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RAFAEL M. MAÑUECO
Corresponsal. Moscú
Jueves, 25 de febrero 2021, 20:55
El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, muy cuestionado tras la firma de un acuerdo de paz con Azerbaiyán considerado una «traición» para los habitantes de Nagorno Kararbaj, se enzarzó este jueves con el Estado Mayor del Ejército en un cruce de graves acusaciones que han ... llegado a provocar un toque de atención de Moscú. Rusia mantiene desplegadas fuerzas de paz en una parte de Nagorno Karabaj y tiene una base militar en Armenia en Guiumri, a 126 kilómetros al norte de Ereván, además de una guarnición en la capital armenia.
Todo empezó el miércoles, cuando Pashinián criticó la eficacia de los misiles rusos «Iskander» durante la reciente guerra con Azerbaiyán por el control de Nagorno Karabaj. El jefe del Gobierno armenio declaró que solamente un 10 por ciento de las cargas de los cohetes hacían explosión. Tales palabras fueron desmentidas por el Ministerio de Defensa ruso, en donde subrayaron que los «Iskander» no llegaron ni a utilizarse durante la contienda.
Lo cierto es que la aseveración de Pashinián provocó la mofa del subjefe del Estado Mayor armenio, el general Tigrán Jachatrián, que fue inmediatamente destituido por su actitud crítica. La cúpula militar del país respondió al cese de Jachatrián solicitando este jueves la dimisión del primer ministro, al que han tachado de incompetente.
Pero Pashinián considera que la dirección de las tropas no está en situación de sugerir quién debe o no dimitir en un Gobierno designado de forma legítima y ha percibido que detrás de tal insubordinación se adivina la preparación de un golpe de Estado militar para derribarle. Así que el jefe del Gobierno convocó a sus partidarios a través de Facebook a concentrarse en la plaza de la República de Ereván, a donde acudió él mismo e intervino ante la multitud. Pidió también al presidente Armén Sarkisián que proceda a destituir al jefe del Estado Mayor, Onik Gasparián, por solidarizarse con Jachatrián.
El presidente ruso, Vladímir Putin, cuya posición en el tablero caucásico tras la guerra entre armenios y azerbaiyanos se han consolidado lo suficiente como para poder garantizar que el Ejército armenio no se va a lanzar por su cuenta a ninguna aventura golpista, habló este jueves por teléfono con Pashinián, a quien trasladó, según el servicio de prensa del Kremlin, «la necesidad de que las partes enfrentadas mantengan la calma, la moderación y respeten la ley».
En su intervención durante el mitin ante sus seguidores, el primer ministro armenio dejó claro que no dimitirá. «Sólo el pueblo puede cesarme», aseguró, y amenazó a sus oponentes con arrestos. Sin embargo, según la prensa local, el exprimer ministro y actual jefe de la oposición, Vazguén Manukián, sacó este jueves más gente a la calle que Pashinián. Varias decenas de miles de personas ocuparon el centro y cortaron una de las avenidas principales de Ereván en demanda de un cambio de Gobierno. Manukián lleva días movilizando a los partidarios de que dimita el primer ministro y se convoquen elecciones legislativas.
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