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Iñigo Gurruchaga
Londres
Lunes, 7 de septiembre 2020, 11:00
El primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó este lunes que si los negociadores de Reino Unido y la Unión Europea no llegan a un acuerdo sobre el 'brexit' el 15 de octubre se debería aceptar «y pasar a otra cosa». La octava ronda de negociaciones ... comienza este martes en Londres con las dos partes estancadas.
Johnson amargará además la estancia de los representantes comunitarios presentando en el Parlamento este martes un proyecto de ley sobre el funcionamiento futuro del mercado interno británico en el que se incluyen artículos que derogarían, según el 'Financial Times', partes del Acuerdo de Retirada, el tratado firmado por Londres y Bruselas en octubre para permitir el 'brexit' el 1 de enero.
El negociador británico, David Frost, insiste en que Reino Unido no puede tener la relación 'clientelar' que exigiría la UE y ofrece un tratado comercial como el acordado por la Unión con Canadá. Johnson, por su parte, dice que le parece bien una relación como la que tiene con Australia, basada en acuerdos comerciales 'ad hoc' para diversos sectores o normas. Camberra y Bruselas negocian desde 2018 un tratado comercial.
Por su parte, el negociador europeo, Michel Barnier, mantiene que las reglas de un acuerdo con Reino Unido no pueden ser las mismas que con Canadá por la proximidad geográfica y el volumen de comercio entre la sexta economía del mundo y el mercado común, cuando Londres quiere también retener el mismo acceso que los miembros que aún disfruta ahora en la transición.
Hay un amplio consenso entre analistas sobre la falta de dificultad técnica para que las dos partes lleguen a un acuerdo en asuntos de pesca o las normas y el arbitraje para que la competencia no sea distorsionada por ayudas del Estado a empresas, por reducción de estándares medioambientales, compromisos con la descarbonización o por mermas en las condiciones laborales.
Reino Unido, que en el seno de la UE defendió los beneficios de un mercado libre con mínima interferencia del Estado, quiere ahora que no se limite su libertad para subvencionar a empresas. El principal asesor de Johnson, Dominic Cummings, tiene una visión estratégica de fomento de 'start-ups' en sectores como las llamadas ciencias de la vida, el farmacéutico y la informática.
Tras el señuelo de esa visión y abandonando aspectos marcados de la identidad del Partido Conservador, el Gobierno de Johnson subraya su voluntad de marcharse de la UE sin acuerdo el día antes de que se inicie una nueva fase de la negociación y prepara el terreno legal para un Brexit abrupto. Sus portavoces niegan que las modificaciones legales, sugeridas en coincidencia con el ultimátum, vulneren el tratado.
Johnson mantuvo este lunes una conversación telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el tono de los resúmenes oficiales fue positivo. En la negociación del final de 2019, Johnson ya insistió en su disposición a la marcha sin acuerdo antes de aceptar lo que dijo que nunca haría: barreras aduaneras entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido.
Según YouGov, el 50% de los británicos cree que la marcha sin acuerdo sería un mal resultado, mientras que el 24% lo considera bueno. Avivaría la rabia de los independentistas escoceses, crearía problemas a Johnson en su partido y en el Gabinete. Pero la promesa de un Reino Unido abanderado mundial del libre comercio y pionero entre gigantes de las tecnologías avanzadas da al 'brexit' el sentido del que carece sin ese futuro.
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