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Fast and Furious, versión ruso-norcoreana. KCNA
Putin engrasa el nuevo eje del mal
El mundo, explicado

Putin engrasa el nuevo eje del mal

Después de visitar China, el presidente ruso busca la ayuda de Corea del Norte y Vietnam, muestra de que tan bien no le van las cosas

Miércoles, 26 de junio 2024, 10:56

Vladímir Putin está sufriendo en dos frentes diferentes: en el económico, porque las sanciones que le ha impuesto la esfera occidental le han obligado a buscar alternativas para mantener en funcionamiento su sistema financiero y a encontrar nuevos compradores para los hidrocarburos que ya no puede enviar a Europa por el Nordstream; en el militar, porque la invasión de Ucrania se ha convertido en una guerra de desgaste que está vaciando sus arsenales y no es fácil evitarlo solo con la capacidad industrial de Rusia.

Así que Putin se ha visto obligado a estrechar relaciones con los países de lo que George W. Bush llamaría 'nuevo eje del mal'. China se ha convertido en su salvavidas económico, ofreciendo infraestructura para el sistema financiero ruso y un incremento sustancial de las importaciones, Irán le suministra drones y otro tipo de armamento, y la munición de artillería la tiene que comprar en Corea del Norte.

Es una coyuntura que se refleja bien en los escasos viajes oficiales que el presidente ruso, constreñido en sus movimientos por la orden de arresto internacional que pesa sobre él, ha realizado en las últimas semanas: primero China, el socio clave, a mediados de mayo; y ahora Corea del Norte y Vietnam.

Por eso, hoy ponemos el foco en las relaciones que Putin labra para evitar que Rusia se convierta en un estado paria.

Estos son los tres temas que abordaremos:

  • Putin quiere resucitar la Unión Soviética.

  • Biden da una de cal y otra de arena a los inmigrantes.

  • Sudán sigue desangrándose ante la indiferencia global.

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  1. Imagen principal - Putin quiere resucitar la Unión Soviética
    El nuevo eje del mal

    Putin quiere resucitar la Unión Soviética

Las reuniones entre dictadores suelen dejar siempre momentos memorables que se debaten entre lo cómico y lo surrealista. Es el caso de la vuelta que dieron Vladímir Putin y Kim Jong-un en el coche de lujo que el primero le ha regalado al segundo. Una cámara instalada en su interior para ofrecer material a las maquinarias propagandísticas de Rusia y de Corea del Norte recogió el momento en el que los dos líderes recorrieron entre risas -y sin ponerse el cinturón de seguridad- un parque perfectamente cuidado. Sería gracioso si no fuese porque ambos sojuzgan a decenas de millones de personas.

Oye, Kim, ¿Esto no es un Mercedes de la pérfida Occidente? KCNA

Si se reúnen es porque se necesitan mutuamente para seguir haciéndolo: Putin está falto de proyectiles de artillería para continuar machacando Ucrania, y Kim tiene los arsenales llenos -aunque sea de morralla obsoleta- porque teóricamente sigue en guerra con Corea del Sur. Por otro lado, Putin cuenta con tecnología punta para la puesta en órbita de los satélites con los que sueña Kim. Es lo que en términos empresariales se considera un win-win, así que no han dudado en firmar un acuerdo de seguridad mutua como los que Volodímir Zelensky firma con países occidentales. Curiosamente, para el baño de masas por Pyongyang, Kim y Putin eligieron un Mercedes-Benz.

Menos claros son los objetivos del viaje que, a continuación, el presidente ruso ha hecho a Vietnam. En sus propias palabras, allí busca impulsar «una nueva arquitectura de seguridad para Asia». Y algunos han interpretado esta frase como un intento por resucitar la red de influencia de la Unión Soviética y, más concretamente, los lazos que forjó con países de su esfera ideológica. Pero, aunque con Hanói ha rubricado acuerdos en materia energética, no parece que los vietnamitas vayan a ayudar a Putin en su aventura bélica. Rusia no tiene el peso específico de la URSS, y la globalización ha provocado en Asia un vuelco en sus prioridades económicas, mucho más cercanas ahora a Occidente, destino de los productos que llevan bienestar a la población.

Putin, que de comunista no tiene nada, explota las antiguas relaciones de la URSS. En estatua, Ho Chi Minh. Reuters

En cualquier caso, Vietnam es uno de los 120 estados del movimiento de los No Alineados, y parece que el presidente ruso está tratando de pescar en su seno. De hecho, India es uno de los que más han incrementado sus compras de hidrocarburos rusos, y Putin es consciente de que muchos de los países de este grupo son reticentes a alinearse con los poderes coloniales tradicionales. Por eso, también ha hecho hincapié en que no hay espacio para «bloques militares cerrados».

