Secciones
Servicios
Destacamos
rafael m. mañueco
Corresponsal. Moscú
Lunes, 21 de febrero 2022
Tras anunciar ayer a través de la cámaras de televisión el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk (Donbass) como estados independientes, el presidente Vladímir Putin firmó al comienzo de esta madrugada un decreto ordenando al Ministerio de Defensa ruso «garantizar la paz» ... en ambos enclaves rebeldes enviando a sus territorios tropas rusas.
El decreto, publicado en la página web del Kremlin, consta de cinco puntos. En el primero, «de acuerdo con la voluntad de la población y el rechazo de Ucrania a resolver el conflicto de forma pacífica según los acuerdos de Minsk», las repúblicas de Donetsk y Lugansk son reconocidas como «estados soberanos e independientes». El segundo insta al Ministerio de Exteriores ruso a entablar conversaciones con las dos formaciones con el objetivo de establecer «relaciones diplomáticas».
El tercer punto dispone la preparación de un «proyecto de acuerdo con Donetsk y Lugansk de amistad, cooperación y ayuda mutua» para ser presentado a la firma a las partes. El cuarto apartado ordena el envío de «tropas de paz» a Donbass mientras no se firma el acuerdo referido en el punto tres. El quinto y último artículo señala que el decreto entró ayer en vigor.
Poco después, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se dirigió a la Nación para acusar a Rusia de «violar la integridad territorial» del país y comunicar que ha convocado una reunión extraordinaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y solicitado la celebración de una cumbre del llamado Grupo de Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania) para abordar la situación. La OSCE y la ONU ya han condenado las medidas de Putin mientras que Estados Unidos recomienda a Zelenski que abandone Kiev y se traslade a Lviv, en el extremo oeste del país, por razones de seguridad.
Putin explicó en su discurso de ayer que «la Ucrania moderna fue creada en su totalidad por la Rusia bolchevique». Llamó a Lenin «autor y arquitecto de Ucrania» y recordó que el país vecino se vio entonces beneficiado por «regalos al nacionalismo ucraniano de territorios históricamente pertenecientes a Rusia» como, según él, el caso de Donbass, que fue «incorporado a Ucrania a empellones».
Después reiteró que la revuelta del Maidán, que culminó en febrero de 2014, fue un «golpe de Estado sangriento» orquestado por Occidente que, a su juicio, «no trajo la democracia» y denunció una vez más la amenaza que para Rusia supondría que Ucrania entrara a formar parte de la OTAN. Putin volvió a acusar a los dirigentes ucranianos de negarse a cumplir los acuerdos de Minsk y les acusó de crear la «crítica» situación reinante en el momento actual en Donbass por culpa de sus acciones armadas.
Los cabecillas de las dos repúblicas separatistas de Donbass, Denís Pushilin de Donetsk, y Leonid Pásechnik de Lugansk, habían solicitado horas antes al presidente ruso el reconocimiento de sus respectivos territorios como independientes y suscribir con ellos sendos acuerdos de cooperación militar. Igual que hizo Moscú en 2008 en relación con las dos provincias secesionistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, en las que inmediatamente fue desplegado el Ejército ruso. Parecido fue el procedimiento con el que Moscú se anexionó Crimea en 2014.
Más información:
Así que, como si se tratara de un guión teatral perfectamente coordinado, el Consejo de Seguridad de Putin se reunió después para presuntamente «estudiar» la petición de los líderes separatistas. La parte abierta de la sesión de este órgano presidencial se retransmitió en directo, lo que da idea de la magnitud del gesto propagandístico desplegado para justificar una decisión oficial agravará todavía más las tensiones con Ucrania y con Occidente.
En las alocuciones, el más explícito fue el expresidente ruso y exjefe del Gobierno, Dmitri Medvédev, quien señaló que «sabemos lo que pasará si se reconoce a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk: la presión será ilimitada pero sabemos resistir». Según su opinión, «Occidente pedirá volver al diálogo sobre seguridad estratégica tras algún tiempo si Rusia reconoce Donbass, como sucedió después de 2008» con Osetia del Sur y Abjasia.
Hoja de ruta. Según piden los rebeldes, los siguientes pasos serían la firma de acuerdos militares y llevar tropas rusas a Donetsk y Lugansk
Declaración solemne. El mandatario escenificó una reunión del Consejo de Seguridad para realizar su anuncio en televisión
Diplomacia frustada. El inesperado giro se produjo horas después de que Macron tejiera una cumbre Putin-Biden
Por su parte, la presidenta del Consejo de la Federación (Cámara alta del Parlamento ruso), Valentina Matbiyenko, afirmó que «la amenaza de sanciones es algo doloroso y desagradable, pero ha llegado el momento de tomar una decisión que no se puede seguir posponiendo». Según ella, «los habitantes de Donetsk y Lugansk se han convertido en rehenes de un proyecto occidental para enfrentar a dos pueblos eslavos hermanos», rusos y ucranianos.
Dmitri Kózak, miembro de la Administración del Kremlin y representante de Rusia en el llamado grupo de contacto que negocia la aplicación de los acuerdos de Minsk, dijo que «Ucrania y sus aliados occidentales no necesitan Donbass bajo ninguna circunstancia». Según él, «las negociaciones de los acuerdos de Minsk están en nivel cero desde 2015».
Hace justo una semana, la Duma (Cámara Baja del órgano legislativo ruso) aprobó por aplastante mayoría una resolución instando a Putin a reconocer Donetsk y Lugansk como Estados independientes. De cara a su posible ulterior anexión o convertirlas en protectorados rusos. Ese mismo día, el máximo dirigente ruso calificó de «genocidio» la actuación del Ejército ucraniano en Donbass.
Putin puso ayer al corriente por teléfono de la decisión de reconocer Donetsk y Lugansk a su homólogo francés, Emmanuel Macron, y también al canciller alemán, Olaf Scholz, quienes le advirtieron que eso era una «ruptura unilateral» de los acuerdos de Minsk. Por ello, la cumbre prevista entre Putin y el presidente estadounidense, Joe Biden -que, según Macron, debería ser pronto-, muy probablemente se truncará al final.
El propio portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo al respecto que «todavía no hay planes concretos sobre un posible encuentro entre presidentes». A su juicio, «ahora se entiende que los contactos entre la Federación Rusa y los Estados Unidos continuarán a nivel de ministros de Exteriores», Serguéi Lavrov y Antony Blinken, que prevén reunirse este jueves en Ginebra, aunque también está por ver si esta cita llegará a celebrarse.
EE UU anunció ayer sanciones contra las regiones separatistas de Ucrania y advirtió que más medidas estaban listas de ser necesario. Biden emitirá una orden ejecutiva para «prohibir nuevas inversiones, comercio y financiamiento de estadounidenses desde, hacia o en» Donetsk y Lugansk.
A su vez, Macron pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y la adopción de sanciones europeas selectivas contra Rusia. Su secretario general, António Guterres, tachó la decisión de Moscú de «violación de la soberanía de Ucrania que va en contra de los principios de la Carta de las Naciones Unidas».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.