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hELena Rodríguez
Sábado, 2 de abril 2022, 22:45
La propaganda siempre ha sido una herramienta más para doblegar la moral del contrario, pero ahora ha ganado aún más importancia. Internet ha cambiado las reglas y en cierto modo también las ha pervertido añadiendo lo que se ha bautizado como 'desinformación'. Una suerte de ... mentira moderna con la que, también en la invasión de Ucrania, juegan ambos bandos. Pero uno de ellos está perdiendo la batalla por convencer con su relato: Rusia.
Los servicios de inteligencia occidentales coinciden en que el Kremlin no maneja con la maestría esperada sus mensajes. Es complicado hacerlo cuando se desempeña el papel de invasor. Moscú intenta convencer a sus ciudadanos de que no hay combates, ni víctimas y de que la 'operación especial' es legítima. «La desinformación intenta eliminar los símbolos para que parezca que el conflicto no existe», explica Alexandre López-Borrull, profesor de Ciencias de la Información de la Universitat Oberta de Catalunya.
Para el experto no cabe duda de que «Rusia ha perdido la guerra en el campo informativo». Pero, ¿por qué? Una de las razones primordiales es que la mayor parte de la sociedad mundial apoya a Ucrania. El país gobernado por el mediático Volodimir Zelenski se ha convertido en el David que pelea contra Goliat. «Al inicio de un conflicto, lo más importante es la batalla por el relato, esto es, con quién está la sociedad, a quién culpabilizan y a quién victimizan», explica López-Borrull.
En la misma línea se pronuncia Alberto Quian, profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Información en Oberta, que apunta a otra de las claves: «El uso que Zelenski hace de las tecnologías y canales de comunicación sociales y convencionales de manera ordinaria, como si fuese un ciudadano más».
Y claro, en un mundo tan posicionado a favor de Ucrania, los bulos y el trabajo de los 'boots' (programas informáticos que simulan ser humanos) y los 'trolls' en el mundo digital están fracasando. «Su eficacia está siendo baja porque, para que esta desinformación surta efecto es necesaria una polarización de la sociedad, que es lo que convierte en virales las mentiras», argumenta López-Borrull.
Otra batalla perdida por Rusia tiene que ver con su presidente. Vladimir Putin tendió numerosos lazos con la ultraderecha europea, pero cuando comenzó la invasión se convirtió para ellos en ese amigo incómodo al que se le retira el saludo en público. Ni China ha respondido como se esperaba.
El anuncio de sanciones de la Unión Europea contra Sputnik y Russia Today, agencia de información y cadena de televisión rusas, respectivamente, fue otro mazazo para Moscú. Ambos medios dejaban de emitir para Europa y sus cuentas en redes sociales quedaban suspendidas dinamitando así dos medios potencialmente propagandísticos en Occidente.
La batalla también la gana Ucrania en cuanto a la verificación de los datos. Por una parte, los reporteros sobre el terreno cubren una información que no solo presencian, sino que, como recuerda López-Borrull, «verifican antes de informar». La llegada de la inteligencia de fuentes abiertas tampoco ayuda a la manipulación. Se trata de espacios en los que cualquier persona puede consultar desde imágenes por vía satélite, casi casi en tiempo real, hasta documentos de organismos oficiales. Armas todas ellas cuyo efecto no ha sabido contrarrestar Moscú.
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