En esa pesca en aguas del Sur Global, Rusia cuenta con un cebo adicional: su tecnología nuclear civil. Como explica un reportaje del Financial Times, el país tiene en cartera la mitad de todos los proyectos de construcción de centrales del mundo, y muchos de ellos están en países en vías de desarrollo que los necesitan para cimentar su salida de la pobreza. Esos acuerdos, que a menudo incluyen la financiación del proyecto, suponen un compromiso a largo plazo con Rusia y un aliciente para mantener buenas relaciones con el Kremlin. Como poco, para no airar a Putin.

Es evidente que Occidente no ha tenido el éxito que esperaba en su intento de aislar a Rusia y derrumbar su economía. Pero también lo es que Moscú no ha salido airosa como quiere hacer creer su propaganda. Es una guerra de desgaste en la que, al menos sobre el papel, Putin puede aguantar menos tiempo.

  1. Imagen principal - Biden da una de cal y otra de arena a los inmigrantes
    Elecciones presidenciales en Estados Unidos

    Biden da una de cal y otra de arena a los inmigrantes

Estados Unidos está ya en plena precampaña electoral, y Joe Biden sabe que parte con desventaja frente a Donald Trump. Porque da igual los delitos que haya cometido y los bulos en los que se asiente el discurso del expresidente, sus seguidores lo adoran y le van a votar. Desafortunadamente para los demócratas, además Biden no es una figura que suscite mucha simpatía entre sus correligionarios, por lo que puede aumentar la abstención.

Caos en la frontera sur. AFP

El actual dirigente es consciente de que la inmigración se ha convertido, igual que en Europa, en una de las armas arrojadizas de la política. Y con su última medida trata de desactivarla: ofrece la regularización de hasta medio millón de inmigrantes sin papeles que están casados con ciudadanos estadounidenses -y de unos 50.000 descendientes menores de 21 años- y que llevan más de diez años residiendo en el país.

Desde una perspectiva europea, sorprende que cónyuges de ciudadanos americanos no sean residentes legales en el país. Sobre todo si se tiene en cuenta que, según los propios datos de la Casa Blanca, llevan viviendo en Estados Unidos una media de 23 años. La medida corrige una injusticia que, sin duda, le va a granjear a Biden el voto de una parte importante de la población migrante.

El endurecimiento de las condiciones de asilo ha propiciado un aumento de los cruces ilegales. AFP

No obstante, el mandatario también es consciente de que incluso ese colectivo es contrario a la inmigración ilegal, por lo que subraya que la protección de la frontera sur, aquella en la que Trump iba a construir el muro que México iba a pagar, es prioritaria para su Ejecutivo. Y en esa idea se engloban algunas de las medidas que destaca el Gobierno: desde incrementar el número de efectivos patrullando la frontera hasta niveles récord, hasta prohibir la solicitud de asilo a quienes la cruzan de forma ilegal.

Biden trata de jugar así a dos bandas. Intenta arañar votos entre los republicanos que no votarán a Trump -entre un 20% y un 30% dependiendo del estado, según una encuesta de AP- sin soliviantar al espectro más izquierdista de los demócratas -que tampoco está muy a la izquierda-, que ve con buenos ojos el acercamiento más humanitario al drama de los familiares de quienes ya tienen la nacionalidad. No obstante, esto no será suficiente para asegurarse un segundo mandato, ni mucho menos. Y mañana todas las miradas estarán puestas en el primer debate de los candidatos presidenciales para certificarlo.

  1. Imagen principal - Sudán sigue desangrándose ante la indiferencia global
    Guerra en África

    Sudán sigue desangrándose ante la indiferencia global

Aunque solo dos conflictos bélicos logran abrirse camino en los titulares occidentales, hay guerra mucho más allá de Ucrania y Gaza. No en vano, el conflicto que enfrenta a dos facciones militares en Sudán ha entrado ya en su decimoquinto mes, y la situación no tiene visos de mejorar. Al contrario, Médicos Sin Fronteras alertó el lunes de que la situación en la ciudad de El Fasher es crítica.

La típica foto de guerra africana. AFP

«Los hospitales siguen siendo atacados y la ayuda exterior no puede llegar a la ciudad debido a la intensidad de la violencia», advierte la ONG, una de las pocas con presencia en la zona, que estima el número de muertos en seis semanas en más de 260. Por su parte, Save The Children cifra en 1.500 el número de niños víctima de violencia extrema. Ellas sufren, sobre todo, violencia sexual.

Porque es una guerra sin normas éticas o morales de ninguna clase. Dos facciones militares, a cuál más corrupta, en lucha por sus propios intereses y de espaldas a la ciudadanía. Ni siquiera se esfuerzan las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Acción Rápida en disfrazarse de algún tipo de ideología que justifique su barbarie. Quizá también sea por eso que no interesa. Porque siempre es más fácil posicionarse cuando el salvajismo sujeta una enseña con la que nos sentimos identificados, aunque en el fondo la guerra sea más como la de Sudán.

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