Rusia mantiene un número bajo de muertes pero aumentan los contagios

Sin embargo, mantiene un número bajo de fallecimientos si se compara con los países con mayor propagación del virus (EE UU, España o Italia). Desde el sábado hubo en Rusia solamente 58 nuevos decesos, prácticamente el mismo nivel que en días anteriores, elevando la cifra total a 1.280. El número de recuperados alcanza ya los 16.639, que marca una evolución claramente al alza.

El territorio más afectado sigue siendo Moscú, que ha contabilizado en un día 5.948 nuevos casos de coronavirus, también con repunte en relación con el sábado, y sitúa el total en 68.606 infectados, más de la mitad en el conjunto del país. Los decesos suben hasta los 729, que también constituyen más del 50% de la cantidad total en toda Rusia.

Lo que hay ahora mismo en vigor es una prolongación de los días «no laborables» hasta el 11 de mayo inclusive, decreto que el presidente Vladímir Putin promulgó el pasado 28 de abril y que ha servido de base para que Moscú y la mayor parte de las regiones del país extiendan por ése mismo periodo el confinamiento domiciliario obligatorio y el cierre casi total de la industria y de todo tipo de establecimientos, salvo las tiendas de alimentación, las farmacias y los comercios que venden artículos de «primera necesidad».

El desconfinamiento, según el jefe del Kremlin, empezará a tener lugar paulatinamente a partir del 12 de mayo «en la medida en que la situación epidemiológica lo permita». Sin embargo, el alcalde capitalino, Serguéi Sobianin, sugiere que Moscú tal vez tenga que esperar . Según su opinión, en la ciudad hay muchos más infectados de los que se han podido detectar. Sobianin calculó el sábado, mediante estudios y modelos matemáticos elaborados por sus asesores, que en la capital rusa la cifra real de contagiados sería de un 2% de la población, o sea alrededor de 250.000 personas.

Putin lanzó un primer decreto de restricciones el 24 de marzo, que afectó a los días entre el 30 de marzo y el 5 de abril, después firmó otro decreto el 2 de abril ampliado la misma situación hasta el 30 de abril. Y el 28 de abril lo extendió hasta el 11 de mayo.

El presidente Vladímir Putin, que lleva confinado desde finales de marzo en su residencia de la afueras de Moscú, en Novo-Ogariovo, romperá su encierro el próximo 9 de mayo, el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, y desafiará al coronavirus para acudir a la muralla del Kremlin y colocar una ofrenda floral en la tumba del soldado desconocido. Así lo anunció ayer el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en un fragmento a modo de avance de un programa televisivo que se emitirá hoy domingo.

«Esperamos que el presidente coloque flores junto a la llama eterna y desde allí envíe después un mensaje a la nación», reveló Peskov en la víspera del 75 aniversario de la victoria soviética en la II Guerra Mundial. Pero, por culpa del COVID-19, el día 9 no habrá desfile militar en la Plaza Roja ni se desplazarán a Moscú dirigente extranjeros. Se prevé simplemente una parada aérea y fuegos artificiales al anochecer.

Antes de que se desatase la actual pandemia, Putin planeaba celebrar por todo lo alto el 75 aniversario de la victoria. Había invitado a Moscú a todos los grandes líderes mundiales y, aunque el presidente estadounidense, Donald Trump ya había anunciado que no acudiría, el francés, Emmanuel Macron, sí había confirmado su presencia al igual que el primer ministro japonés, Shinzo Abe. Se esperaba que estuviera presente también la canciller alemana, Angela Merkel. Pero la propagación del Covid-19 obligó al presidente ruso a cancelar el evento, decisión que dio a conocer el pasado 16 de abril.

Desde hace más de un mes, Putin efectúa todos sus contactos con el Gobierno, gobernadores y demás funcionarios a través de videoconferencia. El viernes, Peskov, dijo que, después de que el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, enfermase de coronavirus, «la protección de la salud del jefe del Estado es la máxima posible».

