense tuvo que detener a una treintena de personas y retirar una docena de vehículos. No opusieron mucha resistencia, porque todos los que estaban allí sabían lo que se avecinaba. La ciudad de Windsor y la industria automovilística habían pedido permiso a un juez, que pronunció a su favor el viernes por la noche, así que para el domingo muchos se habían marchado por su propia voluntad.

Por este puente internacional discurre el 27% de los bienes comerciales que intercambian EE UU y Canadá. Sin él, los camiones que ya estaban cargados tuvieron que desviarse hacia otros puertos de la frontera, que colapsaron rápidamente. Gigantes como Toyota o General Motors fletaron aviones para trasportar piezas críticas, pero eso encarecía tanto el precio que prefirieron cerrar las plantas y mandar a los trabajadores a casa. Pasarán varios días hasta que esas plantas recuperen el ritmo de producción, alterado por el desabastecimiento de la pandemia.

Las protestas continuaban este lunes en Ottawa, pese a que el premier de Ontario, Doug Ford, ha anunciado el fin del pasaporte covid dentro de dos semanas, «no por las protestas sino porque es el momento adecuado», dijo sin querer granjear a los camioneros esa victoria. Su Gobierno ha intentado negociar con los manifestantes una zona restringida de protestas alrededor del Parlamento, a cambio de que abandonen el centro y los barrios residenciales de la ciudad, donde los vecinos están perdiendo la paciencia.

Pero los manifestantes que han puesto a prueba su fuerza ya no quieren quedarse en acabar con las mascarillas y los pasaportes covid. Pretenden llevarse por delante al Ejecutivo progresista de Justin Trudeau, que este lunes consultó con los gobernadores para invocar los poderes de emergencia y restaurar el orden en la capital y el resto de los puntos fronterizos afectados.