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Colpisa
Martes, 28 de julio 2020, 07:35
POR maría molinos
El Gobierno alemán desaconsejó este martes a sus ciudadanos viajar a Cataluña, Aragón y Navarra debido a los brotes de coronavirus registrados en esas comunidades autónomas, pese a que reconoció que España ha logrado reducir de manera sensible el avance de la pandemia.
El Ministerio ... de Exteriores, que es quien emite estas valoraciones con el apoyo científico del Instituto Robert Koch, el centro epidemiológico de referencia, actualizó su perfil sobre España para incluir que «se desaconseja» visitar esas tres comunidades autónomas en el noreste si no es estrictamente necesario. La decisión se produce apenas un día después de que el ministerio advirtiese que era posible que se produjeran cambios «con poca anticipación» en la clasificación de riesgo de los países.
Se trata de una de las pocas ocasiones en las que el Gobierno alemán distingue entre regiones dentro de un mismo país en lugar de desaconsejar o directamente calificar como de riesgo al conjunto de un Estado. En la actualidad, el Ministerio de Exteriores califica alrededor de 140 países como de riesgo, entre ellos Estados Unidos, Brasil o Turquía. Esto implica que quienes regresan de estos lugares deben someterse a cuarentena. Casi todos los socios europeos están excluidos de esta medida.
Con esta distinción, Berlín aparece sensible a la postura que el Ejecutivo español trató de defender sin éxito en los últimos días con Reino Unido, cuando pidió a Londres que distinguiese entre regiones -para salvar a las menos afectadas por el coronavirus- en lugar de imponer cuarentenas generales a todos los viajeros a su regreso de España.
La decisión tiene importantes repercusiones económicas y sociales. Porque trata quirúrgicamente de salvar en lo posible al sector turístico español, que representa el 12 por ciento del producto interior bruto (PIB) nacional y alrededor del 13 por ciento del empleo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los alemanes que visitan España se gastan unos 124 euros al día de media; un total de 1.004 euros por estancia. Con trece millones de visitantes al año son el segundo mercado emisor más importante para el país, por detrás tan sólo de Reino Unido, con sus 18 millones de visitantes.
Pero esta medida también trata de minimizar los daños en la otra cara de la misma moneda: las vacaciones del turista alemán. Según datos de 2018 de la Asociación Turística de Alemania (DTV), España es el destino extranjero favorito del país. El 13 por ciento de los 70,1 millones de viajes anuales al extranjero de los alemanes tienen como destino España. Por detrás, pero ya a cierta distancia están Italia (8,1 por ciento), Turquía (5,1 por ciento) y Austria (4,9 por ciento).
La decisión afecta a una de las cuatro comunidades autónomas más visitadas por los alemanes, Cataluña (por el atractivo de Barcelona y las playas de la Costa Brava), pero excluye a las tres que más turistas atraen de la primera economía europea. Estas son, por orden decreciente, Baleares, Canarias y Andalucía. Mallorca, tanto en su perfil de sol y playa de bajo coste como en su versión más elitista en las fincas de lujo, es uno de los mitos estivales de Alemania. Millones de jóvenes han visitado la zona de fiesta conocida como «Ballermann» y pocos famosos del país no cuentan con una segunda residencia en algún rincón escogido de la isla.
La recomendación se enmarca dentro de las medidas que está poniendo en marcha el Gobierno alemán en los últimos días para tratar de frenar los casos importados durante el verano y evitar nuevas cadenas de contagio fuera de su control. Entre ellas destacan los test obligatorios para todos los que regresen de países considerados de riesgo, vuelvan en avión, barco o tren.
Tras más de un mes en la que la cifra diaria de nuevos casos se había estabilizado entre los 300 y los 500 individuos, los últimos días se ha experimentado un importante repunte. El pasado viernes las autoridades sanitarias identificaron 815 nuevos casos de coronavirus, la mayor cifra diaria en cuatro semanas. Medios, expertos y políticos hablan ya sobre la posibilidad de que el país esté entrando en una «segunda oleada», pese a que en términos relativos a su población ha sufrido menos infectados y fallecidos que sus vecinos.
Alemania abrió sus fronteras a la mayoría de socios europeos a mediados de junio, coincidiendo con el arranque de las vacaciones escolares en los primeros estados federados. En parte porque la situación se estaba estabilizando en la mayoría de la Unión Europea (UE) tras las restricciones a la vida pública y la actividad económica que impusieron muchos estados. Pero también por las presiones de países como España, Italia y Grecia, con economías especialmente dependientes del sector turístico.
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