Maha Vajiralongkorn Bodindradebayavarangkun, rey de Tailandia, ha escapado de la epidemia de coronavirus que tiene paralizado su país y disfruta de una cuarentena de lujo en la localidad alpina alemana de Garmisch Partenkirchen. Medios alemanes revelan que el excéntrico monarca tiene contratadas todas las habitaciones del exclusivo Grand Hotel Sonnenbichl, pese a que el sector turístico alemán está cerrado y no hay en todo el país un hotel abierto para visitantes. El rey Rama X se encuentra acompañado por una gran parte de su corte, incluidas 20 concubinas, según afirman medios locales bávaros. Mientras en Tailandia se arruina el estratégico sector turístico, su rey ha obtenido al parecer una «autorización especial» para refugiarse en los Alpes bávaros, donde cuenta desde hace años también con un lujoso palacio, donde acostumbraba a residir ya antes de ascender al trono. «Las restricciones solo prohíben las estancias turísticas en los hoteles, pero no las de negocios, en el sentido de viajes de servicio», ha señalado un portavoz del municipio de Garmisch-Partenkirchen para defender la presencia del monarca, de 67 años de edad y que tras asumir el poder en Tailandia nombró al parecer general de aviación a su caniche favorito.

Varios miles de personas han protestado este fin de semana contras las restricciones decretadas en Alemania para combatir el coronavirus para denunciar el recorte de sus libertades ciudadanas. En Berlín se concentraron más de 300 personas en la Plaza Rosa Luxemburg bajo la mirada atenta de más de 350 policías. Las autoridades permiten solo concentraciones de un máximo de 20 personas a la hora de celebrar manifestaciones. Las autoridades locales subrayaron que los manifestantes respetaron mayoritariamente el dictado de guardar una distancia mínima de metro y medio frente a otras personas para evitar contagios. El Stuttgart llegaron a juntarse varios miles de manifestantes respetando las normas dictadas que prohíben los contactos sociales. La protesta masiva fue posible después de que el Tribunal Constitucional la autorizase por el procedimiento de urgencia. Muchos de los participantes en las protestas son extremistas de derechas y seguidores de teorías conspirativas.

Las organizaciones patronales alemanas están incrementando la presión para que el gobierno de la canciller federal, Angela Merkel, alivie apreciablemente las restricciones por la epidemia de coronavirus el próximo 6 de mayo, fecha de la reunión que mantendrá con los primeros ministros de los 16 estados federados para revisar las medidas en vigor. «El 6 de mayo debe haber un plan de apertura para mi sector y se debe aprobar un plan de rescate. La canciller Merkel y los primeros ministros no pueden dejar más tiempo en la estacada a los hoteleros y gastrónomos», afirma Ingrid Hartges, líder de la Confederación Alemana de Hostelería y Gastronomía en declaraciones al dominical Bild am Sonntag. También la presidenta de la Federación de la Industria Alemana del Automóvil, Hildegard Müller, exige «una vía efectiva para salir de la crisis». Las ventas en su sector «se han reducido hasta un 50% en Europa y un nuevo bajón en abril», señala Müller, quien advierte de que «este parón causa daños inmensos a la industria del automóvil».

En nombre del sector turístico, el presidente de su patronal, Nobert Fiebig, ha denunciado que la industria turística alemana perderá hasta mediados de junio 10.800 millones de euros y exige «perspectivas fiables para poner de nuevo en marcha paso a paso el sector». A su vez, el ministro federal de Economía, Peter Altmeier, asegura en el mismo rotativo a las empresas e industrias alemanas que habrá prontos pasos para abandonar el estado de cierre de la economía nacional. «Crearemos ahora paso a paso unas claras perspectivas para la economía. Si se mantienen bajas las cifras de nuevos contagios habrá alivios responsables también para el sector gastronómico», destaca Altmaier.

Los servicios de inteligencia interiores de Alemania, la llamada Oficina Federal para la Defensa de la Constitución (BfV) se está armando para afrontar «campañas de desinformación dirigidas por otros servicios de inteligencia» en relación con la crisis del coronavirus. «Para muchos actores la pandemia ofrece la oportunidad de posicionarse de manera ventajosa», señala un portavoz de la BfV en el dominical Welt am Sonntag, aunque señala que hasta ahora no se ha registrado campaña alguna dirigida únicamente contra Alemania. El gobierno federal exige a su vez que los responsables de las redes sociales combatan de manera activa la difusión de noticias falsas y campañas de desinformación. «Youtube, Facebook y compañía tienen una gran responsabilidad en la crisis del coronavirus», ha declarado la titular alemana de Justicia, Christine Lambrecht.

