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anje ribera
Jueves, 24 de febrero 2022, 21:16
Vladímir Putin mantuvo hasta el último momento que entre sus intenciones no estaba invadir Ucrania. También defendió siempre que la diplomacia era la mejor vía para solucionar el conflicto. Para ello se reunió con todo aquel dirigente mundial que quiso visitar el Kremlin y sentarse ... en sus mesas, la gigante distanciadora para los menos cercanos y la diminuta e íntima para los allegados. También se puso al otro lado del teléfono de cualquier interlocutor internacional. Pero la única verdad que ha pronunciado en todo este esperpéntico proceso salió de su boca cuando, en la madrugada de este jueves y en un discurso televisado, anunció que había dado a su Estado Mayor la orden de invasión.
Trató de justificar la decisión con diferentes argumentos, todos inverosímiles. Recuperó términos tan pretéritos como caducos al hablar de que su objetivo era «desmilitarizar y desnazificar» cuando las botas de sus soldados habían dejado ya sus huellas en territorio del país vecino.
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«Las repúblicas populares de Donbass se han acercado a Rusia con una petición de ayuda. En relación con esa conversación he tomado la decisión de lanzar una operación militar especial. Su objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio del régimen de Kiev durante ocho años, y para ello buscaremos llevar ante la justicia a quienes cometieron numerosos crímenes sangrientos contra personas pacíficas, incluidos nacionales rusos», afirmó.
Con una prepotencia que recordaba a Stalin, el presidente ruso ha encontrado en el Donbass y en Ucrania los Sudetes y la República Checa de Hitler. En su opinión, Rusia no tenía ninguna otra alternativa para defenderse que lanzar al ataque sus tropas. «Lo que está ocurriendo actualmente es una medida forzada, ya que no nos dejaron ninguna otro modo de proceder», declaró, por la tarde, en una reunión con empresarios transmitida también por la televisión. «No había otra opción para defender los intereses del país. Los riesgos de seguridad creados eran tales que resultaba imposible responder a través de otros medios», añadió, según la agencia de noticias Sputnik.
«Todos, ustedes también, entienden el mundo en el que vivimos y estamos preparados de una forma a otra para lo que está pasando en términos de restricciones y sanciones», señaló antes de incidir en que «Rusia sigue siendo parte de la economía mundial, y en este sentido, mientras siga siendo esta parte, no va a dañar el sistema del que se siente parte», manifestó.
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