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Íñigo Gurruchaga
Corresponsal en Londres
Jueves, 12 de mayo 2022, 13:42
La Policía de Londres ha multado a más de cien políticos y funcionarios que trabajan, o trabajaban, en Downing Street, en su investigación de 12 celebraciones en los edificios del Gobierno, entre el 15 de mayo de 2020 y el 16 de abril de 2021, ... que habrían vulnerado las reglas oficiales sobre aislamiento y distancias dictadas para evitar la expansión de la pandemia.
La última ronda de multas es de más de 50, según ha informado la Policía Metropolitana. Serían participantes en una fiesta navideña, el 18 de diciembre de 2020. El episodio fue revelado en un vídeo en el que la entonces portavoz del Gobierno respondía con humor a falsas preguntas de sus asistentes sobre la fiesta, en caso de que los periodistas la hubiesen descubierto y cuestionasen su legalidad.
Desde la revelación de aquella fiesta, que al primer ministro, Boris Johnson, le puso «enfermo», según afirmó horas después, fue creciendo el «partygate», cuyo aliciente es saber si Johnson es multado. Lo fue en la primera hornada de multas, por asistir a una fiesta organizada por su mujer, Carrie, el día de su 56 cumpleaños, 19 de junio de 2020. El líder desoyó las peticiones de dimisión de la oposición y de sus propios escaños.
El primer jefe de Gobierno del Reino Unido que comete un delito penal estando en ejercicio es aún investigado sobre su asistencia al menos a otros tres eventos: una fiesta de despedida, una fiesta para celebrar un despido y una reunión con vino y cosas para picar en el jardín de su residencia oficial. Johnson ha afirmado repetidamente que, a pesar de que su secretario privado convocó este 'party', él, cuando lo vio, creyó que era una reunión de trabajo.
¿Asistía, el 20 de abril de 2021, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, a una reunión de trabajo cuando fue fotografiado bebiendo una cerveza en la oficina de una diputada del partido en Durham, en el nordeste de Inglaterra. Es el 'birragate'. Los 'tories' se espantan de la hipocresía de Starmer, que ha pedido insistentemente la dimisión de Johnson. El político insiste en que él y sus colegas tomaron un curry en una reunión de trabajo.
La Policía analizó lo ocurrido y cerró el caso, pero «nueva y significativa evidencia» le ha obligado a reabrirlo. Starmer ha dicho que, si la Policía juzga que cometió un delito y le pone una multa, dimitirá. Si cae Starmer, podría caer Johnson. Los dirigentes de la gobernación británica serían forzados a renunciar a sus cargos por investigaciones de la Policía, en una extraña deriva del escándalo.
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