El ministro federal del Interior y Deportes, Horst Seehofer, defiende la reapertura de la temporada de la Bundesliga de fútbol, aunque bajo estrictas condiciones. «Considera factible el plan de la Liga Alemana de Fütbol y apoyo su reapertura en mayo», declara Seehofer en el dominical Bild am Sonntag, en el que subraya, sin embargo, que «para ni también esta claro que no debe haber privilegios para la Bundesliga de fútbol». El ministro señala que los jugadores de fútbol no pueden ser sometidos a test para detectar el coronavirus con más frecuencia que médicos, enfermeras o policías y que esas pruebas a deportistas no pueden conducir a estrecheces «en ningún lugar» del sistema sanitario. El rotativo destaca que la entrevista se realizó antes de conocerse que dos jugadores y un entrenador del FC Colonia han dado positivo de Sars-Covid-19, a los que se ha ordenado una cuarentena domiciliaria de 14 días. Seehofer había afirmado antes de conocer esos contagios que «si se produce un caso de coronavirus en un equipo todo el conjunto, así como, llegado el caso, sus rivales en el último partido, deberán someterse a dos semanas de cuarentena».

«Hemos sido responsables y, durante la crisis del coronavirus, hemos respetado las medidas de confinamiento y de distanciamiento social. Pero si el Gobierno creía que el virus iba a acabar con el movimiento prodemocracia de Hong Kong, estaba muy equivocado», comenta un joven manifestante que se identifica solo como Eric. «El movimiento volverá a salir a la calle y el 1 de julio será apoteósico», vaticina.

El primer punto ya se ha cumplido, porque las manifestaciones han vuelto a sacudir la excolonia británica los últimos días, y los enfrentamientos con la Policía han dejado imágenes que eran habituales antes de la epidemia: golpes, porrazos, spray de pimienta, cócteles molotov, y detenciones. Las Autoridades incluso aseguran que ayer se encontraron tres artefactos explosivos caseros en una escuela abandonada, y que uno de los detenidos por lanzar artefactos incendiarios es un adolescente de solo 15 años.

Así, Hong Kong parece abocada a vivir en tensión perpetua. Justo cuando concluye una semana en la que solo un día ha registrado nuevos contagios del SARS-CoV-2 -importados de Pakistán-, la zozobra política resurge. Y el gobierno central de Pekín advierte de que la paciencia se está agotando. «Por todo el mundo, la gente ha dejado a un lado sus diferencias para luchar contra la pandemia. Solo en Hong Kong los extremistas radicales han continuado alentando acciones violentas y han amenazado incluso con poner bombas en lugares públicos», criticó ayer la delegación del Gobierno en el centro financiero. «¿Puede así tener Hong Kong un futuro?», se preguntó en el comunicado.

El mes que viene se cumplirá un año desde que la ciudad se plantó frente al Partido Comunista para exigir la retirada de una propuesta de ley extradición que finalmente no llegó a materializarse debido al masivo rechazo popular que provocó. No obstante, el movimiento fue más allá y continúa demandando avances democráticos que desemboquen en el sufragio universal para elegir a los líderes políticos, algo que China ve como una afrenta directa contra su régimen dictatorial. El coronavirus eliminó casi por completo las manifestaciones, pero este puente del 1 de mayo ha demostrado que la epidemia ha arrancado únicamente una suspensión temporal de la rabia que incendió las calles durante la segunda mitad del año pasado.

A pesar de todo, Hong Kong ha demostrado su capacidad para combatir con éxito al patógeno y ha logrado contener el número de infecciones en poco más de un millar. De esta forma, la ciudad trata de recuperar la normalidad: los comercios y los restaurantes están abiertos, y la gente ha regresado a las playas; pero el aeropuerto está repleto de aviones en tierra que no tienen intención de despegar en breve y las fronteras continúan cerradas para los no residentes.

