Tres hombres de una misma familia embarcaron en una lancha con motor fuera de borda en las aguas de Guam, una isla en el Pacífico occidental que forma parte de la Micronesia, y no regresaron. Varios días después, una sobrina avisó a un centro de ... rescate de la zona. En un bote de unos seis metros habían salido a pescar en una zona de islas coralinas del trópico de Oceanía y no estaban equipados con una baliza que indicara su posición. Era buscar una aguja en un pajar de 150.000 kilómetros cuadrados.
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Los guardacostas de Estados Unidos, país que tiene presencia militar en la región desde la Segunda Guerra Mundial, comenzaron la búsqueda de los tres desaparecidos, todos de unos 40 años y experimentados navegantes de esas aguas, informan las Fuerzas de la norteamericana Guardia Costera de Micronesia en un comunicado. Iniciaron la búsqueda el seis de abril, por aire y mar.
Al día siguiente, el P8 Poseidón divisó cuatro palabras en una playa, hechas con hojas de palma. 'HELP', decía el improvisado llamado de socorro en un atolón deshabitado a más de 600 kilómetros (415 millas náuticas) de Guam. Habían encontrado la salvación en esta roca en Semana Santa, después que las olas los cercaran y rompieran su motor. Quedaron a la deriva y vararon en el atolón. Su radio tampoco funcionaba.
La Marina de Estados Unidos dice que el aviso fue un «factor crucial para su descubrimiento» y guió los esfuerzos de rescate «directamente hacia su ubicación», según Chelsea García, la teniente que coordinó la operación. Deletrear la palabra 'ayuda' «es un buen testimonio de la voluntad de ser encontrados», añadió. Esta forma de pedir auxilio, tan usual en las películas, dio resultado en una ocasión anterior, hace cuatro años, cuando otros náufragos escribieron 'SOS' en la arena y fueron avistados por las autoridades australianas en este mismo mar repleto de corales.
Una vez localizados, les lanzaron paquetes con agua, comida y útiles de supervivencia. El barco Oliver Henry puso proa hacia el atolón. Dos días después les lanzaron en paracaídas una radio. Al poder comunicarse por fin, los tres hombres dijeron que estaban en buenas condiciones físicas. Habían logrado recuperar su lancha, que no estaba en condiciones de navegar por los daños sufridos. El 9 de abril los rescatadores llegaron hasta ellos y les trasladaron hasta su destino, otro atolón, llamado Polowat, prosiguió la Marina estadounidense. Un final feliz.
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