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iñigo gurruchaga
Corresponsal. Londres
Lunes, 8 de junio 2020, 23:34
Las aerolíneas y las empresas del sector turístico británico manifiestan indignación contra la cuarentena decretada para los visitantes por el Gobierno, que, sin embargo, sostiene que su primer día de aplicación confirmó que la gran mayoría de viajeros desea cumplir con la obligación de aislarse ... durante catorce días. Es quizás la medida más controvertida de la estrategia contra la pandemia.
Las cifras ofrecidas por el ministro de Sanidad, Matt Hancock en la rueda de prensa diaria sobre la crisis del coronavirus indican que la epidemia mantiene un ritmo de reducción en el número de contagios y de víctimas mortales. Todos los asilados y las plantillas de las residencias de mayores habrían sido testados, en una nueva indicación de que se corrige el desorden de la estrategia gubernamental
Hancock afirmó también que el índice de transmisión está por debajo de 1 en todo el país, en contra de las informaciones del fin de semana que señalaban que en el noroeste y sudoeste de Inglaterra se supera ligeramente la marca que expande el virus. Si estos datos son los que maneja el Gobierno, ¿qué necesidad había de prolongar el enorme daño al sector turístico?
Escaso rechazo. El Gobierno sostiene que gran mayoría de visitantes acepta de buen grado aislarse durante 14 días
Malestar. Las compañías British Airways y EasyJet amenazan con querellarse contra el Ejecutivo
Para Hancock, la ciencia es clara. Los comités de científicos habrían estudiado en los últimos días los efectos de la cuarentena. Pero para Michael O'Leary, patrón de Ryanair, es un «truco político», porque la Policía no puede comprobar el cumplimiento del encierro de catorce días con la información básica que pide a cada pasajero: su número de teléfono y la dirección en la que pasará dos semanas encerrado.
British Airways y EasyJet han ido más lejos y han enviado al Ejecutivo una carta legal con una serie de puntos, pidiendo respuestas que de no ser satisfactorías les podrían llevar a la presentación de una querella judicial contra una decisión no sometida al Parlamento. Para ambas compañías no puede justificarse porque somete a los viajeros a más reclusión que a los infectados o porque la llegada de visitantes de países con menos contagios contribuiría a la reducción del Covid-19 en Reino Unido.
Un portavoz del primer ministro defendió que la cuarentena está plenamente justificada. «Si limitamos el riesgo de que se introduzcan nuevos casos desde el extranjero podemos contribuir a la reducción de la probabilidad de una segunda ola de coronavirus», dijo. Y también que los catorce días son necesarios porque pasa «un número significativo de días» antes de que los infectados tengan síntomas.
La rabia de agencias de viajes y operadoras turísticas ha sido expresada por Paul Charles, consultor y relaciones públicas, que encabezó la semana pasada una campaña del sector para evitar la decisión. Frustrado por un Gobierno «que no escucha» y que no entiende la gravedad del daño que está causando al turismo, afirma que la falta de claridad sobre el fin de la cuarentena paraliza a clientes potenciales.
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Charles ofrecía en un diálogo con la revista 'Travel Trade Gazette' una versión original de lo que está ocurriendo. A su juicio, puede tratarse de una treta diseñada por Dominic Cummings, asesor principal de Boris Johnson, para mostrar a los países europeos que dependen del turismo la importancia del mercado británico en el contexto de la negociación sobre la futura relación con la Unión Europea.
La adjudicación a Cummings del impulso de la cuarentena ha sido anotada en varios medios en los últimos días. Pero achacándole un deseo de conectar la acción del Gobierno con la mayoría de la población. Una encuesta de YouGov daba el día 2 un 63% de apoyo a la cuarentena y un 24% a quienes son partidarios de imponerla sólo a los que llegan de países con muchos casos.
El coronavirus en cifras
Un joven barbudo de Bedford que no quiso dar su nombre esperaba a sus tías a primera hora de la tarde en el aeropuerto de Heathrow. Venían en el vuelo procedente de la capital de Pakistán, Islamabad. Acusaba al Gobierno de crear confusión, porque «no sabemos si los aduaneros van a recoger el formulario» en el que cada pasajero ha de dar sus datos y los medios para localizarlo durante la cuarentena.
Como quienes llegan al país tienen que organizar transporte privado a su residencia, para evitar los riesgos del público proliferaban los conductores a las puertas del pasil lo de pasajeros en la zona de 'Llegadas'. Otro joven musulmán de larga barba, taxista profesional, esperaba con una foto a dos personas para llevarlas desde el oeste de Londres al norte de Gales, unos 180 kilómetros.
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