Facebook y Google han borrado las cuentas del británico David Icke, quien afirma que el coronavirus no existe, que la pandemia es el producto de un arma biológica o de que su transmisión se produce a través de las torres de telecomunicaciones de 5G. Más de cincuenta torres, muchas de ellas sin esa tecnología, han sido atacadas mediante la provocación de incendios en Reino Unido.

Facebook borró la página de Icke por «violar repetidamente nuestra política sobre información dañina». Una portavoz de Google explicó a la BBC que se ha borrado su canal en YouTube, porque la compañía tiene «políticas claras de prohibición de contenidos que disputen la existencia o transmisión de Covid-19 tal como son descritas por la Organización Mundial de la Salud y el Servicio Nacional de Salud».

Icke, de 68 años, fue presentador de programas deportivos en la BBC tras una carrera como portero en clubs modestos de fútbol. Formó luego parte del liderazgo del Partido Verde. Es autor de múltiples libros y documentales, conferenciante en muchos países. Su canal de YouTube tenía 900.000 suscriptores. Icke ha trasladado sus vídeos a otros sitios de internet.

Es un promotor de múltiples teorías que combinan ideas místicas, predicciones fallidas de catástrofes y la existencia de una sociedad secreta, dominada por judíos, que provoca guerras mundiales o falsas epidemias para dominar el mundo. En esa élite que pertenece al orden de los reptiles los miembros de la familia real británica serían lagartijas.

El organismo regulador de los medios en Reino Unido, Ofcom, ya multó o criticó a programas de radio y televisión por emitir entrevistas con Icke sobre la pandemia, porque sus ideas fueron elogiadas o presentadas de manera acrítica. Ofcom supervisa que los medios audiovisuales en Reino Unido, públicos y privados, mantengan en sus informativos estándares de equilibrio o veracidad.

Desciende el número de fallecidos, nuevos contagios y ocupación de camas hospitalarias. Las tres variables confluyen este domingo en Bélgica, según la información facilitada por el Centro Nacional de Crisis y Servicio Federal de Salud Pública. Si el sábado los decesos diarios bajaron por primera vez del centenar en mes y medio, hoy se han notificado 79, aunque la cifra global se aproxima a las 8.000, en una suma que se eleva ya a 7.844.

Además se han producido 77 nuevas hospitalizaciones en las últimas horas frente a 98 altas. Según datos oficiales en Bélgica hay actualmente 3.56 pacientes ingresados con Covid-19, 53 menos que la víspera y 15 menos, según el informe, en lo que se refiere a los ingresados en las UCIs, un total de 674.

El número de nuevos contagios es uno de los más bajos de los últimos días, aunque como las demás variables, hay que tener en cuenta los retrasos en las comunicaciones que son habituales durante los fines de semana con lo que no se descartan repuntas el lunes o el martes. 389 personas han dado positivo en relación a las cifras del sábado, 155 de ellas en residencias de mayores. Desde el estallido de la crisis pandemia en Europa se han detectado 49.906 casos de contagio en este país, el 55% en Flandes, el 33% en la región de Valonia y el 10% en Bruselas.

Si la evolución de la pandemia mantiene esta dinámica positiva, la primera ministra Sophie Wilmès confía en que no sea necesario renovar en junio la situación de interinidad de su Gobierno con los poderes especiales que le fueron otorgados para la gestión de la crisis. «Si no son necesarios, no deberían ampliarse porque significaría que la situación ya no es crítica». ha asegurado en una entrevista al medio flamenco De Zondag.

En principio la confianza de ese crisol de diez formaciones políticas que sustentan su Ejecutivo se daba por válida hasta septiembre, aunque bajo la obligación de volver a pedir la confianza del Parlamento Federal en junio. Wilmès espera que el país tenga un gobierno en plenas funciones para septiembre. Hasta que la primera mujer que dirige las riendas del Ejecutivo federal de este país recibió esos poderes especiales -con la franqueza que le caracteriza no ha dudado en considerar la fórmula como «no muy democrática»-, Bélgica lastraba 454 días sin un Gobierno estable. Muy cerca del récord mundial que también ostenta, los 541 días de 'vacío' de poder entre los años 2010 y 2011.