Rusia y Ucrania acuerdan corredores humanitarios y un «posible» alto el fuego

«Se organizarán canales especiales de comunicación e interacción en un futuro cercano y se desarrollarán procedimientos logísticos apropiados», detalló Podoliak, quien a pesar del acuerdo lamentó que «desafortunadamente no obtuvimos los resultados que esperábamos». Desde el lado ruso, Vladímir Medinski, tampoco dio por hecho que haya una interrupción temporal de las hostilidades, algo que considera solo «posible». «La cuestión clave que resolvimos ha sido la protección de la población civil», comentó. En todo caso, es la primera vez desde que comenzó el ataque ruso en la que se produce un acercamiento de posturas entre ambos bandos, que acordaron volver a reunirse «pronto».

El encuentro, el segundo de estas características que se celebra desde que el pasado día 24 comenzara la invasión por parte de las tropas rusas, tuvo lugar en la región de Brest, en la frontera con Polonia y Ucrania. La delegación de Kiev acudía con tres exigencias: el alto el fuego inmediato, la entrega de las armas y el establecimiento de corredores humanitarios. Solo consiguió una concesión y la promesa de nuevas negociaciones.

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Una de cal y otra de arena en una jornada en la que el ministro de Exteriores del Kremlin, Sergey Lavrov, había advertido de que la ofensiva militar seguiría su curso sin tener en cuenta la reunión o su resultado. ¿La razón? Que «la infraestructura militar de Ucrania» representa una «amenaza para Rusia». «Estamos dispuestos a negociar, pero continuaremos nuestra operación, porque no podemos permitir que en Ucrania exista una infraestructura que amenaza la seguridad de Rusia. La desmilitarización será llevada a término con la eliminación de esta infraestructura y armamentos», advirtió Lavrov.

Aunque los resultados del encuentro estuvieron muy lejos de las pretensiones de la delegación ucraniana, y también de las ilusiones de la comunidad internacional, resultaron bastante mejores de lo que cabría esperar en un contexto muy pesimista. El Kremlin siguió bombardeando diferentes ciudades de la exrepública soviética y el propio presidente Vladímir Putin, en una conversaciones con su homólogo francés, Emmanuel Macron, señaló que su intención es hacerse con el país horas antes de la reunión.

En cualquier caso, el jefe de la delegación rusa calificó los resultados como un «progreso significativo» y añadió que las «las posiciones son absolutamente claras, están escritas punto por punto», en relación a la agenda establecida por los dos países: los corredores humanitarios y las soluciones militar y política del conflicto. «Hemos logrado encontrar un entendimiento mutuo para algunas de ellas», aseguró Vladimir Mendinsky.